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Admin- Admin
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Re: Jardín trasero
Evangeline Voltaire Dom Abr 04, 2010 12:01 am
26 de Abril. Día que se quedará grabado en mi mente para el resto de mis días.
La tarde de aquel día era realmente extraña. No lucía un sol espectacular, de hecho esa luz se veía interrumpida con alguna tenue nube que, aun así, no restaba el calor. De temperatura cálida no nos podíamos quejar hoy, de hecho era como un día de verano... de verano escocés. Yo aún no salia de casa: me mantenía escondida entre el marco de la puerta y el interior de la casa, asomando parte de la cara mirando al exterior. Tras una pequeña parcela de suelo de azulejo y un semitecho estaba el resto del jardín con césped y cosas normales que ahora ninguna resaltaba a la vista, más que los dos hermanos hablando de algo que intentaba enterarme. Por eso estaba escondida. Me aparto el pelo para que quedara todo detrás de mi espalda, haciendo lo imposible por la gravedad para que no me vieran... sí, es cierto que no es una boda ni va a serlo, pero a mi me hacía ilusión vestirme como hubiera sido la ocasión en el hecho de casarme de verdad. Bueno, casarme legalmente. Legalmente... no es la palabra, pero bueno, como si hubiera hecho lo que hace todo el mundo. En este momento, solo en este, pienso en Catherine: cuando sea más mayor... ¿le contaré este día? ¿Le recomendaré que lo haga o que no? Lo veo tan lejano... al fin y al cabo mi hija no tenía más de tres meses. Algo me dice que si está muy segura, como yo lo estoy, que se sienta libre a hacer lo que ella prefiera... entregarse a alguien así no es fácil y eso es justo lo que pienso ahora. No es que dude, solo presiento un cambio en mi vida que no va a cambiarlo al 100% pero le va a dar a todo muchísimo más peso e importancia. Ahora voy a vivir de verdad intensamente.
La tarde de aquel día era realmente extraña. No lucía un sol espectacular, de hecho esa luz se veía interrumpida con alguna tenue nube que, aun así, no restaba el calor. De temperatura cálida no nos podíamos quejar hoy, de hecho era como un día de verano... de verano escocés. Yo aún no salia de casa: me mantenía escondida entre el marco de la puerta y el interior de la casa, asomando parte de la cara mirando al exterior. Tras una pequeña parcela de suelo de azulejo y un semitecho estaba el resto del jardín con césped y cosas normales que ahora ninguna resaltaba a la vista, más que los dos hermanos hablando de algo que intentaba enterarme. Por eso estaba escondida. Me aparto el pelo para que quedara todo detrás de mi espalda, haciendo lo imposible por la gravedad para que no me vieran... sí, es cierto que no es una boda ni va a serlo, pero a mi me hacía ilusión vestirme como hubiera sido la ocasión en el hecho de casarme de verdad. Bueno, casarme legalmente. Legalmente... no es la palabra, pero bueno, como si hubiera hecho lo que hace todo el mundo. En este momento, solo en este, pienso en Catherine: cuando sea más mayor... ¿le contaré este día? ¿Le recomendaré que lo haga o que no? Lo veo tan lejano... al fin y al cabo mi hija no tenía más de tres meses. Algo me dice que si está muy segura, como yo lo estoy, que se sienta libre a hacer lo que ella prefiera... entregarse a alguien así no es fácil y eso es justo lo que pienso ahora. No es que dude, solo presiento un cambio en mi vida que no va a cambiarlo al 100% pero le va a dar a todo muchísimo más peso e importancia. Ahora voy a vivir de verdad intensamente.
Evangeline Voltaire- Mi pequeña a la que amo (L)
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Re: Jardín trasero
Mark Renton Dom Abr 04, 2010 12:20 am
Y ahora es cuando se confirma que las apariencias engañan, y mucho. La postura despreocupada que adopto al apoyar mi espalda contra la pared es una farsa, para qué mentir... lo cierto es que estoy de los nervios, como nunca antes lo he estado. Esta vez no recurrí al whisky para deshacerme de esa sensación, por primera vez en años (a excepción del nacimiento de Catherine, ya me hubiera gustado haber tenido una petaca en ese momento). ¿La razón? Por primera vez me parece importante mantenerme del todo sobrio, más allá de que lo que estamos a punto de hacer es muy serio, lo hago por Evan, porque ella merece alguien que pueda afrontar las situaciones sin tener que recurrir al alcohol. Merece eso y mucho más... pero por algo se empieza. Cabe mencionar que para la ocasión me he puesto un TRAJE negro bastante formal, sí, lo que escuchaste (leiste).. Mark Renton con un traje. Está claro que por debajo no hay camisa ni corbata, tan solo una camiseta blanca completamente normal.
No me percato de su presencia ya que mi cabeza se encuentra ladeada en la dirección contraria, fijando la vista en mi hermano. Él continua insistiendo con que me lo piense bien pero en mi opinion ya no hay nada más que pensar. Es el momento indicado. -Ya lo hablamos muchas veces. Es lo que quiero tío, ¿entiendes? Te comprometiste a ayudarnos y ahora no puedes echarte atrás - cruzo los brazos sobre mi abdomen esperando que mis palabras le aseguren que voy realmente en serio con todo esto. Vamos, es patético que él dude más que Evan y yo, los reales involucrados en el juramento.
No me percato de su presencia ya que mi cabeza se encuentra ladeada en la dirección contraria, fijando la vista en mi hermano. Él continua insistiendo con que me lo piense bien pero en mi opinion ya no hay nada más que pensar. Es el momento indicado. -Ya lo hablamos muchas veces. Es lo que quiero tío, ¿entiendes? Te comprometiste a ayudarnos y ahora no puedes echarte atrás - cruzo los brazos sobre mi abdomen esperando que mis palabras le aseguren que voy realmente en serio con todo esto. Vamos, es patético que él dude más que Evan y yo, los reales involucrados en el juramento.
Mark Renton- Mi niña linda
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Re: Jardín trasero
Christian Renton Dom Abr 04, 2010 12:36 am
A diferencia de Mark yo ya estoy liquidando la tercer petaca de la última hora. Que mareo. A esta altura ya nadie puede notar cuando estoy borracho o no, la verdad es que no hay mucha diferencia en mi actitud hacia la vida. Tal vez el aliento a alcohol y que las palabras se me resbalen al hablar... pero no mucho más. Nada digno de mencionar.
No llego a tambalearme tampoco, mi cuerpo casi acostumbrado a beber alcohol a todas horas ya no reacciona como en mis años mozos. En ese momento recuerdo que estaba teniendo una conversación sobre algo importante y me dedico a asentir a sus palabras, recordando en ese momento de que iba toda la charla.
-Vale, joder... lo haré. Pero luego no me digas que no te advertí al respecto. Ustedes saben lo que hacen y ya tienen la edad suficiente como para decidir lo que hacer con sus vidas -
Por alguna razón no puedo dejar de sentir que debo proteger a mi hermano de cualquier cosa. Y esta es una de ellas. No es que no me fie de mi cuñada, más bien todo lo contrario, pero no soportaría que ni esto ni nada le afecte en ningun sentido.
-En fin... ¿la has citado? ¿vendrá ahora? - por supuesto que yo tampoco la veo llegar a pesar de que miro en esa dirección, culpa del whisky, por supuesto.
No llego a tambalearme tampoco, mi cuerpo casi acostumbrado a beber alcohol a todas horas ya no reacciona como en mis años mozos. En ese momento recuerdo que estaba teniendo una conversación sobre algo importante y me dedico a asentir a sus palabras, recordando en ese momento de que iba toda la charla.
-Vale, joder... lo haré. Pero luego no me digas que no te advertí al respecto. Ustedes saben lo que hacen y ya tienen la edad suficiente como para decidir lo que hacer con sus vidas -
Por alguna razón no puedo dejar de sentir que debo proteger a mi hermano de cualquier cosa. Y esta es una de ellas. No es que no me fie de mi cuñada, más bien todo lo contrario, pero no soportaría que ni esto ni nada le afecte en ningun sentido.
-En fin... ¿la has citado? ¿vendrá ahora? - por supuesto que yo tampoco la veo llegar a pesar de que miro en esa dirección, culpa del whisky, por supuesto.
Christian Renton- Mensajes : 5
Fecha de inscripción : 26/02/2010
Re: Jardín trasero
Evangeline Voltaire Dom Abr 04, 2010 1:33 am
En el momento que escucho todo, Christian pregunta por mi. Supongo que me habían citado hace tiempo y tampoco quería quedar como que no llegaba puntual. No me iba a dejar llevar por nada que opinara nadie, por lo que salgo de mi escondite sin que me afectara ninguna de las palabras que acababa de escuchar.
Cuando salgo de casa compruebo de que hacía un ligero viento y menos calor del que preveía, pero aún así no tenía calor dado lo poco tapada que iba. Al fin y al cabo dado la tensión del momento y la presencia de Mark (todo sea dicho) me iba a hacer pasar de todo menos frío. Yo a diferencia de ser tradicional como al parecer Mark ha decidido, solo llevaba una parte superior estilo de corsé rojo por él que dejaba vr parte de mi abdomen... ultimamente me daba verguenza hacerlo por si se me notaba que iba adelgazando desde el parto y no al revés como es normal. Iba acompañado con la larga y ligera falda de la misma tonalidad algo volátil, con detalles de distintos colores pero precedido por el rojo. Los zapatos totalmente planos del mismo color, solo desentonaba el pañuelo que llevaba en las manos que me abrigaría en el caso de tener frío, de color negro y detalles al igual que la ropa pero de color blanco. El pelo no tenía nada especial, quizás más liso y lacio, a diferencia del maquillaje que él sabe que no soy mucho de hacerlo, por lo que no era nada exagerado, solo algunos puntos del color de la ropa. Mi mirada recorre de un plumazo a los dos hermanos, fijándome en los detalles de cada uno. Empecé por Christian, porque realmente era en el que menos me iba a entretener... supongo que iba tan borracho como siempre y realmente llegué a dudar si debía haberle propuesto a él para enlazarnos, pero le conozco y sé lo que siente por su hermano y por tanto por mi... lo hará por nosotros, más que por él. Tras pensar en ello que me costó un par de pasos, mi mirada se va hacia a Mark, al que me quedo mirando todo el camino hasta acercarme a ellos. Solo de verle esbozo una media sonrisa... estaba guapísimo de traje y de verdad que era lo que más me había sorprendido de todo esto, quizás le imaginaba con una chaqueta de cuero y repeinado, no así y con el pelo hacia arriba. Aún así está perfecto... como en cada momento de mi vida que mis ojos le han visto. Sigo pensando en él cuando antes de que el suelo se convirtiera en césped dejo caer el pañuelo en el suelo, pensando básicamente... no sabría decir un término concreto, supongo todos los sentimientos que ahora mismo me invaden el cuerpo.
Cuando salgo de casa compruebo de que hacía un ligero viento y menos calor del que preveía, pero aún así no tenía calor dado lo poco tapada que iba. Al fin y al cabo dado la tensión del momento y la presencia de Mark (todo sea dicho) me iba a hacer pasar de todo menos frío. Yo a diferencia de ser tradicional como al parecer Mark ha decidido, solo llevaba una parte superior estilo de corsé rojo por él que dejaba vr parte de mi abdomen... ultimamente me daba verguenza hacerlo por si se me notaba que iba adelgazando desde el parto y no al revés como es normal. Iba acompañado con la larga y ligera falda de la misma tonalidad algo volátil, con detalles de distintos colores pero precedido por el rojo. Los zapatos totalmente planos del mismo color, solo desentonaba el pañuelo que llevaba en las manos que me abrigaría en el caso de tener frío, de color negro y detalles al igual que la ropa pero de color blanco. El pelo no tenía nada especial, quizás más liso y lacio, a diferencia del maquillaje que él sabe que no soy mucho de hacerlo, por lo que no era nada exagerado, solo algunos puntos del color de la ropa. Mi mirada recorre de un plumazo a los dos hermanos, fijándome en los detalles de cada uno. Empecé por Christian, porque realmente era en el que menos me iba a entretener... supongo que iba tan borracho como siempre y realmente llegué a dudar si debía haberle propuesto a él para enlazarnos, pero le conozco y sé lo que siente por su hermano y por tanto por mi... lo hará por nosotros, más que por él. Tras pensar en ello que me costó un par de pasos, mi mirada se va hacia a Mark, al que me quedo mirando todo el camino hasta acercarme a ellos. Solo de verle esbozo una media sonrisa... estaba guapísimo de traje y de verdad que era lo que más me había sorprendido de todo esto, quizás le imaginaba con una chaqueta de cuero y repeinado, no así y con el pelo hacia arriba. Aún así está perfecto... como en cada momento de mi vida que mis ojos le han visto. Sigo pensando en él cuando antes de que el suelo se convirtiera en césped dejo caer el pañuelo en el suelo, pensando básicamente... no sabría decir un término concreto, supongo todos los sentimientos que ahora mismo me invaden el cuerpo.
Evangeline Voltaire- Mi pequeña a la que amo (L)
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Fecha de inscripción : 16/02/2010
Re: Jardín trasero
Mark Renton Dom Abr 04, 2010 6:20 am
Palmeo un par de veces la espalda de Christian a modo de agradecimiento, sabiendo que le cuesta aceptar todo esto por varias razones. Supongo que la más obvia incluye la seriedad del asunto... no es broma confiarle la vida a una persona a cambio de la fidelidad y el amor eterno. -Gracias, de veras... te debo una bro -
A pesar de los nervios que me invaden ninguno de ellos tiene como causa la duda, estoy completamente seguro de que quiero hacer esto con Evan... ella es la indicada, está hecha a mi medida de pies a cabeza. Los nervios son producto de otras cosas, de la situación a la que llegamos, inimaginable para mi hacia unos meses atrás, incluso con la llegada de la niña nunca hubiera imaginado alcanzar este límite. Además, sinceramente no debe existir ningún mago que al conjurar un juramento inquebrantable no se encontraba nervioso. A la vez tomo este día como nuestra boda, sé que es mucho más que eso pero al fin y al cabo representa nuestra unión... la forma que hemos elegido para que suceda.
En cuanto me pregunta si la he citado para que viniera asiento un par de veces, ladeando la cabeza en dirección a la puerta de salida al jardín. -Así es... debe estar al caer - mi frase termina en el mismo instante que la veo a Evan, acercándose con total parsimonia a nuestra posición. La miro de arriba a abajo con descaro y sorpresa como tantas otras veces. Rojo, mi color... es un lindo detalle, sí. -Aquí estás, creí que ya te habías arrepentido - ironizo a sabiendas de que entiende que es una broma, notandola ensimismada y pensando en vaya uno a saber qué. Me imagino que son demasiadas cosas como para contar con los dedos de una mano.
Una vez que ya se encuentra casi a nuestro lado el pañuelo se resbala de entre sus dedos y cae al suelo produciendo unas ondas que me detengo a observar, sin tardar en acortar la distancia que todavía nos separa. Me agacho para recoger la tela recién nombrada y la estiro con ambas manos, pasándola por encima de su cabeza hasta reposarla sobre sus hombros. -Si me permite decirle una cosa, está usted preciosa esta tarde
- sonrío por la formalidad de mis palabras olvidándome de Christian y de todo lo demás en menos de un parpadeo. De todo menos de ella y de la razón por la que estamos reunidos aquí. Una vez que la tela reposa sobre sus hombros deslizo mis dedos por sus brazos, bajando cada vez más hasta entrelazar mis dos manos con las suyas. En lo que dura ese gesto mi rostro se aproxima al suyo con toda la lentitud posible, midiendo mis movimientos como si cada segundo valiera oro. Dejo caer un beso en la comisura de sus labios, sin separarme casi nada a pesar de que no dura mucho... necesitando sentirla cerca. -¿Preparada para el primer día de nuestras vidas? -
A pesar de los nervios que me invaden ninguno de ellos tiene como causa la duda, estoy completamente seguro de que quiero hacer esto con Evan... ella es la indicada, está hecha a mi medida de pies a cabeza. Los nervios son producto de otras cosas, de la situación a la que llegamos, inimaginable para mi hacia unos meses atrás, incluso con la llegada de la niña nunca hubiera imaginado alcanzar este límite. Además, sinceramente no debe existir ningún mago que al conjurar un juramento inquebrantable no se encontraba nervioso. A la vez tomo este día como nuestra boda, sé que es mucho más que eso pero al fin y al cabo representa nuestra unión... la forma que hemos elegido para que suceda.
En cuanto me pregunta si la he citado para que viniera asiento un par de veces, ladeando la cabeza en dirección a la puerta de salida al jardín. -Así es... debe estar al caer - mi frase termina en el mismo instante que la veo a Evan, acercándose con total parsimonia a nuestra posición. La miro de arriba a abajo con descaro y sorpresa como tantas otras veces. Rojo, mi color... es un lindo detalle, sí. -Aquí estás, creí que ya te habías arrepentido - ironizo a sabiendas de que entiende que es una broma, notandola ensimismada y pensando en vaya uno a saber qué. Me imagino que son demasiadas cosas como para contar con los dedos de una mano.
Una vez que ya se encuentra casi a nuestro lado el pañuelo se resbala de entre sus dedos y cae al suelo produciendo unas ondas que me detengo a observar, sin tardar en acortar la distancia que todavía nos separa. Me agacho para recoger la tela recién nombrada y la estiro con ambas manos, pasándola por encima de su cabeza hasta reposarla sobre sus hombros. -Si me permite decirle una cosa, está usted preciosa esta tarde
- sonrío por la formalidad de mis palabras olvidándome de Christian y de todo lo demás en menos de un parpadeo. De todo menos de ella y de la razón por la que estamos reunidos aquí. Una vez que la tela reposa sobre sus hombros deslizo mis dedos por sus brazos, bajando cada vez más hasta entrelazar mis dos manos con las suyas. En lo que dura ese gesto mi rostro se aproxima al suyo con toda la lentitud posible, midiendo mis movimientos como si cada segundo valiera oro. Dejo caer un beso en la comisura de sus labios, sin separarme casi nada a pesar de que no dura mucho... necesitando sentirla cerca. -¿Preparada para el primer día de nuestras vidas? -
Mark Renton- Mi niña linda
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Re: Jardín trasero
Christian Renton Dom Abr 04, 2010 6:46 am
Le sonrío a mi hermano cuando me agradece, mucho más tranquilo que hace unos minutos. Parece seguro... más que eso, está seguro del todo y puedo notarlo en su actitud y en la firmeza de sus respuestas. Me alegra que después de tantos años siguiendo mi camino haciala ruina decida hacer algo tan grande como esto, comprometerse a un juramento y a una persona de esta forma. También está la niña, claro... pero por más de que la aman no pueden negar que ella fue un accidente, probablemente ahora puedan confirmar que no se arrepienten de ello en absoluto.
-No me debes nada idiota... tal vez una cita con alguna otra francesa - suelto una caracajada grave percatandome de la presencia de Evangeline segundos después de que Mark lo haga y me quedo de piedra... está muy bonita, muy pero muy muy. ¿Mi cuñada no tiene hermanas solteras?
Me limito a sonreirle moviendo una mano a modo de saludo y decido no interrumpir mucho más ya que Renton Jr. se acerca a susurrarle cosas cursis al oído. Pienso en interrumpir, es más, estoy demasiado tentando por hacerlo, pero me reprimo... no voy a arruinar un momento tan especial para ellos.
Cuando le voy a dar un trago al whisky siento un gusto mucho más diferente y luego miro la petaca... un líquido marron oscuro, es café. ò.ó Alguien me quiere espabilar y sacarme la borrachera, no cabe duda. Me encojo de hombros y conitnuo tomando la bebida de a cortos tragos... lo cierto es que me viene bien, tengo que tener una mínima capacidad de concentración para conjurar un juramento inquebrantable.
Dejo la espalda apoyada contra la pared, sin mirar a la pareja, esperando a que estén listos mientras canto una canción inventada para mis adentros.
-No me debes nada idiota... tal vez una cita con alguna otra francesa - suelto una caracajada grave percatandome de la presencia de Evangeline segundos después de que Mark lo haga y me quedo de piedra... está muy bonita, muy pero muy muy. ¿Mi cuñada no tiene hermanas solteras?
Me limito a sonreirle moviendo una mano a modo de saludo y decido no interrumpir mucho más ya que Renton Jr. se acerca a susurrarle cosas cursis al oído. Pienso en interrumpir, es más, estoy demasiado tentando por hacerlo, pero me reprimo... no voy a arruinar un momento tan especial para ellos.
Cuando le voy a dar un trago al whisky siento un gusto mucho más diferente y luego miro la petaca... un líquido marron oscuro, es café. ò.ó Alguien me quiere espabilar y sacarme la borrachera, no cabe duda. Me encojo de hombros y conitnuo tomando la bebida de a cortos tragos... lo cierto es que me viene bien, tengo que tener una mínima capacidad de concentración para conjurar un juramento inquebrantable.
Dejo la espalda apoyada contra la pared, sin mirar a la pareja, esperando a que estén listos mientras canto una canción inventada para mis adentros.
Christian Renton- Mensajes : 5
Fecha de inscripción : 26/02/2010
Re: Jardín trasero
Evangeline Voltaire Dom Abr 04, 2010 3:35 pm
Sonrío amplia e irónicamente cuando me saluda, diciendo que pensaba que me arrepentiría.
-Nunca, prefecto -pronuncio lo menos francés que puedo, pero al final me acaba saliendo el acento igualmente. Creo que ambos estamos en el mismo estado ensimismado mirándonos mutuamente mientras camino y me acerco a la escena, sin un pensamiento concreto pero miles de ideas surcando nuestra mente a velocidad asombrante. Tampoco es que puedan quedarse mucho más...
Yo a diferencia de Christian le decido saludar con dos rápidos besos en las mejillas sin pararme a pensar las costumbres de este país o no, no creo tampoco que le moleste... si fuera ruso aún, pero aquí en Escocia no se veía a la gente tan seca. Aunque bueno, dada la personalidad de él gracias que me ha saludado con la mano... todo esto es una idea más que me sale antes de dirigirme a Mark y ver que me cubre con el pañuelo, sin saber que lo había dejado caer adrede. Más que nada porque necesitaría mínimo una mano para que no se cayera o se deshiciera. Por lo tanto, poso la mano que no me va a coger sobre el pecho, donde el pañuelo se une, para dejar libre la que Mark posteriormente me va a coger. -Permítame decirle que le sienta muy bien el estilo formal. Tendré que quedarme con esta imagen, a saber cuando se vuelve a repetir -¿en ochenta años en su entierro? Ochenta... si su hígado sigue intacto a estas alturas debe ser casi inmortal este chico. Suelto el pañuelo casi al instante cuando va a cogerme ambas manos, antes de que se de cuenta de mi inconsciente movimiento de cogerlo, cogiendo aire cuando toma la iniciativa de acercarse a mi. Mis manos se aferran a las suyas, olvidando por un momento que estamos así vestidos, en un sitio exterior, con mi cuñado presente y que Catherine no está... olvidando todo, bueno, casi todo. Entreabro los labios con su beso con los ojos cerrados, agachando la cabeza azorada por la importancia y profundidad del gesto... y lo peor es que sé que apartir de ahora todos serán así. Me encanta la idea.
Continúo el gesto de agachar la cabeza para volver a alzarla con una bocanada de aire, convirtiéndolo en un asentimiento precedido a mis nuevas palabras. -Preparada para entregarme a ti para siempre
Ni siquiera me doy cuenta de que Christian bebe café en vez de whisky. Con un nuevo suspiro azorado me separo un paso de él soltándole y notando que el pañuelo se cae a mis pies por el brusco movimiento... creo que Mark no había entendido que lo dejaba caer adrede, me iba a ser incómodo y quería la mínima desconcentracion en este momento. Bueno, al menos ahora se cae inevitablemente solo, sin mi ayuda. ¿Qué más da eso? Estoy muerta de nervios, quiero llorar ahora mismo y más de pensar que soy yo la que tengo que pronunciar el juramento con todos los detalles posibles para que ninguno de las vidas de los dos esté en peligro por un malentendido... es una responsabilidad enorme, y quizás se note en mis movimientos casi temblando y en mi estado físico quizás ya degenerado desde el parto. A pesar de todo eso, mi mano derecha en el que estaba el anillo haya boda o no, se alza con la palma abierta hacia arriba, esperando que Mark hiciera el mismo gesto para unirse con la mia o que saliera corriendo, cosa que veía comprensible. Era hora de empezar... no vale la pena esperar más. Después se podía continuar haciendo muchas cosas más... si no me da un ataque que es posible.
-Nunca, prefecto -pronuncio lo menos francés que puedo, pero al final me acaba saliendo el acento igualmente. Creo que ambos estamos en el mismo estado ensimismado mirándonos mutuamente mientras camino y me acerco a la escena, sin un pensamiento concreto pero miles de ideas surcando nuestra mente a velocidad asombrante. Tampoco es que puedan quedarse mucho más...
Yo a diferencia de Christian le decido saludar con dos rápidos besos en las mejillas sin pararme a pensar las costumbres de este país o no, no creo tampoco que le moleste... si fuera ruso aún, pero aquí en Escocia no se veía a la gente tan seca. Aunque bueno, dada la personalidad de él gracias que me ha saludado con la mano... todo esto es una idea más que me sale antes de dirigirme a Mark y ver que me cubre con el pañuelo, sin saber que lo había dejado caer adrede. Más que nada porque necesitaría mínimo una mano para que no se cayera o se deshiciera. Por lo tanto, poso la mano que no me va a coger sobre el pecho, donde el pañuelo se une, para dejar libre la que Mark posteriormente me va a coger. -Permítame decirle que le sienta muy bien el estilo formal. Tendré que quedarme con esta imagen, a saber cuando se vuelve a repetir
-¿en ochenta años en su entierro? Ochenta... si su hígado sigue intacto a estas alturas debe ser casi inmortal este chico. Suelto el pañuelo casi al instante cuando va a cogerme ambas manos, antes de que se de cuenta de mi inconsciente movimiento de cogerlo, cogiendo aire cuando toma la iniciativa de acercarse a mi. Mis manos se aferran a las suyas, olvidando por un momento que estamos así vestidos, en un sitio exterior, con mi cuñado presente y que Catherine no está... olvidando todo, bueno, casi todo. Entreabro los labios con su beso con los ojos cerrados, agachando la cabeza azorada por la importancia y profundidad del gesto... y lo peor es que sé que apartir de ahora todos serán así. Me encanta la idea. Continúo el gesto de agachar la cabeza para volver a alzarla con una bocanada de aire, convirtiéndolo en un asentimiento precedido a mis nuevas palabras. -Preparada para entregarme a ti para siempre
Ni siquiera me doy cuenta de que Christian bebe café en vez de whisky. Con un nuevo suspiro azorado me separo un paso de él soltándole y notando que el pañuelo se cae a mis pies por el brusco movimiento... creo que Mark no había entendido que lo dejaba caer adrede, me iba a ser incómodo y quería la mínima desconcentracion en este momento. Bueno, al menos ahora se cae inevitablemente solo, sin mi ayuda. ¿Qué más da eso? Estoy muerta de nervios, quiero llorar ahora mismo y más de pensar que soy yo la que tengo que pronunciar el juramento con todos los detalles posibles para que ninguno de las vidas de los dos esté en peligro por un malentendido... es una responsabilidad enorme, y quizás se note en mis movimientos casi temblando y en mi estado físico quizás ya degenerado desde el parto. A pesar de todo eso, mi mano derecha en el que estaba el anillo haya boda o no, se alza con la palma abierta hacia arriba, esperando que Mark hiciera el mismo gesto para unirse con la mia o que saliera corriendo, cosa que veía comprensible. Era hora de empezar... no vale la pena esperar más. Después se podía continuar haciendo muchas cosas más... si no me da un ataque que es posible.
Evangeline Voltaire- Mi pequeña a la que amo (L)
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Re: Jardín trasero
Mark Renton Dom Abr 04, 2010 5:31 pm
Me río por lo bajo en cuanto responde a mis palabras con igual formalidad, como si fueramos una pareja del siglo pasado a punto de contraer matrimonio. -Ya lo has dicho tú... no te acostumbres demasiado a estas pintas - correspondo a la presión que ejercen sus manos sobre las mías con el mismo gesto y muevo el brazo izquierdo con suma lentitud hasta rodearla por la cintura, sin soltar el agarre de nuestras manos a pesar de todo.
El beso dura solo un instante pero está claro que para nosotros es uno de esos instantes que parecen eternos. Ella baja la cabeza como tantas otras veces, recuerdo que al principio de todo ese gesto no denotaba otra cosa que su timidez. Ahora puedo asegurar que significa eso y mucho más. Tomo su aire en el mismo momento que ella suspira junto a mis labios, acostumbrado y disfrutando de algo tan único como el aire que ella respira, asintiendo a su murmullo.
Estoy perdido en sus ojos cuando ella se separa de mi y desvío la mirada solo para ver el pañuelo cayendo nuevamente al suelo. Será que no le apetece cargar con la prenda, o está a punto de desmayarse. Desecho este último pensamiento sabiendo qeu en ese caso me lo hubiera dicho y elevo la mano en la que llevo el anillo segundos después que ella, entendiendo lo que para ambos significa aquel gesto.
Rozo mi palma con la suya estirando los dedos para encajarlos con presición a los suyos, notando en ese momento que su mano es mucho más pequeña que la mía. Lógico. Me quedo quieto y en silencio por un rato, sin dejar de mirarla a los ojos. -Te amo... no lo olvides - una media sonrisa hace presencia en mis labios y no tardo en ladear la cabeza hacia Christian, asintiendo vagamente con la cabeza. -Cuando quieras. Ya estamos listos -
No me hace falta preguntarle a Evan si ella está lista ya que el gesto de nuestras manos me da a entender eso y mucho más. Ahora me limito a centrar mi atención en ella una vez más, esperando a que de comienzo a todo esto.
- correspondo a la presión que ejercen sus manos sobre las mías con el mismo gesto y muevo el brazo izquierdo con suma lentitud hasta rodearla por la cintura, sin soltar el agarre de nuestras manos a pesar de todo. El beso dura solo un instante pero está claro que para nosotros es uno de esos instantes que parecen eternos. Ella baja la cabeza como tantas otras veces, recuerdo que al principio de todo ese gesto no denotaba otra cosa que su timidez. Ahora puedo asegurar que significa eso y mucho más. Tomo su aire en el mismo momento que ella suspira junto a mis labios, acostumbrado y disfrutando de algo tan único como el aire que ella respira, asintiendo a su murmullo.
Estoy perdido en sus ojos cuando ella se separa de mi y desvío la mirada solo para ver el pañuelo cayendo nuevamente al suelo. Será que no le apetece cargar con la prenda, o está a punto de desmayarse. Desecho este último pensamiento sabiendo qeu en ese caso me lo hubiera dicho y elevo la mano en la que llevo el anillo segundos después que ella, entendiendo lo que para ambos significa aquel gesto.
Rozo mi palma con la suya estirando los dedos para encajarlos con presición a los suyos, notando en ese momento que su mano es mucho más pequeña que la mía. Lógico. Me quedo quieto y en silencio por un rato, sin dejar de mirarla a los ojos. -Te amo... no lo olvides - una media sonrisa hace presencia en mis labios y no tardo en ladear la cabeza hacia Christian, asintiendo vagamente con la cabeza. -Cuando quieras. Ya estamos listos -
No me hace falta preguntarle a Evan si ella está lista ya que el gesto de nuestras manos me da a entender eso y mucho más. Ahora me limito a centrar mi atención en ella una vez más, esperando a que de comienzo a todo esto.
Mark Renton- Mi niña linda
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Re: Jardín trasero
Christian Renton Dom Abr 04, 2010 6:04 pm
El saludo de mi cuñada me toma por sorpresa pero está claro que no me quejo de sus besos. ¿Quién se quejaría de algo así?
Sigo ensimismado en mi café en todo lo que dura el momento que ellos están viviendo. Percatandome de la conexión que hay entre uno y el otro, se ve a kilómetros. Después de el juramento que están a punto de prometer supongo que toda esa unión será evidente para cualquiera. Ahora si puedo confirmar que no me estoy equivocando al ser el encargado de enlazarlos, están destinados a estar juntos.
Cuando Mark se dirige a mi la petaca se desvanece de mis dedos y es reemplazada por mi varita mágica, la cual alzo un poco inclinada hacia adelante... caminando hacia ellos a paso lento. -Vale... no suelten sus manos, ya saben - muevo la varita como una especie de espiral invisible y ésta desprende una luz rojiza, la cual toma forma de lazo al entrelazarse por alrededor de sus brazos, subiendo de a poco hacia sus manos. La unión es constante, en ningún momento se desvanece el lazo sino que es cada vez más intenso y luminoso.
Ladeo la cabeza hacia Evan a sabiendas de que ella será quien pronuncie el juramento inquebrantable, asintiendo un par de veces. -Ya es lo suficientemente intenso... puedes comenzar -
Sigo ensimismado en mi café en todo lo que dura el momento que ellos están viviendo. Percatandome de la conexión que hay entre uno y el otro, se ve a kilómetros. Después de el juramento que están a punto de prometer supongo que toda esa unión será evidente para cualquiera. Ahora si puedo confirmar que no me estoy equivocando al ser el encargado de enlazarlos, están destinados a estar juntos.
Cuando Mark se dirige a mi la petaca se desvanece de mis dedos y es reemplazada por mi varita mágica, la cual alzo un poco inclinada hacia adelante... caminando hacia ellos a paso lento. -Vale... no suelten sus manos, ya saben - muevo la varita como una especie de espiral invisible y ésta desprende una luz rojiza, la cual toma forma de lazo al entrelazarse por alrededor de sus brazos, subiendo de a poco hacia sus manos. La unión es constante, en ningún momento se desvanece el lazo sino que es cada vez más intenso y luminoso.
Ladeo la cabeza hacia Evan a sabiendas de que ella será quien pronuncie el juramento inquebrantable, asintiendo un par de veces. -Ya es lo suficientemente intenso... puedes comenzar -
Christian Renton- Mensajes : 5
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Re: Jardín trasero
Evangeline Voltaire Dom Abr 04, 2010 6:41 pm
Si no fueran hermanos pensaría que quiere que lleve el pañuelo para que Christian no me viera más de la cuenta. Bueno, y siendo hermanos tambien ¿para qué engañarnos? Pero tampoco es para tanto... en algún futuro cercano le preguntaré. Todo se me acelera en el momento que nuestras manos toman contacto. No me voy a mentir: me está entrando un pánico horrible, nunca tuve que medir tanto mis palabras, y más pensando que la vida de Mark podría estar en peligro al igual que la mía. No dejo de temblar a sabiendas que no deberia hacerlo, y no por no estar segura, si no por la gravedad del asunto. Estoy segura que él lo entiende... es mucho más fuerte que yo, eso está claro. Pero no quiero mostrar esa debilidad por mi parte, por lo que al escuchar su "te amo" hago un sobreesfuerzo por relajarme, al menos ahora, ya me desmoronaré luego... cuando mi vida ya esté en sus manos literalmente. Me mantengo rígida y segura, incluso con una ligera sonrisa al escuchar sus palabras. Que mi mirada no se desvíe de su rostro en un solo segundo es suficiente para comprender que yo tambien le amo con todo mi ser, hasta había olvidado que echo de menos a Catherine. Sinceramente olvido todo, por un momento no recuerdo donde estoy, toda mi atención está en las palabras que voy a pronunciar a continuación, incluso a mi alrededor no hay nada más que oscuridad. Dentro de mi campo de visión solo está el chico y su "ya estamos listos" resonando en mi cabeza miles de veces. No sabría si han pasado horas o segundos hasta que las palabras de Christian me sacan de mis pensamientos y me asustan al ver que ahora una luz roja y extremadamente intensa ata Mark a mi y al revés, cosa que hace que mire nuestras manos unidas y su rostro respectiva repetidas veces, sin mover el rostro. "Inquebrantable". Así es mi amor por él. Entreabro los labios varios segundos después de que Christian me de la opción de hablar, totalmente decidida.
-Juro amarte cada día de mi vida, quizás no siempre en igual medida pero haciéndolo con todas mis fuerzas, juro serte fiel ya que no habrá para mi nadie más que tú, poblarás mi mente cada momento... juro darte todo lo que necesitas y estar contigo, juro respetarte al igual que haré con Catherine y cualquiera que venga después de ella... juro confiarte todo, que serás el primero para mi siempre sea bueno o malo, juro que serás el primero con el que contaré para cualquier cosa, juro que esto no morirá nunca y es para siempre...
Me quedo en silencio no llega ni aun segundo, recuperando aire. -Y tú... ¿y tú, Mark Renton, aceptas el juramento para que yo sea lo mismo para ti?
-Juro amarte cada día de mi vida, quizás no siempre en igual medida pero haciéndolo con todas mis fuerzas, juro serte fiel ya que no habrá para mi nadie más que tú, poblarás mi mente cada momento... juro darte todo lo que necesitas y estar contigo, juro respetarte al igual que haré con Catherine y cualquiera que venga después de ella... juro confiarte todo, que serás el primero para mi siempre sea bueno o malo, juro que serás el primero con el que contaré para cualquier cosa, juro que esto no morirá nunca y es para siempre...
Me quedo en silencio no llega ni aun segundo, recuperando aire. -Y tú... ¿y tú, Mark Renton, aceptas el juramento para que yo sea lo mismo para ti?
Evangeline Voltaire- Mi pequeña a la que amo (L)
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Re: Jardín trasero
Mark Renton Dom Abr 04, 2010 7:05 pm
Mi mano se mantiene tensa contra la de Evan a la vez que entrelazo nuestros dedos, notando a cada segundo que la suya tiembla de puro nerviosismo. No quiero decir que yo no lo estoy, es solo que mi forma de demostrarlo es completamente diferente. En vez de temblar me mantengo rígido, clavado al piso y sin conseguir variar mi expresión... seria, con el ceño ligeramente fruncido de concentración y los labios presionados entre sí.
Mi corazón, por lo contrario, se desboca hasta límites inimaginables en cuanto Christian se acerca con la varita en mano pero yo no dejo de mirarla a ella por nada del mundo. Intentando transmitirle con la mirada todo lo que estoy sintiendo a la vez que tranquilizarla con ese gesto. No es que pueda hacer mucho más, el nudo en la garganta no me deja expesar aquello en palabras. Puedo jurar que este es el momento más crucial en mi vida, nunca antes me había sentido así. Puede que durante el nacimiento de Catherine haya sido parecido... pero nada se asemeja a esto, a lo que siento y a lo que estamos a punto de hacer.
Casi sin pensarlo la presión que ejerzo contra su mano es mucho mayor en el momento que el conjuro es aplicado a nuestros brazos, alzando las cejas al ver aquel lazo mágico entrelazarnos entre sí. No miro a Christian ni siquiera cuando habla, solo consigo mirarla a ella con todo el amor y la confianza del mundo... sin dudar un segundo que sus palabras van a ser las justas, y que por supuesto, pensamos igual.
Voy asintiendo al final de cada frase como confirmando lo que dice sin palabras, esbozando una sonrisa nerviosa y sincera en cuanto formula esa pregunta. -Sí, acepto el juramento y cada uno de los requisitos. Estaré contigo por siempre, Evangeline - doy un corto paso hacia ella necesitando acercarme pero sin controlar mis movimientos, como si hubiera un iman invisible que me provoca esa reacción. Sin quererlo una lágrima escapa de mi ojo y se desliza por mi mejilla hasta la mandíbula. Una lagrima de pura felicidad y emoción. Definitivamente no puedo explicar en palabras lo que estoy sintiendo, lo que siempre he sentido por ella.
Mi mano libre vuelve a hacerse paso para rodear su cintura, queriendo que nuestros cuerpos se entrelacen fisicamente al igual que nuestras mentes. No sé si son imaginaciones mias o que, pero nada más aceptar el juramento un cosquilleo comienza a hacerse presente en la mano que continua entrelazada a la suya y va bajando por todo mi cuerpo, finalizando en mi mente como una descarga eléctrica bastante placentera. Podría jurar que eso significa, al menos en lo físico, que ahora si estamos unidos en cuerpo, mente y alma.
Mi corazón, por lo contrario, se desboca hasta límites inimaginables en cuanto Christian se acerca con la varita en mano pero yo no dejo de mirarla a ella por nada del mundo. Intentando transmitirle con la mirada todo lo que estoy sintiendo a la vez que tranquilizarla con ese gesto. No es que pueda hacer mucho más, el nudo en la garganta no me deja expesar aquello en palabras. Puedo jurar que este es el momento más crucial en mi vida, nunca antes me había sentido así. Puede que durante el nacimiento de Catherine haya sido parecido... pero nada se asemeja a esto, a lo que siento y a lo que estamos a punto de hacer.
Casi sin pensarlo la presión que ejerzo contra su mano es mucho mayor en el momento que el conjuro es aplicado a nuestros brazos, alzando las cejas al ver aquel lazo mágico entrelazarnos entre sí. No miro a Christian ni siquiera cuando habla, solo consigo mirarla a ella con todo el amor y la confianza del mundo... sin dudar un segundo que sus palabras van a ser las justas, y que por supuesto, pensamos igual.
Voy asintiendo al final de cada frase como confirmando lo que dice sin palabras, esbozando una sonrisa nerviosa y sincera en cuanto formula esa pregunta. -Sí, acepto el juramento y cada uno de los requisitos. Estaré contigo por siempre, Evangeline - doy un corto paso hacia ella necesitando acercarme pero sin controlar mis movimientos, como si hubiera un iman invisible que me provoca esa reacción. Sin quererlo una lágrima escapa de mi ojo y se desliza por mi mejilla hasta la mandíbula. Una lagrima de pura felicidad y emoción. Definitivamente no puedo explicar en palabras lo que estoy sintiendo, lo que siempre he sentido por ella.
Mi mano libre vuelve a hacerse paso para rodear su cintura, queriendo que nuestros cuerpos se entrelacen fisicamente al igual que nuestras mentes. No sé si son imaginaciones mias o que, pero nada más aceptar el juramento un cosquilleo comienza a hacerse presente en la mano que continua entrelazada a la suya y va bajando por todo mi cuerpo, finalizando en mi mente como una descarga eléctrica bastante placentera. Podría jurar que eso significa, al menos en lo físico, que ahora si estamos unidos en cuerpo, mente y alma.
Mark Renton- Mi niña linda
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Re: Jardín trasero
Christian Renton Dom Abr 04, 2010 7:25 pm
Ahora nada más me concentraba del punto exacto en el que acaba mi varita y empiezan sus manos, como poniendo toda mi escasa atención en ello y en que la energia y la magia fluya para que nada falle, y menos por mi culpa. En escasas ocasiones habia estado en una situación tan grave, y nada más empezar quería romper mi varita en cachitos y meterle una paliza a Mark por meterme en estos apuros... pero al escuchar las palabras de Evan lo entiendo todo. Ellos probablemente no se den cuenta de nada de lo que pasa y mucho menos de que yo sea testigo, pero yo en cambio me entero de todo. Para algo me habian elegido como "testigo". Probablemente sea una de las cosas más bonitas y profundas que he escuchado nunca, joder, si a mi me dicen eso tambien me comprometo. Creo que algun día le preguntaré como habrá conseguido todo esos méritos si al fin y al cabo lo eduqué yo. Como cambian los tiempos... y mi época ya no es lo que era.
En el momento que Mark acepta el hechizo se corta él solo sin necesidad de que yo no haga nada más que comenzarlo y recordar lo que ha dicho para tener una prueba de que esto ha sucedido de verdad. Que paquete me ha caído. En fin, es lo que hay, amor de hermano. Creo que este es el momento en el que sobro absolutamente del todo porque ahora más que nunca van a necesitar su intimidad... bueno, ahora y hasta que se acostumbren a esto. Por un momento me enternezco de que el chiquitín de la familia me haya elegido a mi, pero como no es el momento ni mucho menos alzo la mano en posición ya para que aparezca de nuevo la petaca ahora con whisky. Y, en cuanto le doy un sorbo, tanto la petaca como yo nos evaporamos en el aire antes de que se diera cuenta ninguno y para que ninguno sepa mi paradero como de costumbre.
En el momento que Mark acepta el hechizo se corta él solo sin necesidad de que yo no haga nada más que comenzarlo y recordar lo que ha dicho para tener una prueba de que esto ha sucedido de verdad. Que paquete me ha caído. En fin, es lo que hay, amor de hermano. Creo que este es el momento en el que sobro absolutamente del todo porque ahora más que nunca van a necesitar su intimidad... bueno, ahora y hasta que se acostumbren a esto. Por un momento me enternezco de que el chiquitín de la familia me haya elegido a mi, pero como no es el momento ni mucho menos alzo la mano en posición ya para que aparezca de nuevo la petaca ahora con whisky. Y, en cuanto le doy un sorbo, tanto la petaca como yo nos evaporamos en el aire antes de que se diera cuenta ninguno y para que ninguno sepa mi paradero como de costumbre.
Christian Renton- Mensajes : 5
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Re: Jardín trasero
Evangeline Voltaire Dom Abr 04, 2010 9:37 pm
En el momento que escucho que acepta todo me da un vuelco. Pero no un vuelco de que todo cambie, si no de que esta demostración de afecto lo hace todo muchísimo más intenso, más real... Me quedo momentáneamente paralizada, tan solo moviéndome para mirar el lazo que había en nuestras manos había desaparecido y dejar caer la mano muerta, con la mirada fija en su rostro. Ya está. Lo había hecho. Había sido capaz. Y lo mejor de todo es que había sido capaz gracias a él. Paso varios segundos así, no sabría decir si en estado de shock o disfrutando de la sensación del hechizo que se estaba expandiendo por todo mi cuerpo al máximo, ya que dudo que vuelva a sentirlo de nuevo. No sabría decir si el gesto de Mark hace que vuelva a la realidad o vuelvo a la realidad justo en el momento que Mark me intenta abrazar, comprendiendo todo al instante: me había quedado así aparte de para disfrutar la sensación, que el juramento hiciera efecto en cada célula de mi ser y me uniera a su alma y su espíritu, despidiéndome de mi corazón porque ahora es completamente suyo. Era como una chispa que comenzó en nuestras manos antes entrelazadas y se ha ido haciendo más grande como una onda expansiva. No he separado mi mano de la suya en vano, ya que tenía planeado todo lo que iba a hacer y todo lo que necesitaba. Ahora todos mis actos cobran un nuevo sentido. Pestañeo varias veces antes de ver la lágrima de Mark, negando repetidas veces con la cabeza antes de acercarme bruscamente a él, rodeando su cuello con mis dos brazos y con la cabeza en su hombro, llorando y sollozando en silencio. Lo que se dice dejar caer las lágrimas en mis mejillas y respirando con más intensidad por la boca de pura emoción. Nadie más que él podría escucharme, y poco.
-Lo he hecho... Mark, lo he hecho. Hemos sido capaces... -es lo único que soy capaz de vocalizar por ahora, totalmente azorada. ¿Realmente lo había hecho? Muchas veces le había explicado el por qué de mis actos. ¿Por qué unirnos por un papel firmado, por qué unirnos ante un Dios que no creemos? Ese tipo de promesa parecía tener caducidad y no tener el suficiente valor para demostrarle todo lo que siento por él, y es que no exagero si digo que prefiero morir antes de que muera lo que siento por él. Todo había llegado a tal punto que sin Mark no hay Evan, y al revés al parecer es exactamente lo mismo. Con nadie de este mundo nos habría pasado esto, una complementación que quiera o no nos ha cambiado, tanto física como psicológicamente. Mark ya no era el adolescente sin propuesta de futuro y sin preocupaciones que era hace dos años... yo no era la infantil y perfecta Evangeline cegada ante las cosas más perfectas de la vida como podía ser los pequeños detalles: escaparse de la realidad con esa persona... LA persona. Con la que estás destinada toda la vida. Tengo tanto que agradecerle... Todas esas ideas se me cruzan en la mente cuando me separo de su hombro, sin dejarle de abrazar en ningun momento, para encarar mi rostro al suyo. Mis pensamientos me habian ensimismado tanto que ni siquiera me di cuenta que hace rato que Christian se esfumó. Paso el pulgar por su mejilla con un único surco de la lágrima, a diferencia de mis mejillas que probablemente estuvieran más mojadas, clavando mi mirada en la suya. Como intentándole transmitir todo lo que estaba pensando. Que prefiero morir antes de vivir sin él. Estoy segura de que lo entenderá, si antes con una mirada nos entendíamos ahora no me quiero llegar a imaginar lo complementados que estaríamos. Mi mano vuelve tras él para continuar el abrazo, poniendome de puntillas incluso para acercarme más a él y unirnos más físicamente al igual que lo ha hecho el resto de nuestro ser. Estaba deseando besarle... por una parte para sellar ese pacto y por otra parte por saber como se siente ahora que todo tiene más importancia, es más intenso e incluso más estimulante. Eso me encantaba. Es todo como más sutil. Pero como en una boda normal, quería que tomara la iniciativa. ¿Había sido capaz? "Sí", dice una voz en mi interior, no sabría distinguir si es la voz de Mark... pero probablemente sí. Es la voz más dulce que he escuchado al fin y al cabo, acento escocés incluído. Decido comprobarlo. ¿Estarás conmigo para siempre? "Sí". Ya no había duda.
-Lo he hecho... Mark, lo he hecho. Hemos sido capaces... -es lo único que soy capaz de vocalizar por ahora, totalmente azorada. ¿Realmente lo había hecho? Muchas veces le había explicado el por qué de mis actos. ¿Por qué unirnos por un papel firmado, por qué unirnos ante un Dios que no creemos? Ese tipo de promesa parecía tener caducidad y no tener el suficiente valor para demostrarle todo lo que siento por él, y es que no exagero si digo que prefiero morir antes de que muera lo que siento por él. Todo había llegado a tal punto que sin Mark no hay Evan, y al revés al parecer es exactamente lo mismo. Con nadie de este mundo nos habría pasado esto, una complementación que quiera o no nos ha cambiado, tanto física como psicológicamente. Mark ya no era el adolescente sin propuesta de futuro y sin preocupaciones que era hace dos años... yo no era la infantil y perfecta Evangeline cegada ante las cosas más perfectas de la vida como podía ser los pequeños detalles: escaparse de la realidad con esa persona... LA persona. Con la que estás destinada toda la vida. Tengo tanto que agradecerle... Todas esas ideas se me cruzan en la mente cuando me separo de su hombro, sin dejarle de abrazar en ningun momento, para encarar mi rostro al suyo. Mis pensamientos me habian ensimismado tanto que ni siquiera me di cuenta que hace rato que Christian se esfumó. Paso el pulgar por su mejilla con un único surco de la lágrima, a diferencia de mis mejillas que probablemente estuvieran más mojadas, clavando mi mirada en la suya. Como intentándole transmitir todo lo que estaba pensando. Que prefiero morir antes de vivir sin él. Estoy segura de que lo entenderá, si antes con una mirada nos entendíamos ahora no me quiero llegar a imaginar lo complementados que estaríamos. Mi mano vuelve tras él para continuar el abrazo, poniendome de puntillas incluso para acercarme más a él y unirnos más físicamente al igual que lo ha hecho el resto de nuestro ser. Estaba deseando besarle... por una parte para sellar ese pacto y por otra parte por saber como se siente ahora que todo tiene más importancia, es más intenso e incluso más estimulante. Eso me encantaba. Es todo como más sutil. Pero como en una boda normal, quería que tomara la iniciativa. ¿Había sido capaz? "Sí", dice una voz en mi interior, no sabría distinguir si es la voz de Mark... pero probablemente sí. Es la voz más dulce que he escuchado al fin y al cabo, acento escocés incluído. Decido comprobarlo. ¿Estarás conmigo para siempre? "Sí". Ya no había duda.
- Spoiler:
- https://www.youtube.com/watch?v=KL-KGyd2u0Q creo que lloro xDD
Evangeline Voltaire- Mi pequeña a la que amo (L)
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Re: Jardín trasero
Mark Renton Lun Abr 05, 2010 3:06 am
En cuanto el lazo conjurado por Christian desaparece de nuestra vista tomo una pesada bocana de aire, llenando el aire de mis pulmones como si fuese mi primer respiro, profundo y lento. Realmente siento como si hubiera renacido en algunos aspectos de mi vida y que a medida que empecemos a vivirla juntos encontrare muchas otras diferencias, al igual que sentirme realmente completo por primera vez en años. Haces unos meses atrás podia afirmar que me sentia completo con ella pero ahora que conozco esta nueva sensación pienso que tal vez me equivocaba. Nuestro amor ahora es realmente inquebrantable, para toda la vida. Ni siquiera pienso en la posibilidad de que el pacto se rompa por ninguna de las dos partes, nunca estuve tan seguro de algo como de esto y mi nuevo yo solo consigue ser feliz. Tremendamente feliz.
En cuanto se lanza a mis brazos rodeandome con los suyos mis dedos se deslizan por su espalda percibiendo aquel contacto como si su cuerpo fuera parte del mio en cierto aspecto. Nuestras respiraciones buscan un ritmo conjunto nada más entrar en contacto. Si alguna vez llegué a leerle la mente o a sentir lo que ella siente por tan solo escasos segundos, ahora es algo constante, firme e infinito. Nada puede igualar ni destruir la conexión que estoy sintiendo ahora, y me atrevo a confirmar que a ella le sucede lo mismo.
Limpio su mejilla con el dedo pulgar, utilizando parte de mi camisa ya que me queda un poco larga. En cuanto habla, asiento, tranquilo, en paz y aromnia conmigo mismo y lo que me rodea. Los nervios que hace minutos me invadian ya no están, ahora solo me permito dejarme atravesar espiritualmente por lo que está sucediendo. Vivir el momento como nunca antes. -Funcionó a la perfección. Ahora eres mía del todo - hago eco a sus palabras dejando ver mi serenidad en el habla también e intentando transmitirselo a ella en el abrazo, creyendo que está conexión puede llegar a límites insospechados. Como si realmente fueramos uno sin la necesidad de siquiera tocarnos. De solo saber que ella existe todas mis preocupaciones desaparecen, tal vez ahora no necesite tanto de mi whisky. (un poco sí, que Renton sin whisky no es Renton)
Correspondo a esa mirada intensa sin siquiera molestarme en pestañear, sumido del todo en la profundidad de sus ojos, las ventanas de su alma. Ahora puedo verlo con claridad y sé con certeza que lo que sus ojos me dejan ver es la persona que amo con todo mi ser, una persona sin la cual no merece la pena vivir un segundo. Noto que ella me dice con solo mirarme que mis sentimientos son correspondidos, cosa que ambos ya sabiamos pero que ahora se ha hecho demasiado intensa. Por momentos pienso que no puedo soportarlo, no de una mala manera pero la verdad es que es muy fuerte, el rumbo de mis pensamientos me hace estremecer.
Dejo que sus dedos recorran mi mejilla y por ende una de las pocas lágrimas que habían logrado escapar, ya sin acariciar su rostro con mis dedos sino que rodeándola por la cintura firmemente y recorriendo su espalda con la otra mano, pausadamente En eso mis ojos se topan con sus labios, carnosos y tan rosados como siempre, pidiéndome un beso a gritos... o al menos esa es mi versión. Avanzo de a poco hacia su rostro con el mío y dejo caer un beso sobre su frente, rozando su nariz con mis labios con total delicadeza, sin suspirar hasta que llegan a la altura de su boca. Hago el abrazo más fuerte a la vez que el beso se transforma en uno propiamente dicho y los presiono con cariño y ansia, entreabriendo los labios para hacerme con su aliento. Mi lengua no tarda en hacerse paso en búsqueda de la suya, deseando acariciarla y entrelazarse con ella aunque sea solo por un momento.
Es todo lo que faltaba para que la unión sea definitiva entre los dos, como el típico: El novio puede besar a la novia, pero sin obligaciones... el gesto nace de nosotros dos, sin que nadie tenga que decirnos nunca como debemos sentirnos, o la manera 'correcta' de encarnar nuestra unión, nuestra boda, por decirlo de algún modo. El sabor de aquel beso es algo completamente adictivo, un elixir único y mio. Soy el único capaz de acceder a eso, a sus besos o a una simple caricia. El merecedor de todo su amor y de sy corazón, al igual que ella del mio. Nunca me hubiera imaginado llegar a este punto pero es evidente que fue la mejor decisión que pudimos haber tomado en nuestras vidas.
En cuanto se lanza a mis brazos rodeandome con los suyos mis dedos se deslizan por su espalda percibiendo aquel contacto como si su cuerpo fuera parte del mio en cierto aspecto. Nuestras respiraciones buscan un ritmo conjunto nada más entrar en contacto. Si alguna vez llegué a leerle la mente o a sentir lo que ella siente por tan solo escasos segundos, ahora es algo constante, firme e infinito. Nada puede igualar ni destruir la conexión que estoy sintiendo ahora, y me atrevo a confirmar que a ella le sucede lo mismo.
Limpio su mejilla con el dedo pulgar, utilizando parte de mi camisa ya que me queda un poco larga. En cuanto habla, asiento, tranquilo, en paz y aromnia conmigo mismo y lo que me rodea. Los nervios que hace minutos me invadian ya no están, ahora solo me permito dejarme atravesar espiritualmente por lo que está sucediendo. Vivir el momento como nunca antes. -Funcionó a la perfección. Ahora eres mía del todo - hago eco a sus palabras dejando ver mi serenidad en el habla también e intentando transmitirselo a ella en el abrazo, creyendo que está conexión puede llegar a límites insospechados. Como si realmente fueramos uno sin la necesidad de siquiera tocarnos. De solo saber que ella existe todas mis preocupaciones desaparecen, tal vez ahora no necesite tanto de mi whisky. (un poco sí, que Renton sin whisky no es Renton)
Correspondo a esa mirada intensa sin siquiera molestarme en pestañear, sumido del todo en la profundidad de sus ojos, las ventanas de su alma. Ahora puedo verlo con claridad y sé con certeza que lo que sus ojos me dejan ver es la persona que amo con todo mi ser, una persona sin la cual no merece la pena vivir un segundo. Noto que ella me dice con solo mirarme que mis sentimientos son correspondidos, cosa que ambos ya sabiamos pero que ahora se ha hecho demasiado intensa. Por momentos pienso que no puedo soportarlo, no de una mala manera pero la verdad es que es muy fuerte, el rumbo de mis pensamientos me hace estremecer.
Dejo que sus dedos recorran mi mejilla y por ende una de las pocas lágrimas que habían logrado escapar, ya sin acariciar su rostro con mis dedos sino que rodeándola por la cintura firmemente y recorriendo su espalda con la otra mano, pausadamente En eso mis ojos se topan con sus labios, carnosos y tan rosados como siempre, pidiéndome un beso a gritos... o al menos esa es mi versión. Avanzo de a poco hacia su rostro con el mío y dejo caer un beso sobre su frente, rozando su nariz con mis labios con total delicadeza, sin suspirar hasta que llegan a la altura de su boca. Hago el abrazo más fuerte a la vez que el beso se transforma en uno propiamente dicho y los presiono con cariño y ansia, entreabriendo los labios para hacerme con su aliento. Mi lengua no tarda en hacerse paso en búsqueda de la suya, deseando acariciarla y entrelazarse con ella aunque sea solo por un momento.
Es todo lo que faltaba para que la unión sea definitiva entre los dos, como el típico: El novio puede besar a la novia, pero sin obligaciones... el gesto nace de nosotros dos, sin que nadie tenga que decirnos nunca como debemos sentirnos, o la manera 'correcta' de encarnar nuestra unión, nuestra boda, por decirlo de algún modo. El sabor de aquel beso es algo completamente adictivo, un elixir único y mio. Soy el único capaz de acceder a eso, a sus besos o a una simple caricia. El merecedor de todo su amor y de sy corazón, al igual que ella del mio. Nunca me hubiera imaginado llegar a este punto pero es evidente que fue la mejor decisión que pudimos haber tomado en nuestras vidas.
Mark Renton- Mi niña linda
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Re: Jardín trasero
Evangeline Voltaire Lun Abr 05, 2010 3:10 pm
Sus dedos en mi espalda parecen hechizarme o funcionar como una especie de goma que de pronto borra todos mis sentimientos tensoso o nerviosos. No exagero con el de pronto: con un simple sollozo y el último, decido gardarlo para que sea mi aire para respirar a la par que él durante los próximos momentos, con brusquedad, pero no necesitaba más. ¿Realmente tiene ese poder en mi? Imaginaba que sería un juramento de amor pero no que seríamos tan... tan una misma persona. Es increíble... a quien se lo explique no se lo cree. Ya no hace falta tantas palabras, porque sé que lo que yo experimente lo más probable le pase a él. Es posible que no, pero siempre queda preguntar. Me parece que el chico va a escuchar muchas veces de mi boca "¿a ti también te ha pasado?" o cosas así.
Si el hecho de que me acariciara solo la espalda habia hecho que me relajara, cuando me miraba con esa armonía y me limpiaba la mejilla como pidiéndome que no llore más, nunca más lo hago. Mi mirada sigue clavada en la suya exceptuando los segundos que cierro los ojos para disfrutar su contacto que antes me decía cosas pero ahora muchísimas más: es como decir... no llores Evan, ahora no puedo dejar que te pase nada malo. Al fin y al cabo, es tu vida la que has expuesto para mi. Digamos que de alguna forma sé que está pensando eso.
Se me tuerce una sonrisa y abro los ojos respirando con exagerada lentitud como aun acostumbrándome a estar relajada e intentando acompasarme a él, asintiendo con la cabeza. -Y tú mío, no lo olvides. No dejaré que nada te haga daño -susurro como si fuera una especie de respiración, a la par de ésta. Pienso que probablemente en nuestro día a día separados seremos como una pareja normal que tiene sus obligaciones y sus deberes y derechos, que quizás le pone contento algo que le haya pasado o todo lo contrario... pero en el momento que se unen nada importa. El otro será capaz de decir o hacer lo justo para alegrarse con él si es bueno y alegrarle si es malo. Eso no quiero decir que siempre será perfecto... pero quizás mejor que otras personas sí. Por algo habíamos tenido el valor de hacerlo y esa es nuestra recomensa
Y por eso dije que siempre amarle con mayor o menor medida, nunca se sabe en esta vida y si algun día pasa algo entre nosotros, aunque sea un mínimo enfado, no quiere decir que nos amemos menos. Supongo que es algo normal, pero es algo que ahora mismo ni pienso.
¿Desde cuando mi mente había abarcado tantas cosas que no sabía pero son reale? Cansada de pensar solo me dedico a esperar el beso del chico quedándome en blanco momentaneamente, pensando en lo justo, agachando la cabeza para que bese mi frente sobre mi pelo tal y como quiera... de alguna forma sabiendo que ahora iba a descender a mis labios. Es mucho más mágico esto a que nos lo diga un cura, donde va a parar... nos nace de dentro, eso está claro.
Antes de que quiera darme cuenta mi cuerpo entero vibra cuando sus labios presionan los míos, cerrando los ojos e inclinando la cabeza para tener mejor acceso a ellos. A la vez entreabrimos los labios para fusionar nuestros alientos, dejando que su lengua acaricie la mia y me deje probar los besos que quizás sean los únicos que puedo probar, pero los únicos que necesito... por eso lo más probable es que ahora tengan más valor y por ello me esté haciendo volverme loca, no solo de amor si no de placer y de ese sentimiento indescriptible que lleva rato invadiéndome multiplicado por el gesto. Mis labios se rozan con los suyos en un pequeño movimiento, sensible y muy pronfundo, hasta que cada vez sea más lento que acabe por extinguirse. En ese momento me separo su rostro del mio unos centímetros y me quedo en silencio varios segundos. Sin saber qué decir. Ya está todo "dicho", aunque no en palabras...
-Creo que hecho de menos a Catherine -digo graciosa tras varios minutos sin decir nada, como necesitando una conversación rápidamente. Beso su mejilla repetidas veces antes de separar mi cuerpo del suyo ya del todo, nos habiamos quedado como paralizados tras el beso. Me cojo la falda y hago una reverencia, como si fuera un vestido de novia...
Si el hecho de que me acariciara solo la espalda habia hecho que me relajara, cuando me miraba con esa armonía y me limpiaba la mejilla como pidiéndome que no llore más, nunca más lo hago. Mi mirada sigue clavada en la suya exceptuando los segundos que cierro los ojos para disfrutar su contacto que antes me decía cosas pero ahora muchísimas más: es como decir... no llores Evan, ahora no puedo dejar que te pase nada malo. Al fin y al cabo, es tu vida la que has expuesto para mi. Digamos que de alguna forma sé que está pensando eso.
Se me tuerce una sonrisa y abro los ojos respirando con exagerada lentitud como aun acostumbrándome a estar relajada e intentando acompasarme a él, asintiendo con la cabeza. -Y tú mío, no lo olvides. No dejaré que nada te haga daño -susurro como si fuera una especie de respiración, a la par de ésta. Pienso que probablemente en nuestro día a día separados seremos como una pareja normal que tiene sus obligaciones y sus deberes y derechos, que quizás le pone contento algo que le haya pasado o todo lo contrario... pero en el momento que se unen nada importa. El otro será capaz de decir o hacer lo justo para alegrarse con él si es bueno y alegrarle si es malo. Eso no quiero decir que siempre será perfecto... pero quizás mejor que otras personas sí. Por algo habíamos tenido el valor de hacerlo y esa es nuestra recomensa
Y por eso dije que siempre amarle con mayor o menor medida, nunca se sabe en esta vida y si algun día pasa algo entre nosotros, aunque sea un mínimo enfado, no quiere decir que nos amemos menos. Supongo que es algo normal, pero es algo que ahora mismo ni pienso.
¿Desde cuando mi mente había abarcado tantas cosas que no sabía pero son reale? Cansada de pensar solo me dedico a esperar el beso del chico quedándome en blanco momentaneamente, pensando en lo justo, agachando la cabeza para que bese mi frente sobre mi pelo tal y como quiera... de alguna forma sabiendo que ahora iba a descender a mis labios. Es mucho más mágico esto a que nos lo diga un cura, donde va a parar... nos nace de dentro, eso está claro.
Antes de que quiera darme cuenta mi cuerpo entero vibra cuando sus labios presionan los míos, cerrando los ojos e inclinando la cabeza para tener mejor acceso a ellos. A la vez entreabrimos los labios para fusionar nuestros alientos, dejando que su lengua acaricie la mia y me deje probar los besos que quizás sean los únicos que puedo probar, pero los únicos que necesito... por eso lo más probable es que ahora tengan más valor y por ello me esté haciendo volverme loca, no solo de amor si no de placer y de ese sentimiento indescriptible que lleva rato invadiéndome multiplicado por el gesto. Mis labios se rozan con los suyos en un pequeño movimiento, sensible y muy pronfundo, hasta que cada vez sea más lento que acabe por extinguirse. En ese momento me separo su rostro del mio unos centímetros y me quedo en silencio varios segundos. Sin saber qué decir. Ya está todo "dicho", aunque no en palabras...
-Creo que hecho de menos a Catherine -digo graciosa tras varios minutos sin decir nada, como necesitando una conversación rápidamente. Beso su mejilla repetidas veces antes de separar mi cuerpo del suyo ya del todo, nos habiamos quedado como paralizados tras el beso. Me cojo la falda y hago una reverencia, como si fuera un vestido de novia...
Evangeline Voltaire- Mi pequeña a la que amo (L)
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Re: Jardín trasero
Mark Renton Lun Abr 05, 2010 11:18 pm
Mi sonrisa se hace más amplia en cuanto percibo que comienza a relajarse entre mis brazos, como si entre las caricias y la fijeza de nuestras miradas yo pudiera transmitirle justo lo que me proponía. Tal vez también se debe a que mi armonía se le contagia dada a la cercanía. Lo importante no es eso sino que lo conseguí. Por más de que sé que sus lágrimas son de pura felicidad no soporto verla llorar, sé que si lo hace yo también rompería a llorar en cuestión de segundos... es inevitable.
No respondo a su comentario por el simple echo de que entre nosotros ya no hacen falta palabras para confirmar que todos nuestros sentimientos son mutuos y sinceros. Me limito a asentir una sola vez, como diciéndole que por mi parte es igual... agradeciéndole en silencio todo lo que hace por mi, la manera en que me ama y la necesidad notable que tiene de cuidarme, de nunca hacerme daño en ningún sentido.
Por un momento me quedo embobado y envuelto por el ritmo de nuestras respiraciones, cabe destacar que alcanzan la exacta misma velocidad, cosa bastante improbable. Nadie puede negar que lo nuestro es especial, no importa por donde mires nuestra relación, cualquiera de sus características va más allá de lo normal. Unos instantes después nuestros labios están demasiado ocupados con la tarea de fusionarse, probablemente tentados por la fusión que ahora abarca nuestros cuerpos, mentes y almas... me atrevo a decir que durante todo el día, por el resto de nuestras vidas. Mis caricias no cesan en lo que dura el beso ni mucho menos, por alguna razón mis dedos no paran de deslizarse con absoluta lentitud y suavidad por su espalda. Continuan descendiendo y aprovecho que su prenda deja ver la parte más baja de su espalda para entrar en contacto con su piel, tibia, rozando las yemas de mis dedos hasta el límite de su falda.
En el momento que nuestros labios dan la señal de que el beso está por finalizar un estremecimiento inevitable recorre mi nuca, condicionado por el movimiento profundo y a la vez tan suave de sus labios contra los mios. La miro a los ojos una vez más al entreabrirlos, asintiendo repetidas veces a su comentario.
-Y yo... ¿crees que notará algo diferente en nosotros? - sonrío de lado a sabiendas de que es muy pequeña para llegar a comprender algo así, percatándome en ese momento de que Christian desapareció. A saber cuando exactamente. La última vez que me percate de su presencia fue al encantar el enlace. -¿Estará mi hermano con ella? Vamos a buscarla si quieres -
Pongo morritos al sentir sus besos en mi mejilla y la dejo separarse a regañadientes, guardando las manos en mis bolsillos como para conservar la tibieza que su cuerpo me había brindado. Puedo jurar que todavía soy consciente de la textura de su piel, como si hubiera quedado grabada en las yemas de mis dedos. Al notar la reverencia suelto una carcajada y la imito inclinando mi torso hacia adelante, con un brazo extendido hacia ella y el otro por encima de mi cintura. Anda que nos divierte hacernos los formales al menos una única vez al año... o en la vida, a saber que nos deparará de ahora en más.
No respondo a su comentario por el simple echo de que entre nosotros ya no hacen falta palabras para confirmar que todos nuestros sentimientos son mutuos y sinceros. Me limito a asentir una sola vez, como diciéndole que por mi parte es igual... agradeciéndole en silencio todo lo que hace por mi, la manera en que me ama y la necesidad notable que tiene de cuidarme, de nunca hacerme daño en ningún sentido.
Por un momento me quedo embobado y envuelto por el ritmo de nuestras respiraciones, cabe destacar que alcanzan la exacta misma velocidad, cosa bastante improbable. Nadie puede negar que lo nuestro es especial, no importa por donde mires nuestra relación, cualquiera de sus características va más allá de lo normal. Unos instantes después nuestros labios están demasiado ocupados con la tarea de fusionarse, probablemente tentados por la fusión que ahora abarca nuestros cuerpos, mentes y almas... me atrevo a decir que durante todo el día, por el resto de nuestras vidas. Mis caricias no cesan en lo que dura el beso ni mucho menos, por alguna razón mis dedos no paran de deslizarse con absoluta lentitud y suavidad por su espalda. Continuan descendiendo y aprovecho que su prenda deja ver la parte más baja de su espalda para entrar en contacto con su piel, tibia, rozando las yemas de mis dedos hasta el límite de su falda.
En el momento que nuestros labios dan la señal de que el beso está por finalizar un estremecimiento inevitable recorre mi nuca, condicionado por el movimiento profundo y a la vez tan suave de sus labios contra los mios. La miro a los ojos una vez más al entreabrirlos, asintiendo repetidas veces a su comentario.
-Y yo... ¿crees que notará algo diferente en nosotros? - sonrío de lado a sabiendas de que es muy pequeña para llegar a comprender algo así, percatándome en ese momento de que Christian desapareció. A saber cuando exactamente. La última vez que me percate de su presencia fue al encantar el enlace. -¿Estará mi hermano con ella? Vamos a buscarla si quieres
- Pongo morritos al sentir sus besos en mi mejilla y la dejo separarse a regañadientes, guardando las manos en mis bolsillos como para conservar la tibieza que su cuerpo me había brindado. Puedo jurar que todavía soy consciente de la textura de su piel, como si hubiera quedado grabada en las yemas de mis dedos. Al notar la reverencia suelto una carcajada y la imito inclinando mi torso hacia adelante, con un brazo extendido hacia ella y el otro por encima de mi cintura. Anda que nos divierte hacernos los formales al menos una única vez al año... o en la vida, a saber que nos deparará de ahora en más.
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Re: Jardín trasero
Evangeline Voltaire Mar Abr 06, 2010 1:35 am
Dejo escapar un escalofrío cuando sus dedos descienden hasta debajo de la camiseta, parte más sensible quiera o no... si siempre su contacto iba a ser así me iba a volver loca en muchas ocasiones, y es que no puedo describir lo que me pasa... intensidad es la palabra. Cojo aire alzando el pecho, para el mismo fin que él en la mayoria de los movimientos: alargarlo al máximo.
Cuando empieza a hablar de Catherine desvío la mirada pasando los dedos por su nuca y por el comienzo de su pelo, jamás podría pensar que echaría tanto de menos separarme aunque sea unos días de algo tan pequeño y que en parte tantos problemas me estaba dando, a nivel de no dejarme dormir, quitarme el apetito por eso y varias cosas más. Al fin y al cabo es mi niña, el instinto me dice que la proteja siempre. -Lo más probable. Por ahora no creo que le pase nada malo con él ¿no? -murmuro volviendo a mirarle a él, como diciendo "echo de menos a Catherine, pero ahora lo único que quiero es estar aquí contigo a solas". Al fin y al cabo lleva varios días a su cargo, y a cargo de Virginie estuvo varios más... por lo que la he visto escasas veces, quizás cuando fui a Francia y la llevé con su tío, por eso es que estoy así. Evitando pensar que le ha puesto whisky en el biberón o que la leche materna es mejor o simplemente si estará pasando frio o no.
Tras mi reverencia él alza el brazo como si fuera a engancharme a él, pero yo en cambio no hago nada de eso. Con una rápida y confiada velocidad, mi mano izquierda coge su muñeca también izquierda, alzando su mano para que quede entre nosotros a la altura de mi rostro, o de su hombro. En unos segundos en la mano de Mark aparece su típica petaca y yo con la derecha se la arrebato de las manos, llevandola a mi boca para darle un trago sin soltar su muñeca. -Y... sé que aún no es la fiesta oficial con invitados, pero... ¿qué te parece una fiesta solo tu y yo? -digo alzando su petaca, dándole un nuevo trago y poniéndola en su mano antes de soltar la muñeca para que se la quedara él, esperando que me respondiera aunque casi sabía la respuesta. Me divertía la idea, y la verdad es que me sorprendo a mi misma... hace horas estaba totalmente aturdida pero ahora, en armonía y muy segura de lo que he hecho, solo tenía ganas de pasarlo lo mejor posible con él a sabiendas de todo lo que nos ha pasado. No sé si podría ser tan feliz como ahora.
Cuando empieza a hablar de Catherine desvío la mirada pasando los dedos por su nuca y por el comienzo de su pelo, jamás podría pensar que echaría tanto de menos separarme aunque sea unos días de algo tan pequeño y que en parte tantos problemas me estaba dando, a nivel de no dejarme dormir, quitarme el apetito por eso y varias cosas más. Al fin y al cabo es mi niña, el instinto me dice que la proteja siempre. -Lo más probable. Por ahora no creo que le pase nada malo con él ¿no? -murmuro volviendo a mirarle a él, como diciendo "echo de menos a Catherine, pero ahora lo único que quiero es estar aquí contigo a solas". Al fin y al cabo lleva varios días a su cargo, y a cargo de Virginie estuvo varios más... por lo que la he visto escasas veces, quizás cuando fui a Francia y la llevé con su tío, por eso es que estoy así. Evitando pensar que le ha puesto whisky en el biberón o que la leche materna es mejor o simplemente si estará pasando frio o no.
Tras mi reverencia él alza el brazo como si fuera a engancharme a él, pero yo en cambio no hago nada de eso. Con una rápida y confiada velocidad, mi mano izquierda coge su muñeca también izquierda, alzando su mano para que quede entre nosotros a la altura de mi rostro, o de su hombro. En unos segundos en la mano de Mark aparece su típica petaca y yo con la derecha se la arrebato de las manos, llevandola a mi boca para darle un trago sin soltar su muñeca. -Y... sé que aún no es la fiesta oficial con invitados, pero... ¿qué te parece una fiesta solo tu y yo? -digo alzando su petaca, dándole un nuevo trago y poniéndola en su mano antes de soltar la muñeca para que se la quedara él, esperando que me respondiera aunque casi sabía la respuesta. Me divertía la idea, y la verdad es que me sorprendo a mi misma... hace horas estaba totalmente aturdida pero ahora, en armonía y muy segura de lo que he hecho, solo tenía ganas de pasarlo lo mejor posible con él a sabiendas de todo lo que nos ha pasado. No sé si podría ser tan feliz como ahora.
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Re: Jardín trasero
Mark Renton Mar Abr 06, 2010 5:03 pm
Presiono su cuerpo contra el mio al notar como toma aire tan profundamente, sabiendo que se debe más que nada al recorrido de mis dedos sobre su piel. En cuanto me acaricia la nuca ladeo la cabeza dejándome llevar por el placer, con los ojos inevitablemente cerrados. Mi punto débil, para qué mentir.
Estoy en pleno goce cuando vuelve a hablar y me limito a asentir con la cabeza una sola vez, entreabriendo un solo ojo en un gesto un tanto gracioso. -Nada malo... solo se me ocurre que pueden incendiar la casa entre los dos, pero no mucho más - me río para mis adentros dejando escapar una sutíl carcajada, sin llegar a ser sarcástico aunque sabiendo que mis palabras no son posibles.. bueno, como posible es pero confío en que Christian haría algo antes de llegar a eso. ò.ó
Nada más notar su próximo gesto dejo de preocuparme por Catherine y todo lo que eso conlleva, sorprendido en cuanto la petaca aparece por arte de magia (nunca mejor dicho) entre mis dedos. -Tsk... me has plagiado el truco ¬¬ - le riño mirándola mal, contrarrestrando esa mirada con una rápida sonrisa. Ni que me fuera a enfadar en serio por eso.
Mientras bebe inclino ligeramente la petaca a su ritmo y asiento a su comentario con cierto brillo especial en los ojos, tal vez toman cierto matíz lujurioso. Bebo un trago. -Como no... es nuestra noche de bodas en cierto modo, no me lo perdería por nada del mundo (//) - sonrío ante la idea mojando mis labios intencionalmente antes de juntarlos a los suyos en un beso espontáneo y fugaz, pegando mi cadera a la suya con cierta brusquedad en el tiempo que dura el gesto. La cercanía me hace ahogar un quejido contra sus labios pero aun así reprimo mis reacciones, esperando a que estemos en un lugar más... privado para dejarme llevar del todo.
Estoy en pleno goce cuando vuelve a hablar y me limito a asentir con la cabeza una sola vez, entreabriendo un solo ojo en un gesto un tanto gracioso. -Nada malo... solo se me ocurre que pueden incendiar la casa entre los dos, pero no mucho más
- me río para mis adentros dejando escapar una sutíl carcajada, sin llegar a ser sarcástico aunque sabiendo que mis palabras no son posibles.. bueno, como posible es pero confío en que Christian haría algo antes de llegar a eso. ò.óNada más notar su próximo gesto dejo de preocuparme por Catherine y todo lo que eso conlleva, sorprendido en cuanto la petaca aparece por arte de magia (nunca mejor dicho) entre mis dedos. -Tsk... me has plagiado el truco ¬¬ - le riño mirándola mal, contrarrestrando esa mirada con una rápida sonrisa. Ni que me fuera a enfadar en serio por eso.
Mientras bebe inclino ligeramente la petaca a su ritmo y asiento a su comentario con cierto brillo especial en los ojos, tal vez toman cierto matíz lujurioso. Bebo un trago. -Como no... es nuestra noche de bodas en cierto modo, no me lo perdería por nada del mundo (//) - sonrío ante la idea mojando mis labios intencionalmente antes de juntarlos a los suyos en un beso espontáneo y fugaz, pegando mi cadera a la suya con cierta brusquedad en el tiempo que dura el gesto. La cercanía me hace ahogar un quejido contra sus labios pero aun así reprimo mis reacciones, esperando a que estemos en un lugar más... privado para dejarme llevar del todo.
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Re: Jardín trasero
Evangeline Voltaire Mar Abr 06, 2010 5:50 pm
Alzo la mirada sin imaginarme que una niña de tres meses pudiera pegar fuego a una casa entera, y más pensando que es así de grande... es un poco imposible, solo podría Christian y presiono los ojos cerrándolos con fuerza para negar con la cabeza.
-No, creo que será más eficiente que eso. Prefiero fiarme -digo con una sonrisa sabiendo que él se fiaba más que yo en su hermano, cosa muy obvia, por eso Catherine está con él. Supongo que si supo cuidar a Mark y ahora está vivo ya sabe como hay que hacerlo. Espero...
Después de darle un trago a su petaca le saco la lengua con burla a su mirada, riéndome a la vez que él cuando lo hace con el rostro girado hacia la petaca para darle el último sorbo... era la idea realmente, por lo que se la paso a su legítimo dueño. -Ahora todo lo tuyo es mío y lo mío es tuyo. No lo olvides
Desvio la mirada hacia él riéndome cuando habla de la noche de bodas, alzando la mirada al cielo. Vale que esté un poco nublado, pero aun quedaba para la noche. Igual la idea me tienta... me tienta mucho. Hablo con la cabeza alzada. -Hombre, por ahora yo me refería a otro tipo de fiesta, más de hacer el idiota por ahora, pero en un futuro cercano obvio que no me voy a neg... -en el momento que agacho la mirada los labios de Mark con un terrible y delicioso sabor a whisky se juntan a los míos y yo cierro los ojos por instinto, correspondiendo a su beso con un jadeo sorprendido ahogado entre sus labios cuando junta mi cadera a la suya. Solo esperaba que las cosas no fueran muy rápidas hoy y que todo fuera perfecto. La verdad es que sea como sea sé que va a ser uno de los días más felices y bonitos de mi vida. Una de mis manos le atraía de la nuca para seguir besándole con ansia retenida pero aun así sin demasiada brusquedad, entreteniéndole para subir mi otra mano a la suya y arrebatarle la petaca de un movimiento. A la vez que se la quito, separo mi rostro del suyo. Mirando sus ojos como diciéndole así que tendremos la noche de bodas que tanto deseamos ambos, jurándoselo así y con un asentimiento de cabeza... -La tendrás, Mark. Pero verás como te pone esto
-susurro en el obvio mal sentido sin ningun pudor casi inaudiblemente antes de desaparecer rápida y literalmente de su lado para aparecer a varios metros de él, alzando la mano con la petaca como para que viniera a por ella.
-Quien algo quiere algo le cuesta, señor Renton -la verdad es que estaba teniendo ideas muy pervertidas con este juego y con el whisky :mrgreen:
-No, creo que será más eficiente que eso. Prefiero fiarme -digo con una sonrisa sabiendo que él se fiaba más que yo en su hermano, cosa muy obvia, por eso Catherine está con él. Supongo que si supo cuidar a Mark y ahora está vivo ya sabe como hay que hacerlo. Espero...
Después de darle un trago a su petaca le saco la lengua con burla a su mirada, riéndome a la vez que él cuando lo hace con el rostro girado hacia la petaca para darle el último sorbo... era la idea realmente, por lo que se la paso a su legítimo dueño. -Ahora todo lo tuyo es mío y lo mío es tuyo. No lo olvides
Desvio la mirada hacia él riéndome cuando habla de la noche de bodas, alzando la mirada al cielo. Vale que esté un poco nublado, pero aun quedaba para la noche. Igual la idea me tienta... me tienta mucho. Hablo con la cabeza alzada. -Hombre, por ahora yo me refería a otro tipo de fiesta, más de hacer el idiota por ahora, pero en un futuro cercano obvio que no me voy a neg... -en el momento que agacho la mirada los labios de Mark con un terrible y delicioso sabor a whisky se juntan a los míos y yo cierro los ojos por instinto, correspondiendo a su beso con un jadeo sorprendido ahogado entre sus labios cuando junta mi cadera a la suya. Solo esperaba que las cosas no fueran muy rápidas hoy y que todo fuera perfecto. La verdad es que sea como sea sé que va a ser uno de los días más felices y bonitos de mi vida. Una de mis manos le atraía de la nuca para seguir besándole con ansia retenida pero aun así sin demasiada brusquedad, entreteniéndole para subir mi otra mano a la suya y arrebatarle la petaca de un movimiento. A la vez que se la quito, separo mi rostro del suyo. Mirando sus ojos como diciéndole así que tendremos la noche de bodas que tanto deseamos ambos, jurándoselo así y con un asentimiento de cabeza... -La tendrás, Mark. Pero verás como te pone esto
-susurro en el obvio mal sentido sin ningun pudor casi inaudiblemente antes de desaparecer rápida y literalmente de su lado para aparecer a varios metros de él, alzando la mano con la petaca como para que viniera a por ella.-Quien algo quiere algo le cuesta, señor Renton
-la verdad es que estaba teniendo ideas muy pervertidas con este juego y con el whisky :mrgreen:
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Re: Jardín trasero
Mark Renton Mar Abr 06, 2010 7:19 pm
Sonrío un poco por la inocencia de su gesto al cerrar los ojos, afirmando sus palabras con un asentimiento ya que no hace falta mucho más. Está claro que no dejariamos que un loco de la vida cuide de nuestra hija... bueno, un loco de la vida sí, pero hasta donde yo sé es capaz de hacerlo bien. Habría que filmarlo mientras la cuida para poder comprobarlo.
No me quejo de que me arrebate la petaca y bebo cortos sorbos en los intervalos de los suyos, parece como si estuvieramos apurados por beber cuando el whisky no va a irse a ningún lado. -Vaya, cuando te conviene. Pero lo voy a tener en cuenta
- amplío la sonrisa evitando contagiarme de sus carcajadas y miro su cuello en cuanto alza la mirada, deslizando un dedo por un lado de su garganta hasta la comisura de sus labios, lenta y metodicamente.
La caricia continua por su mejilla en cuanto nuestros labios se atraen como ya es costumbre y me dejo llevar por completo en el beso, sin preveer que va a sacarme la petaca ni mucho menos. En cuanto lo hace y nos separamos frunzo el ceño, mirando de un lado a otro. -Creo que hay duendes en esta casa - bromeo en referencia a que alguien me roba las cosas cuando menos me lo espero, pensando que probablemente haya alguno realmente en el área de las criaturas.
En ese momento entiendo a la perfección su mirada con respecto al tema anterior, la noche de bodas. Tampoco es que tenga apuro... tenemos el resto de nuestras vidas para festejar de la forma que mejor nos apetezca.
Estoy asimilando sus palabras sobre que algo me va a poner en el peor sentido de la palabra y en un parpadeo ella desaparece de mi lado al igual que su tibieza característica, apareciendo dos segundos después a un par de pasos.
-Joder... ya estoy borracho - comento más para mi mismo que para ella y echo a andar hacia ahí a paso acelerado, sin siquiera pensarlo. -Hmmm... ¿entonces seré recompensado? - insinuo una vez enfrente de ella, rodeándola con ambos brazos algo posesivamente. Estoy seguro de que si quisiera puede volver a desaparecer a pesar de mi agarre pero de todas maneras intento retenerla de esa forma, sin preocuparme por la petaca sino por ella.
No me quejo de que me arrebate la petaca y bebo cortos sorbos en los intervalos de los suyos, parece como si estuvieramos apurados por beber cuando el whisky no va a irse a ningún lado. -Vaya, cuando te conviene. Pero lo voy a tener en cuenta
- amplío la sonrisa evitando contagiarme de sus carcajadas y miro su cuello en cuanto alza la mirada, deslizando un dedo por un lado de su garganta hasta la comisura de sus labios, lenta y metodicamente.La caricia continua por su mejilla en cuanto nuestros labios se atraen como ya es costumbre y me dejo llevar por completo en el beso, sin preveer que va a sacarme la petaca ni mucho menos. En cuanto lo hace y nos separamos frunzo el ceño, mirando de un lado a otro. -Creo que hay duendes en esta casa
- bromeo en referencia a que alguien me roba las cosas cuando menos me lo espero, pensando que probablemente haya alguno realmente en el área de las criaturas.En ese momento entiendo a la perfección su mirada con respecto al tema anterior, la noche de bodas. Tampoco es que tenga apuro... tenemos el resto de nuestras vidas para festejar de la forma que mejor nos apetezca.
Estoy asimilando sus palabras sobre que algo me va a poner en el peor sentido de la palabra y en un parpadeo ella desaparece de mi lado al igual que su tibieza característica, apareciendo dos segundos después a un par de pasos.
-Joder... ya estoy borracho - comento más para mi mismo que para ella y echo a andar hacia ahí a paso acelerado, sin siquiera pensarlo. -Hmmm... ¿entonces seré recompensado? - insinuo una vez enfrente de ella, rodeándola con ambos brazos algo posesivamente. Estoy seguro de que si quisiera puede volver a desaparecer a pesar de mi agarre pero de todas maneras intento retenerla de esa forma, sin preocuparme por la petaca sino por ella.
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Re: Jardín trasero
Evangeline Voltaire Mar Abr 06, 2010 8:07 pm
Niego repetidas veces con la cabeza, muy convencida. -Cuando me conviene no, y lo sabes -sonrío complicemente soltando aire por la nariz cuando mi cabeza y mi cuello se mueven a compás de su caricia, como acercándose buscando esa chispa bajo la piel que él solo me causa. Tras el beso suelto una carcajada al ver que no se esperaba que le quitara la petaca y menos que me alejara de él, tomándolo antes porque estaba borracho que porque pudiera hacer magia... será lo más normal para él, digo yo. Tambien entiendo por la broma que no tiene prisa paraque nada hoy se adelante, por lo que tras la carcajada acentúo la sonrisa... agradecida de que lo comprenda. Verás como así lo va a disfrutar todo mucho más.
A la vez que él camina hacia mí yo camino hacia atrás bebiendo de su petaca sin ningún pudor, dando pasos hacia atrás intentando que fuera a su altura... vamos, dandome media prisa. Intento forcejear riéndome entre dientes intentando detener sus manos con una mía que no tenía ocupada, obviamente sin conseguirlo ya que acaba abrazándome eintentándome retener. Supongo que aún se piensa que escapé corriendo y no por aparición porque iba borracho. Por si no le queda claro, dejo escapar un lametón sobre sus labios muy rápido y termino por desaparecer de nuevo entre sus brazos, apareciendo algo más lejos que antes, con la espalda apoyada en la pared a unos metros a la izquierda de la puerta de entrada ahora cerrada al igual que el pie ahora con la pierna flexionada. Doy un brevísimo sorbo mientras el pulgar de la otra mano se cuelga de la cintura de la falda descendiendo muy levemente la prenda, esperando que se acerque a su ritmo y que me mire para llevar la boquilla de la petaca a mi escote y amenazando con derramar el líquido sobre mi piel. Cuando está a un paso de mi lo hago, cogiendo aire bruscamente por la diferencia de temperatura entre mi cuerpo y la fría bebida, soltando después una rápida y divertida carcajada y desviando la mirada hacia un lado... como exponiéndole el canalillo y el cuello para él. ¿A quien se le ocurre eso aparte de a mi? ¿Será que yo tambien voy un poco tocada? Eso último de momento lo dudo, a que no presento ningún síntoma...
-sonrío complicemente soltando aire por la nariz cuando mi cabeza y mi cuello se mueven a compás de su caricia, como acercándose buscando esa chispa bajo la piel que él solo me causa. Tras el beso suelto una carcajada al ver que no se esperaba que le quitara la petaca y menos que me alejara de él, tomándolo antes porque estaba borracho que porque pudiera hacer magia... será lo más normal para él, digo yo. Tambien entiendo por la broma que no tiene prisa paraque nada hoy se adelante, por lo que tras la carcajada acentúo la sonrisa... agradecida de que lo comprenda. Verás como así lo va a disfrutar todo mucho más. A la vez que él camina hacia mí yo camino hacia atrás bebiendo de su petaca sin ningún pudor, dando pasos hacia atrás intentando que fuera a su altura... vamos, dandome media prisa. Intento forcejear riéndome entre dientes intentando detener sus manos con una mía que no tenía ocupada, obviamente sin conseguirlo ya que acaba abrazándome eintentándome retener. Supongo que aún se piensa que escapé corriendo y no por aparición porque iba borracho. Por si no le queda claro, dejo escapar un lametón sobre sus labios muy rápido y termino por desaparecer de nuevo entre sus brazos, apareciendo algo más lejos que antes, con la espalda apoyada en la pared a unos metros a la izquierda de la puerta de entrada ahora cerrada al igual que el pie ahora con la pierna flexionada. Doy un brevísimo sorbo mientras el pulgar de la otra mano se cuelga de la cintura de la falda descendiendo muy levemente la prenda, esperando que se acerque a su ritmo y que me mire para llevar la boquilla de la petaca a mi escote y amenazando con derramar el líquido sobre mi piel. Cuando está a un paso de mi lo hago, cogiendo aire bruscamente por la diferencia de temperatura entre mi cuerpo y la fría bebida, soltando después una rápida y divertida carcajada y desviando la mirada hacia un lado... como exponiéndole el canalillo y el cuello para él. ¿A quien se le ocurre eso aparte de a mi? ¿Será que yo tambien voy un poco tocada? Eso último de momento lo dudo, a que no presento ningún síntoma...
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Re: Jardín trasero
Mark Renton Miér Abr 07, 2010 1:17 am
-Entonces no te escapes porque eres mia también - me río un poco reteniéndola entre mis brazos después de seguirla en el corto trayecto de intentar alejarse. Me creo triunfante cuando siento el contacto de su lengua sobre mis labios, entrecerrando los ojos sin poder evitarlo. Cuando abro los ojos ya no está, frunzo el ceño, ladeando el rostro en todas direcciones para buscarla. Vale, estoy muy borracho o se está desapareciendo con magia. Será la segunda.
Cuando al fin la encuentro me percato de lo lejos que se encuentra esta vez y no tardo en acelerar el paso en esa dirección, esperando a que deje de hacerlo pronto o voy a necesitar un recreo para sentarme y descansar.
Toda la estupidez de mis pensamientos se desvanece en cuanto soy capaz de verla con mayor claridad y detengo mis ojos a la altura de su falda, relamiendome el labio inferior con disimulo. Además estoy lejos así que no tiene por que enterarse. Ya me falta poco para llegar a su lado cuando me percato de lo que hace con la petaca, amenazando con mojar su piel... o mejor dicho, su escote. Bueno, ahora es cuando me vuelvo loco.
Me acerco más todavía una vez frente a ella, inclinado la cabeza hacia su cuello cuando lo expone de esa forma y apoyo una mano sobre cada costado de su cuerpo, atrayendola más hacia mi si cabe, sin ser brusco sino bastante posesivo. Paso la lengua por su piel intercalando el lametón con todo tipo de besos y mordiscos, en su mayoria suaves pero con alguno más intenso y significativo entre medio. El recorrido de mis labios va subiendo hasta la altura de su mandíbula al retirar todo el whisky y una de mis manos no consigue quedarse quieta, comienza a descender hasta su cintura y sobrepaso su falda en cuestión de segundos a pesar de que lo hago con lentitud, mirándola de reojo. Una vez que la prenda finaliza bajo mis dedos los cuelo por debajo de la tela sin pudor y acaricio su piel todavia con mayor delicadeza, avanzando de a poco a su entrepierna aunque retirando la mano pocos centímetros antes de llegar. Tentándola.
-Tal vez ahora quieras quedarte... quien algo quiere le cuesta - a esta altura mis labios ya se encuentran sobre su mejilla y rozo su piel simplemente tras hablar, mirándola a los ojos ahora de frente.
- me río un poco reteniéndola entre mis brazos después de seguirla en el corto trayecto de intentar alejarse. Me creo triunfante cuando siento el contacto de su lengua sobre mis labios, entrecerrando los ojos sin poder evitarlo. Cuando abro los ojos ya no está, frunzo el ceño, ladeando el rostro en todas direcciones para buscarla. Vale, estoy muy borracho o se está desapareciendo con magia. Será la segunda.Cuando al fin la encuentro me percato de lo lejos que se encuentra esta vez y no tardo en acelerar el paso en esa dirección, esperando a que deje de hacerlo pronto o voy a necesitar un recreo para sentarme y descansar.
Toda la estupidez de mis pensamientos se desvanece en cuanto soy capaz de verla con mayor claridad y detengo mis ojos a la altura de su falda, relamiendome el labio inferior con disimulo. Además estoy lejos así que no tiene por que enterarse. Ya me falta poco para llegar a su lado cuando me percato de lo que hace con la petaca, amenazando con mojar su piel... o mejor dicho, su escote. Bueno, ahora es cuando me vuelvo loco.
Me acerco más todavía una vez frente a ella, inclinado la cabeza hacia su cuello cuando lo expone de esa forma y apoyo una mano sobre cada costado de su cuerpo, atrayendola más hacia mi si cabe, sin ser brusco sino bastante posesivo. Paso la lengua por su piel intercalando el lametón con todo tipo de besos y mordiscos, en su mayoria suaves pero con alguno más intenso y significativo entre medio. El recorrido de mis labios va subiendo hasta la altura de su mandíbula al retirar todo el whisky y una de mis manos no consigue quedarse quieta, comienza a descender hasta su cintura y sobrepaso su falda en cuestión de segundos a pesar de que lo hago con lentitud, mirándola de reojo. Una vez que la prenda finaliza bajo mis dedos los cuelo por debajo de la tela sin pudor y acaricio su piel todavia con mayor delicadeza, avanzando de a poco a su entrepierna aunque retirando la mano pocos centímetros antes de llegar. Tentándola.
-Tal vez ahora quieras quedarte... quien algo quiere le cuesta
- a esta altura mis labios ya se encuentran sobre su mejilla y rozo su piel simplemente tras hablar, mirándola a los ojos ahora de frente.
Mark Renton- Mi niña linda
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Re: Jardín trasero
Evangeline Voltaire Miér Abr 07, 2010 4:01 pm
Ni siquiera percibo que me atrae con las manos porque al apoyar la cabeza en la pared y alzando el mentón todo se me nubla de puro placer, respirando a bocanadas conforme sus labios y sus dientes recorren mi cuello y mi pecho. Ya ni me importaba que fuera tan frío el líquido, mi piel ardiendo contra la suya contrarrestaba todo... sin nombrar que se deshace del líquido en cuestión de segundos. Mis respiraciones acaban convirtiéndose en un jadeo desesperado chocando el aliento contra su mejilla cuando, a la vez que mi rostro está frente al suyo aunque nuestros labios no se encaran, su mano desciende peligrosamente. En el momento que para entreabro los labios para dejar de respirar bruscamente, sin poder creer que esté haciendo esto... si yo lo hacía principalmente para su disfrute, no por nada malo... ¿por qué? En cuanto habla sigo sin poder creer y junto mi mejilla a la suya para negar con la cabeza, nerviosamente.
-N-no pares. Por favor... -digo por si lo principal que quisiera era humillarme, ahora me era indiferente la verdad. Como si quisiera convencerle mis labios ahora secos pasan por su mandíbula y mordisqueo el lóbulo de su oreja, con las manos paralizadas y sin querer moverme ya que si lo hiciera lo primero que haría inconscientemente es hacer que terminara su trayecto. Muevo uno de los dos brazos con lentitud para rodear la parte más baja de su espalda en un ligero abrazo, volviendo a encararme a él para pasar la lengua por la comisura de sus labios... convenciéndole todavía.
-N-no pares. Por favor... -digo por si lo principal que quisiera era humillarme, ahora me era indiferente la verdad. Como si quisiera convencerle mis labios ahora secos pasan por su mandíbula y mordisqueo el lóbulo de su oreja, con las manos paralizadas y sin querer moverme ya que si lo hiciera lo primero que haría inconscientemente es hacer que terminara su trayecto. Muevo uno de los dos brazos con lentitud para rodear la parte más baja de su espalda en un ligero abrazo, volviendo a encararme a él para pasar la lengua por la comisura de sus labios... convenciéndole todavía.
Evangeline Voltaire- Mi pequeña a la que amo (L)
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Re: Jardín trasero
Mark Renton Miér Abr 07, 2010 7:36 pm
Sus respiraciones desbocadas a medida que avanzo solo consiguen encenderme mucho más en el interior, y ni hablar de la temperatura que toma mi cuerpo en cuestión de segundos. Nuestras pieles están literalmente ardiendo entre sí y casi que puedo sentir el palpitar de mi corazón como nunca antes, como si quisiera salirse de su lugar para hacerse uno con el de ella... el cual late con igual o mayor velocidad. ¿Será sano todo esto?
Su negación de cabeza me hace desechar la idea y no puedo evitar fruncir un poco el ceño, creyendo que sí ella se hace desear yo también puedo. ¿Por qué no pagarle con la misma moneda de vez en cuando? Suelto una carcajada ante su repentino nerviosismo sin creerme capaz de hacerla 'sufrir' de esa manera... vamos, que si fuera al revés yo ya estaría gritando de desesperación.
Disfruto del recorrido de sus labios sobre mi piel a cada instante, soltando algun jadeo inevitable cuando me muerde de una forma tan irresistible. Parece que intenta convencerme... lo que ella no sabe es que ya lo ha hecho con solo pedirmelo. A medida que el contacto de su lengua se hace presente en mis labios mis dedos vuelven a avanzar por debajo de la falda hacia su entrepierna, repitiendo el gesto anterior pero esta vez sin detenerme ni reprimir mis actos. Creí que hoy debiamos ir despacio, pero vale: -Tus deseos son órdenes - sonrío sin abrir los ojos dejando caer un profundo beso sobre sus labios y comienzo a tocarla por encima de la ropa interior, sin tardar en apartar la tela que no es más que un estorbo en este momento. Muevo los dedos con suavidad evitando hacerle daño aunque variando el ritmo de vez en cuando, atento a sus reacciones durante todo el rato. Tocarla me produce un placer extraño a mi también y es por eso que no puedo evitar juntar mi cuerpo al suyo aun más y alzo una de sus piernas para que me rodee con ella por la cintura, mordisqueando su labio inferior y sin detener mis caricias, con un suspiro entrecortado.
Su negación de cabeza me hace desechar la idea y no puedo evitar fruncir un poco el ceño, creyendo que sí ella se hace desear yo también puedo. ¿Por qué no pagarle con la misma moneda de vez en cuando? Suelto una carcajada ante su repentino nerviosismo sin creerme capaz de hacerla 'sufrir' de esa manera... vamos, que si fuera al revés yo ya estaría gritando de desesperación.
Disfruto del recorrido de sus labios sobre mi piel a cada instante, soltando algun jadeo inevitable cuando me muerde de una forma tan irresistible. Parece que intenta convencerme... lo que ella no sabe es que ya lo ha hecho con solo pedirmelo. A medida que el contacto de su lengua se hace presente en mis labios mis dedos vuelven a avanzar por debajo de la falda hacia su entrepierna, repitiendo el gesto anterior pero esta vez sin detenerme ni reprimir mis actos. Creí que hoy debiamos ir despacio, pero vale: -Tus deseos son órdenes - sonrío sin abrir los ojos dejando caer un profundo beso sobre sus labios y comienzo a tocarla por encima de la ropa interior, sin tardar en apartar la tela que no es más que un estorbo en este momento. Muevo los dedos con suavidad evitando hacerle daño aunque variando el ritmo de vez en cuando, atento a sus reacciones durante todo el rato. Tocarla me produce un placer extraño a mi también y es por eso que no puedo evitar juntar mi cuerpo al suyo aun más y alzo una de sus piernas para que me rodee con ella por la cintura, mordisqueando su labio inferior y sin detener mis caricias, con un suspiro entrecortado.
Mark Renton- Mi niña linda
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