ÍndiceHabitación de Mark
3 participantes
Página 1 de 1.
Admin- Admin
- Mensajes : 34
Fecha de inscripción : 15/02/2010 -
Re: Habitación de Mark
Evangeline Voltaire Miér Abr 07, 2010 11:23 pm
Abro la puerta empujándola con la espalda ya que estaba semiabierta, atrayéndolo conmigo con una mano agarrando su camiseta aun si quitar la chaqueta. Damos la vuelta aun caminando pero al contrario pudiendo cerrar yo la puerta con un ligero empujón antes de ver que Mark estaba de espaldas a la cama, tampoco veía mucho más. Mis manos en sus hombros no solo consiguen quitarle la chaqueta si no que regresan y le doy un ligero empujón antes de hacerle caer boca arriba en la cama, totalmente extasiada y perdiendo los estribos, deshaciendome de mis zapatos en otro arrebato de prisa. El hecho de que antes hubiera "vuelto a la realidad" ligeramente ahora hace que pestañee varias veces y mire a Mark aun de pie sin acompañarle en el movimiento, de momento con una sensación de vértigo y de mareo muy repentino que lo más seguro es que se haya dado por dos cosas: porque aun no me he habituado a que toda situación con él sea todo profundo y muy significante, y que mi situación física no es la más buena desde el nacimiento, por no decir de las peores... seré de las únicas que adelgaza tanto después de tener una hija. Me quedo de momento paralizada como con miedo a que me mueva de nuevo se acentúe el mareo o algo así, pestañeo otra vez y termino por clavar las rodillas en la cama, caminando al lado de Mark para tumbarme boca abajo a su lado para que me abrace. Con el rostro de lado direccionado a la mejilla del chico, respirando con exagerada lentitud.
-Comenzamos de nuevo ¿vale mi vida? -susurro junto a su oído con voz aguda y comprometida, queriendo transmitir que no me pasa nada, solo me ha dado vértigo la velocidad pero que me sentía feliz, es la palabra que mejor lo describe... no quepo en mi misma de felicidad, y él lo entiende. Podrían haber pasado unos minutos... diría que habian pasado varios cuando me decido y paso la rodilla al otro lado de Mark sentándome sobre su cadera aun con la ropa interior medio por bajar, poniendo ambas manos a los lados de su cuello para acariciar una de sus mejillas con mi pulgar y comenzar un beso profundo y con lentitud, como diciendo que ahora es mi momento, o mejor dicho el suyo... y que me dejara actuar, y luego sería de ambos, solo necesitaba tiempo para habituarme a la pasión que Mark va a ofrecerme toda mi vida gracias al conjuro. Es increíble.
-Comenzamos de nuevo ¿vale mi vida? -susurro junto a su oído con voz aguda y comprometida, queriendo transmitir que no me pasa nada, solo me ha dado vértigo la velocidad pero que me sentía feliz, es la palabra que mejor lo describe... no quepo en mi misma de felicidad, y él lo entiende. Podrían haber pasado unos minutos... diría que habian pasado varios cuando me decido y paso la rodilla al otro lado de Mark sentándome sobre su cadera aun con la ropa interior medio por bajar, poniendo ambas manos a los lados de su cuello para acariciar una de sus mejillas con mi pulgar y comenzar un beso profundo y con lentitud, como diciendo que ahora es mi momento, o mejor dicho el suyo... y que me dejara actuar, y luego sería de ambos, solo necesitaba tiempo para habituarme a la pasión que Mark va a ofrecerme toda mi vida gracias al conjuro. Es increíble.
Evangeline Voltaire- Mi pequeña a la que amo (L)
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 16/02/2010
Re: Habitación de Mark
Mark Renton Jue Abr 08, 2010 3:51 am
Entro a mi habitación siendo arrastrado por Evan a su placer y sin perderla de vista por nada del mundo mientras avanzamos, dejándome caer de espaldas sobre la cama sin oponer ninguna resistencia a su empujón. Cuando me quiero dar cuenta ya se deshizo de mi chaqueta y tengo que mirar mis pantalones para comprobar que los tengo puestos, notando mis respiraciones casi tan agitadas como hace un rato en el jardín
Extiendo ambos brazos hacia ella en cuanto me fijo que se queda ahí parada, sin seguirme hasta la cama como yo había esperado. Si no me equivoco le pasa algo, no sé si es bueno o malo pero parece algo ida de repente... o tal vez nerviosa. Frunzo el ceño hasta que termina por acercarse como si lo hubiera meditado demasiado y me quedo lo más quieto posible, mirándola a los ojos en un breve silencio. -¿Estás bien, Evan? - la conozco lo suficiente como para saber que tal vez me dice que todo anda bien nada más que por la situación en la que nos encontramos... pero me preocupa, para qué mentir.
En cuanto se acuesta acaricio su espalda girando un poco el cuerpo hasta quedar de lado, todavía mirandola pero ahora de más cerca, con un asentimiento no muy convencido. -¿Y por qué no empezamos desde donde nos quedamos?
- inquiero ahora sí entendiendo que todo va bien por su parte, o al menos creo que eso es lo que quiere transmitirme al seguir con lo mismo de antes.
Mis dedos continuan deslizándose por su espalda cuando ella se da la vuelta repentinamente y yo acompaño el movimiento sin dudarlo, permitiendo que se acomode sobre mi como más le apetezca. Mientras su rostro se acerca al mío amenazando con besarme cierro los ojos de par en par y la rodeo con ambos brazos por la cintura con la intención de encajar nuestras caderas de nuevo, correspondiendo con igual lentitud e intensidad. El juego de nuestras lenguas no tarda en hacerse presente a medida que disfruto de sus caricias en mi mejilla y voy descendiendo con las manos distraidamente por sus piernas, retirando su ropa interior ya que estaba a mi paso, sin haberlo premeditado. No sé si soy yo o si somos los dos pero todo se siente único esta noche, como si el juramento inquebrantable influyera nuestra vida en todos los sentidos. Por algún motivo también puedo sentir lo que ella siente con mayor precisión y la verdad es que me encanta, me encanta saber que se vuelve loca con mis intentos por darle placer o con un simple beso como el que estamos compartiendo. Es algo mágico.
Extiendo ambos brazos hacia ella en cuanto me fijo que se queda ahí parada, sin seguirme hasta la cama como yo había esperado. Si no me equivoco le pasa algo, no sé si es bueno o malo pero parece algo ida de repente... o tal vez nerviosa. Frunzo el ceño hasta que termina por acercarse como si lo hubiera meditado demasiado y me quedo lo más quieto posible, mirándola a los ojos en un breve silencio. -¿Estás bien, Evan? - la conozco lo suficiente como para saber que tal vez me dice que todo anda bien nada más que por la situación en la que nos encontramos... pero me preocupa, para qué mentir.
En cuanto se acuesta acaricio su espalda girando un poco el cuerpo hasta quedar de lado, todavía mirandola pero ahora de más cerca, con un asentimiento no muy convencido. -¿Y por qué no empezamos desde donde nos quedamos?
- inquiero ahora sí entendiendo que todo va bien por su parte, o al menos creo que eso es lo que quiere transmitirme al seguir con lo mismo de antes.Mis dedos continuan deslizándose por su espalda cuando ella se da la vuelta repentinamente y yo acompaño el movimiento sin dudarlo, permitiendo que se acomode sobre mi como más le apetezca. Mientras su rostro se acerca al mío amenazando con besarme cierro los ojos de par en par y la rodeo con ambos brazos por la cintura con la intención de encajar nuestras caderas de nuevo, correspondiendo con igual lentitud e intensidad. El juego de nuestras lenguas no tarda en hacerse presente a medida que disfruto de sus caricias en mi mejilla y voy descendiendo con las manos distraidamente por sus piernas, retirando su ropa interior ya que estaba a mi paso, sin haberlo premeditado. No sé si soy yo o si somos los dos pero todo se siente único esta noche, como si el juramento inquebrantable influyera nuestra vida en todos los sentidos. Por algún motivo también puedo sentir lo que ella siente con mayor precisión y la verdad es que me encanta, me encanta saber que se vuelve loca con mis intentos por darle placer o con un simple beso como el que estamos compartiendo. Es algo mágico.
Mark Renton- Mi niña linda
- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2010
Re: Habitación de Mark
Evangeline Voltaire Jue Abr 08, 2010 5:58 pm
Cuando escucho su pregunta sonrío haciendo un sobreesfuerzo por respirar normal y asiento con la cabeza. Obviamente, lo de respirar no lo consigo. Cuando estoy tumbada a su lado es cuando hablo: -Estoy bien, Mark. Muy pero que muy bien... solo me ha dado un poco de vértigo la velocidad... es muy intenso, y tengo que acostumbrarme. ¿Me entiendes? -pregunto retóricamente porque ya sé que sí, por lo que ya las palabras, ahora mismo, sobran. Le miro fijamente cuando responde a lo de empezar de nuevo y suelto una carcajada, dando por obvio que me refería a eso solo que tras este pequeño paréntesis en el que todo mi cuerpo aun está extasiado y vibra del placer que me da, no puede asimilar tanto en tan poco tiempo. Mi cuerpo se adapta al suyo casi al instante ahora con una rodilla a cada lado de su cuerpo clavado entre las sábanas ahora medio deshechas, cerrando los ojos y devolviéndole el beso con pequeños suspiros intercalados pero sin cesar de hacerlo. En vez de separarme sin más voy alejando mi rostro del suyo unos centímetros mientras atrapo su lengua con los labios, moviendo el cuerpo para ayudarle a quitarme la ropa interior. En cuanto termina, vuelvo a juntar nuestras caderas en un movimiento brusco, rozando las partes obvias de nuestros cuerpos en una especie de toma de atención... como diciendo que nada de lo que había hecho tenía por qué afectar. Estaba igual de húmeda que antes... eso lo notaba hasta yo, él supongo que bastante más. Mis manos van sin premeditaciones hasta la parte más baja de su camiseta y la voy ascendiendo mientras atrapo su lengua, solo pensando en separarme para conseguir sacarle la camiseta por la cabeza sin dilación alguna. Me quedo sentada sobre su cintura alzando la espalda para ponerme recta, mirándole desde arriba mientras bajo las manos hacia el broche de su pantalón, casi donde estaba sentada yo, levantándome levemente para conseguir desabrocharlos y bajarlos unos centímetros de su cadera, perdiendo los estribos de la situación de nuevo pero esta vez sin darme un ataque epiléptico... si me he quedado paralizada es porque sabía que así ambos lo ibamos a disfrutar mucho más, con consciencia de quienes éramos, donde estábamos y esas cosas que se suelen tener. Vuelvo a descender, juntando su abdomen con la parte del mio que ya iba destapado de normal, con las manos sobre sus hombros.
-Te quiero Mark Renton. Así será mucho mejor... déjamelo a mi -susurro junto a su oido pasándome a mirar la marca que le había hecho en el cuello mucho más notable de lo que pensaba... arranque de placer, posiblemente. La pincho con un dedo pensando que debe de picar o algo así, bajando con los labios por su mentón y su pecho, rozando con éstos y dando pequeños y muy ligeros mordiscos, reptando para descender por su cuerpo y comenzando con rozar su piel con la punta de la lengua por debajo de su ombligo, insaciada del sabor de su piel. Los mordiscos se quedan atrás cuando la lengua se entretiene por la zona del ombligo hasta toparse con el elástico de la ropa interior, colandose por la piel que ésta cubría con ayuda de los dedos. Separo mi rostro y dejo de hacer lo que estaba haciendo tras dejar un mordisco en la zona... tentándole yo tambien. Vuelvo a ascender y apoyo el mentón en medio de su pecho, a unos centímetros por debajo de su rostro, mirando hacia arriba para ver su reacción con las yemas de los dedos recorriendo sus dos costados. Pensando que al fin y al cab oes nuestra original y única noche de bodas de nuestra vida y hay que alargarlo al máximo posible
-Te quiero Mark Renton. Así será mucho mejor... déjamelo a mi -susurro junto a su oido pasándome a mirar la marca que le había hecho en el cuello mucho más notable de lo que pensaba... arranque de placer, posiblemente. La pincho con un dedo pensando que debe de picar o algo así, bajando con los labios por su mentón y su pecho, rozando con éstos y dando pequeños y muy ligeros mordiscos, reptando para descender por su cuerpo y comenzando con rozar su piel con la punta de la lengua por debajo de su ombligo, insaciada del sabor de su piel. Los mordiscos se quedan atrás cuando la lengua se entretiene por la zona del ombligo hasta toparse con el elástico de la ropa interior, colandose por la piel que ésta cubría con ayuda de los dedos. Separo mi rostro y dejo de hacer lo que estaba haciendo tras dejar un mordisco en la zona... tentándole yo tambien. Vuelvo a ascender y apoyo el mentón en medio de su pecho, a unos centímetros por debajo de su rostro, mirando hacia arriba para ver su reacción con las yemas de los dedos recorriendo sus dos costados. Pensando que al fin y al cab oes nuestra original y única noche de bodas de nuestra vida y hay que alargarlo al máximo posible
Evangeline Voltaire- Mi pequeña a la que amo (L)
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 16/02/2010
Re: Habitación de Mark
Mark Renton Jue Abr 08, 2010 7:37 pm
Me limito a asentir a sus palabras y luego a su pregunta, sabiendo por alguna extraña razón que esas eran las razones de su nerviosismo. No sé cual es el problema con la velocidad, yo suelo perder los estribos con facilidad y nada puede detenerme en estos casos. Bueno, nadie excepto ella y sus intentos por hacer que ambos disfrutemos mucho más de la situación. En parte se lo agradezco y más aun el día de hoy. Si hasta una mirada es mucho más intensa bajo el poder de un pacto inquebrantable no quiero ni imaginarme lo que se va a sentir hacerlo, o el simple echo de sentir su piel contra la mia, fusionándose.
Mientras voy retirándole la ropa interior mi lengua se dedica a acariciar sus labios sutilmente, los cuales la atrapan pocos segundos después. Aun así no la dejo quieta sino que hago un esfuerzo por rozar su lengua una vez más. Si es que no existe un sabor tan perfecto en la faz de la tierra... no, ni siquiera el del whisky lo supera. Nuestros cuerpos vuelven a encajar gracias a su movimiento y ahogo un quejido contra sus labios en cuando nuestras partes se rozan, notando que la urgencia típica en mi vuelve a pedirme a gritos que todo esto sea más rapido. Aquella sensación no tarda en cesar como consecuencia del contacto de sus manos bajando por mi pecho y relaciono toda la ansiedad a las ganas irrefrenables que tengo de sentirla mia, de que nuestros cuerpos desnudos se acaricien sin la necesidad de utilizar nuestras manos.
Aprovecho para mordisquear su labio inferior a medida que ella va subiendo mi camiseta y en cuanto lo hace y se separa mi rostro avanza un poco hacia adelante, como pidiéndole que no aparte sus labios de los mios. Aun así vuelvo a dejarme caer sobre el colchón con un bufido y la miro fijamente a los ojos en el silencio e intensidad del momento, deslizando los dedos de mis manos por sus muslos muy pausadamente. Ahora sí, sin apuro aparente.
En cuanto los desabrocha muevo ligeramente la cadera para bajarlos un poco más de lo que ella los baja pero sin llegar siquiera a la altura de mis rodillas. Estoy por decir alguna estupidez con el único propósito de romper el silencio cuando ella se vuelve a inclinar sobre mi abdomen y segundos después habla, haciendome estremecer. ¿Me habrá leido la mente? -A ver... sorpréndeme - contesto casi de inmediato antes de encojer el cuello y ladear la cabeza en esa dirección, con el ceño fruncido. -Duele... ya no hace falta que sigas marcando el territorio - me río entre dientes pensando que después del juramento que hicimos ya no son necesarias esas marcas como firma, lo nuestro va más allá de todo el amor jamás descrito, va más allá de todas las parejas que existen en el mundo. Nadie es tan especial como nosotros ni posee una unión tan mágica e inquebrantable.
Mis pensamientos se desvanecen en cuanto el contacto de sus labios se hace evidente en mi mentón, haciendome respirar cada vez con mayor intensidad mientras desciende por mi pecho. Mi abdomen se encoje en repetidas ocasiones nada más que por sus mordiscos y por el placer que me provoca ese o cualquier gesto proviniente de la mujer de mi vida, disfrutando cada instante. En cuanto sus labios se topan con el elástico de mi ropa interior alzo la cintura separandome ligeramente del colchón, tomando aire entrecortadamente a la vez. Presiono los dedos sobre sus piernas cuando me muerde creyendo que voy a morirme de placer en menos de un parpadeo, pero entonces vuelve a ascender y tardo unos segundos en alzar el mentón para mirarla, medio sonriendo. -¿Soy yo o nos encanta hacer sufrir al otro?
- mis manos avanzan juntas por el contorno de su espalda y aprovecho para ir desabrochando los ganchos del corset que lleva puesto, sin prisas ni dejando de mirarla a ella, ligeramente concentrado.
Mientras voy retirándole la ropa interior mi lengua se dedica a acariciar sus labios sutilmente, los cuales la atrapan pocos segundos después. Aun así no la dejo quieta sino que hago un esfuerzo por rozar su lengua una vez más. Si es que no existe un sabor tan perfecto en la faz de la tierra... no, ni siquiera el del whisky lo supera. Nuestros cuerpos vuelven a encajar gracias a su movimiento y ahogo un quejido contra sus labios en cuando nuestras partes se rozan, notando que la urgencia típica en mi vuelve a pedirme a gritos que todo esto sea más rapido. Aquella sensación no tarda en cesar como consecuencia del contacto de sus manos bajando por mi pecho y relaciono toda la ansiedad a las ganas irrefrenables que tengo de sentirla mia, de que nuestros cuerpos desnudos se acaricien sin la necesidad de utilizar nuestras manos.
Aprovecho para mordisquear su labio inferior a medida que ella va subiendo mi camiseta y en cuanto lo hace y se separa mi rostro avanza un poco hacia adelante, como pidiéndole que no aparte sus labios de los mios. Aun así vuelvo a dejarme caer sobre el colchón con un bufido y la miro fijamente a los ojos en el silencio e intensidad del momento, deslizando los dedos de mis manos por sus muslos muy pausadamente. Ahora sí, sin apuro aparente.
En cuanto los desabrocha muevo ligeramente la cadera para bajarlos un poco más de lo que ella los baja pero sin llegar siquiera a la altura de mis rodillas. Estoy por decir alguna estupidez con el único propósito de romper el silencio cuando ella se vuelve a inclinar sobre mi abdomen y segundos después habla, haciendome estremecer. ¿Me habrá leido la mente? -A ver... sorpréndeme - contesto casi de inmediato antes de encojer el cuello y ladear la cabeza en esa dirección, con el ceño fruncido. -Duele... ya no hace falta que sigas marcando el territorio - me río entre dientes pensando que después del juramento que hicimos ya no son necesarias esas marcas como firma, lo nuestro va más allá de todo el amor jamás descrito, va más allá de todas las parejas que existen en el mundo. Nadie es tan especial como nosotros ni posee una unión tan mágica e inquebrantable.
Mis pensamientos se desvanecen en cuanto el contacto de sus labios se hace evidente en mi mentón, haciendome respirar cada vez con mayor intensidad mientras desciende por mi pecho. Mi abdomen se encoje en repetidas ocasiones nada más que por sus mordiscos y por el placer que me provoca ese o cualquier gesto proviniente de la mujer de mi vida, disfrutando cada instante. En cuanto sus labios se topan con el elástico de mi ropa interior alzo la cintura separandome ligeramente del colchón, tomando aire entrecortadamente a la vez. Presiono los dedos sobre sus piernas cuando me muerde creyendo que voy a morirme de placer en menos de un parpadeo, pero entonces vuelve a ascender y tardo unos segundos en alzar el mentón para mirarla, medio sonriendo. -¿Soy yo o nos encanta hacer sufrir al otro?
- mis manos avanzan juntas por el contorno de su espalda y aprovecho para ir desabrochando los ganchos del corset que lleva puesto, sin prisas ni dejando de mirarla a ella, ligeramente concentrado.
Mark Renton- Mi niña linda
- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2010
Re: Habitación de Mark
Evangeline Voltaire Dom Abr 11, 2010 5:13 am
En el momento que dice que duele suelto una carcajada como diciendo que iba listo si creía que ahí acababa todo. En vez de pinchar con el dedo ahora toda mi mano cubre su cuello direccionando mis labios a su otro oído, cantando entre susurros jadeantes. -Sana sana culito de rana... -suelto otra pequeña risa antes de direccionarme al cuello sin dilación y vuelvo a repetir la acción de succionar su piel con exagerada fuerza, es obvio que el momento me hace que no pierda tanto los estribos por lo que me sale peor... pero sale, al fin y al cabo. -No le digas a Cathie quien te lo hizo -termino por susurrar en el mismo tono volviendo a encarar mi rostro al suyo, sabiendo que no hacía falta marcar a nadie ya que estabamos marcados de por vida gracias al juramento inquebrantable, pero qué, a mi tambien me gusta presumir de novio buenorro como él. Beso sus labios incesamentemente, su fragancia hace que sea como veneno para mi que no puedo dejar de tomar, una adicción incesante.
El hecho de que se retuerza de placer ante el recorrido de mis labios me hace comprender cómo se sentía él dándome placer a mi, si antes del juramento ya era una sensación de gratitud anterior y superación ahora lo es increíblemente más, como diciendo... es mi responsabilidad, y me encanta. En parte tambien me da placer a mi, pero tenía que devolvérsela que me tentara, en el fondo sabía que iba a seguir... tenía pensado volver a lo que antes no había terminado antes, pero Mark me habia y empieza a quitarme el corset por lo que apoyo las manos una a cada lado de su cuerpo para mantenerme rígida y dejar que lo haga a su ritmo, no es algo fácil.
-Más que hacer sufrir al otro... no encanta sufrir y lo sabemos -sonrio mirándole desde la cercanía mientras me sigue desvistiendo, mientras rozo mínimamente mis labios con los suyos casi imperceptiblemente, moviendo una de las dos manos por su pecho y dibujando con los dedos figuras simétricas pero sin sentido. Me lo tomo como un pequeño paréntesis por lo que decido hablar, con la mirada gacha. -Nunca me arrepentiré de haberme unido a ti para siempre... no te decepcionaré -susurro y alzo la mirada a sus ojos, mirándolos fijamente y asintiendo con la cabeza. Como diciendo "ambos sabemos con exactitud lo que sentimos cada uno y mutuamente, pero ya lo hablaremos luego o mañana ¿vale?".
Cuando termina de quitármelo le ayudo a dejarlo caer por cualquier parte, ni siquiera sé si cerca de su chaqueta o no, direccionando a toda velocidad su mano al broche del sujetador sin tirantes... ayudándolo a quitarlo, como si estuviera cansado de quitarlo todo. En el momento que cojo su mano comienzo un nuevo beso mucho más desenfrenado y con ansia de beber de él, inclinando la cabeza para adentrarme en él todo lo posible... como si ser tan lentos me hubiera aburrido. Estoy segura que nunca terminará esta pasión, y es que nadie ha sido capaz nunca de exponer su vida para el otro... nadie se imaginaría que podría llegar tan lejos esta pareja, creo que ni nosotros mismos, pero esto es lo que rige nuestras vidas ahora más que nunca. Termina por quitármelo y justo cuando dejo de sentir la presión de esa ropa en el cuerpo me separo para coger una bocanada de aire, no sé si por la liberación o por necesitarlo del beso. Mordisqueo su mentón como de despedida volviendo a poner las manos en sus costados conforme desciendo, repitiendo lo mismo que antes pero con mayor intensidad, incluido las cosquillas producidas por mi pelo suelto. Al llegar a la goma la atrapo con los dientes para volverla a soltar para que chasqueara con su piel con una carcajada, aun así descendiendo para rozar con las yemasde los dedos sus piernas con una sutilidad como en mi vida, mordiendo y pellizcando la piel de su entrepierna sobre la tela de la ropa interior antes de atraparla con los dientes y descenderla así, original forma. Al menos me doy cuenta que inspirado lo que es inspirado sí está . Me siento sobre mis propias piernas en la cama para terminar de desvestirle desde ahi, retirando los pantalones desde los talones aunque no la ropa interior, caminando a cuatro patas y esquivando su cuerpo para volver sobre él. Clavando de nuevo las rodillas una a cada lado de la cintura y con una de las manos que se toma la libertad de tantear la zona que antes cubría la tela con los dedos. Dios... me estaba volviendo loca. Creo que le necesitaba ya o no iba a aguantar mucho. La humedad que llevo encima se puede captar a kilómetros, me temo... no puedo acostumbrarme a que todo sea tan pero tan intenso, y que todo refleje un sentimiento constante de amor eterno, e imponer la felicidad y bienestar del otro ante cualquier cosa. La intensidad me daban ganas de llorar incluso.
El hecho de que se retuerza de placer ante el recorrido de mis labios me hace comprender cómo se sentía él dándome placer a mi, si antes del juramento ya era una sensación de gratitud anterior y superación ahora lo es increíblemente más, como diciendo... es mi responsabilidad, y me encanta. En parte tambien me da placer a mi, pero tenía que devolvérsela que me tentara, en el fondo sabía que iba a seguir... tenía pensado volver a lo que antes no había terminado antes, pero Mark me habia y empieza a quitarme el corset por lo que apoyo las manos una a cada lado de su cuerpo para mantenerme rígida y dejar que lo haga a su ritmo, no es algo fácil.
-Más que hacer sufrir al otro... no encanta sufrir y lo sabemos -sonrio mirándole desde la cercanía mientras me sigue desvistiendo, mientras rozo mínimamente mis labios con los suyos casi imperceptiblemente, moviendo una de las dos manos por su pecho y dibujando con los dedos figuras simétricas pero sin sentido. Me lo tomo como un pequeño paréntesis por lo que decido hablar, con la mirada gacha. -Nunca me arrepentiré de haberme unido a ti para siempre... no te decepcionaré -susurro y alzo la mirada a sus ojos, mirándolos fijamente y asintiendo con la cabeza. Como diciendo "ambos sabemos con exactitud lo que sentimos cada uno y mutuamente, pero ya lo hablaremos luego o mañana ¿vale?".
Cuando termina de quitármelo le ayudo a dejarlo caer por cualquier parte, ni siquiera sé si cerca de su chaqueta o no, direccionando a toda velocidad su mano al broche del sujetador sin tirantes... ayudándolo a quitarlo, como si estuviera cansado de quitarlo todo. En el momento que cojo su mano comienzo un nuevo beso mucho más desenfrenado y con ansia de beber de él, inclinando la cabeza para adentrarme en él todo lo posible... como si ser tan lentos me hubiera aburrido. Estoy segura que nunca terminará esta pasión, y es que nadie ha sido capaz nunca de exponer su vida para el otro... nadie se imaginaría que podría llegar tan lejos esta pareja, creo que ni nosotros mismos, pero esto es lo que rige nuestras vidas ahora más que nunca. Termina por quitármelo y justo cuando dejo de sentir la presión de esa ropa en el cuerpo me separo para coger una bocanada de aire, no sé si por la liberación o por necesitarlo del beso. Mordisqueo su mentón como de despedida volviendo a poner las manos en sus costados conforme desciendo, repitiendo lo mismo que antes pero con mayor intensidad, incluido las cosquillas producidas por mi pelo suelto. Al llegar a la goma la atrapo con los dientes para volverla a soltar para que chasqueara con su piel con una carcajada, aun así descendiendo para rozar con las yemasde los dedos sus piernas con una sutilidad como en mi vida, mordiendo y pellizcando la piel de su entrepierna sobre la tela de la ropa interior antes de atraparla con los dientes y descenderla así, original forma. Al menos me doy cuenta que inspirado lo que es inspirado sí está
. Me siento sobre mis propias piernas en la cama para terminar de desvestirle desde ahi, retirando los pantalones desde los talones aunque no la ropa interior, caminando a cuatro patas y esquivando su cuerpo para volver sobre él. Clavando de nuevo las rodillas una a cada lado de la cintura y con una de las manos que se toma la libertad de tantear la zona que antes cubría la tela con los dedos. Dios... me estaba volviendo loca. Creo que le necesitaba ya o no iba a aguantar mucho. La humedad que llevo encima se puede captar a kilómetros, me temo... no puedo acostumbrarme a que todo sea tan pero tan intenso, y que todo refleje un sentimiento constante de amor eterno, e imponer la felicidad y bienestar del otro ante cualquier cosa. La intensidad me daban ganas de llorar incluso.
Evangeline Voltaire- Mi pequeña a la que amo (L)
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 16/02/2010
Re: Habitación de Mark
Mark Renton Lun Abr 12, 2010 5:22 am
La miro de reojo a medida que se acerca cantando hacia mi oído, creyendo durante todo el rato que va a curarme de una manera tierna y tan encantadora como ella. Pero no, me equivocaba... y mucho. Mis ojos se cierran de par en par en el momento que sus labios vuelven a entrar en contacto con mi cuello, al menos tiene la consideración de succionar el lado opuesto esta vez. Igual no sé para qué dramatizo si me encanta lo que hace y ese pequeño detalle se ve claramente en la manera que mis respiraciones se aceleran cada vez más, atrayéndola con el brazo que rodea su cintura, casi sin pensarlo.
En cuanto me pide que no le diga a Catherine suelto una carcajada entre dientes a la vez que abro los ojos, perdiéndome en los suyos que ahora se encuentran justo enfrente de los míos. ¿Es posible estar enamorado hasta de los ojos de una persona? Sin mencionar sus manos, ni sus labios, ni su piel, sus piernas, su abdomen. Todo el conjunto es increíble pero en este momento me pierdo nada más que en sus ojos, olvidando incluso las intenciones con las que llegamos a este dormitorio.
Por suerte sus besos me bajan a la realidad rapidamente, el sabor de sus labios contra los mios vuelve a tentarme como siempre lo ha hecho, haciendome ahogar un suspiro entre que se separa y vuelve a acercarse. Tampoco es plan que entre en trance en el medio de toda esta situación y mirar sus ojos por mucho más tiempo lo hubiera conseguido sin problemas.
-Uy... entonces somos, ¿masoquistas? - inquiero con tono burlón mientras mis dedos se dedican a desabrochar el corset lo más rapido posible, aun así sin apuro aparente. Venga, nunca voy a entender por que son tan complicadas las mujeres hasta para vestirse. De todas formas no puedo quejarme, su atuendo para la ocasión le queda muy pero que muy bien... aunque nada puede compararse a la desnudez, sinceramente.
Sus caricias en mi pecho continuan estimulándome hasta que termino de deshacerme de aquella prenda, tirando de un lado para apartarla de nuestro camino. Me dedico a echarle una ojeada tan poco disimulada como siempre a sus pechos con el mentón pegado al esternón y en ese momento sus palabras me hacen olvidar aquello por completo, desviando mi vista a sus ojos en una milésima de segundo. Una amplia sonrisa se asoma en mis labios sin previo aviso y me limito a asentir una sola vez, deslizando los dedos de una mano por su espalda ahora desnuda... muy lentamente hacia su cintura. -Ya sabes que es mutuo... nunca he tomado una decisión con tanta seguridad -
No hacen falta palabras para entender que este no es el momento indicado para ponernos sentimentales al respecto, o al menos no en ese sentido. Aun así no me preocupo demasiado, tenemos toda una vida (literalmente) para hablar sobre lo que sentimos desde el juramento antes pactado. Más que nada entiendo que no es el momento cuando su mano direcciona la mia directamente hacia su sujetador, como si la prisa que yo antes sentia se hiciera presente en ella también. Está claro que no tardaré en contagiarme, es inevitable.
Lo desabrocho sin mucho esfuerzo lanzando la prenda hacia cualquier lugar, con mayor despreocupación que la del corset ya que el beso que ahora compartimos no me permite pensar en nada... absolutamente nada más que en ella. Sigo su ritmo ansioso y pasional disfrutando del juego de nuestras lenguas con todas mis ganas, sin dejar de acariciar su espalda hasta que ella se separa del beso, haciendome fruncir el entrecejo notablemente. -Pero... no - te separes. Reprimo las ultimas palabras de la frase en cuanto adivino lo que va a hacer después. En verdad no adivino nada, es evidente en cuanto sus labios comienzan a descender otra vez por mi abdomen, como si se hubiera hecho desear al igual que yo hace unos momentos.
No necesito mirar para darme cuenta de lo que está haciendo con mi ropa interior y alzo la cadera sin medir mis acciones, gruñiendo de puro placer mientras estiro el cuello con la cabeza dejada caer hacia atrás, sin abrir los ojos sino todo lo contrario, presionandolos al cerrarlos. Junto las piernas entre sí antes de abrirlas un poco más que antes, sintiendo un deseo irrefrenable por hacerla mia más de lo que ya es, ansiando la unión de nuestros cuerpos por completo. De alguna manera es el último aspecto que nos falta unir el día de hoy, por todo lo demás ya somos una sola persona.
En cuanto vuelvo a ser capaz de mirarla ya no tengo puesto el pantalón y mi ropa interior parece ser el único estorbo para terminar de concluir esta situación. Ella vuelve a sentarse sobre mi y yo alzo la espalda para quedar enfrentandos, también sentado bajo su cuerpo. Retrocedo un poco manteniendo la postura y mis calzones se salen solos gracias al movimiento, terminando de retirarlos al sacudir mis piernas ansiosamente. El contacto de nuestras caderas ahora tan directo y sin estorbos me hace estremecer y comienzo a rozar nuestras partes más sensibles sin adentrarme en ella todavía, percibiendo su humedad al instante. Mantengo unos de mis brazos rodeandola por la cintura mientras mi otra mano se dedica a levantar la tela de su falda, sin molestarme en retirarla... con subirla un poco alcanza de momento. Aprovecho aquel gesto para acariciar su cuerpo, sus piernas, ascendiendo por su costado una vez que dejo la tela por encima de su cintura.
Aquella misma mano se detiene a acariciar uno de sus pechos detenidamente mientras los sutiles movimientos de nuestras caderas se hacen más rapidos de a momentos, aunque sin llegar a ser brusco. A esta altura no puedo describir cada uno de los jadeos que escapan de entre mis labios, los cuales se dedican a rozar los suyos por varios minutos aunque de manera irregular, dejando caer algun que otro mordisco en su labio inferior... también en su cuello y el lóbulo de su oreja. Tampoco soy consciente del momento exacto en el que consigo adentrarme por completo en ella pero sí de que su cuerpo sube y baja a distintos ritmos. Por supuesto que el placer y el disfrute se hace muchísimo más intenso en ese momento y mi mano empieza a bajar por su espalda una vez más hasta llegar a su pierna, la cual atraigo hacia mi de una manera muy posesiva. Como siempre ha sido con ella. Algun que otro gemido grave se ve ahogado contra su piel ahora húmeda por el contacto de mis labios y mi lengua, tal vez también a causa del sudor. En ocasiones la miro a los ojos fijamente aunque no tardo en romper el contacto visual ya que mis ojos se cierran solos del goce que me invade, respirando intensamente, con el corazón desbocado. Es mucho más que placer lo que estoy sintiendo esta noche, además de que puedo percibir parte del suyo también siento que puedo hacer exactamente lo que quiere que haga. Como si adivinara sus pensamientos en cualquier sentido, tengo la fórmula exacta para hacerla disfrutar al máximo.
Aun así es el amor y la confianza eterna lo que ocupa la mayor parte de mis sensaciones, todas mis acciones denotan que lo que siento por ella es único, que ella es única para mi y lo será por siempre. Algún que otro 'te amo' es susurrado junto a su oído a medida que la situación se desenvuelve con total naturalidad, supongo yo que serán los 'te amo' más sinceros jamás pronunciados, jadeantes y entrecortados pero sinceros. Nunca en mi vida habia sentido esta necesidad de estar las 24 horas del dia con una persona, la necesidad de protegerla y cuidarla de lo que sea necesario, a todas horas y en cualquier lugar del mundo. Soy totalmente dependiente de ella y de todo lo que eso conlleva y es por eso que he jurado que nuestro amor es inquebrantable y lo será por siempre, porque no puedo imaginar mi vida sin ella después de todo lo que pasamos juntos, porque cada segundo de mi vida está destinado a ser compartido con los de ella y eso es algo que nadie puede cambiar. Nada ni nadie puede quebrar nuestra demencial conexión, puedo asegurar que estamos destinados a que nuestras vidas se entrelazaran a tal punto de no poder respirar si el otro no está. Todo concluye en dos palabras, las unicas capaces de hacerme seguir, de hacerme vivir feliz y completo a su lado; Para siempre.
En cuanto me pide que no le diga a Catherine suelto una carcajada entre dientes a la vez que abro los ojos, perdiéndome en los suyos que ahora se encuentran justo enfrente de los míos. ¿Es posible estar enamorado hasta de los ojos de una persona? Sin mencionar sus manos, ni sus labios, ni su piel, sus piernas, su abdomen. Todo el conjunto es increíble pero en este momento me pierdo nada más que en sus ojos, olvidando incluso las intenciones con las que llegamos a este dormitorio.
Por suerte sus besos me bajan a la realidad rapidamente, el sabor de sus labios contra los mios vuelve a tentarme como siempre lo ha hecho, haciendome ahogar un suspiro entre que se separa y vuelve a acercarse. Tampoco es plan que entre en trance en el medio de toda esta situación y mirar sus ojos por mucho más tiempo lo hubiera conseguido sin problemas.
-Uy... entonces somos, ¿masoquistas? - inquiero con tono burlón mientras mis dedos se dedican a desabrochar el corset lo más rapido posible, aun así sin apuro aparente. Venga, nunca voy a entender por que son tan complicadas las mujeres hasta para vestirse. De todas formas no puedo quejarme, su atuendo para la ocasión le queda muy pero que muy bien... aunque nada puede compararse a la desnudez, sinceramente.
Sus caricias en mi pecho continuan estimulándome hasta que termino de deshacerme de aquella prenda, tirando de un lado para apartarla de nuestro camino. Me dedico a echarle una ojeada tan poco disimulada como siempre a sus pechos con el mentón pegado al esternón y en ese momento sus palabras me hacen olvidar aquello por completo, desviando mi vista a sus ojos en una milésima de segundo. Una amplia sonrisa se asoma en mis labios sin previo aviso y me limito a asentir una sola vez, deslizando los dedos de una mano por su espalda ahora desnuda... muy lentamente hacia su cintura. -Ya sabes que es mutuo... nunca he tomado una decisión con tanta seguridad -
No hacen falta palabras para entender que este no es el momento indicado para ponernos sentimentales al respecto, o al menos no en ese sentido. Aun así no me preocupo demasiado, tenemos toda una vida (literalmente) para hablar sobre lo que sentimos desde el juramento antes pactado. Más que nada entiendo que no es el momento cuando su mano direcciona la mia directamente hacia su sujetador, como si la prisa que yo antes sentia se hiciera presente en ella también. Está claro que no tardaré en contagiarme, es inevitable.
Lo desabrocho sin mucho esfuerzo lanzando la prenda hacia cualquier lugar, con mayor despreocupación que la del corset ya que el beso que ahora compartimos no me permite pensar en nada... absolutamente nada más que en ella. Sigo su ritmo ansioso y pasional disfrutando del juego de nuestras lenguas con todas mis ganas, sin dejar de acariciar su espalda hasta que ella se separa del beso, haciendome fruncir el entrecejo notablemente. -Pero... no - te separes. Reprimo las ultimas palabras de la frase en cuanto adivino lo que va a hacer después. En verdad no adivino nada, es evidente en cuanto sus labios comienzan a descender otra vez por mi abdomen, como si se hubiera hecho desear al igual que yo hace unos momentos.
No necesito mirar para darme cuenta de lo que está haciendo con mi ropa interior y alzo la cadera sin medir mis acciones, gruñiendo de puro placer mientras estiro el cuello con la cabeza dejada caer hacia atrás, sin abrir los ojos sino todo lo contrario, presionandolos al cerrarlos. Junto las piernas entre sí antes de abrirlas un poco más que antes, sintiendo un deseo irrefrenable por hacerla mia más de lo que ya es, ansiando la unión de nuestros cuerpos por completo. De alguna manera es el último aspecto que nos falta unir el día de hoy, por todo lo demás ya somos una sola persona.
En cuanto vuelvo a ser capaz de mirarla ya no tengo puesto el pantalón y mi ropa interior parece ser el único estorbo para terminar de concluir esta situación. Ella vuelve a sentarse sobre mi y yo alzo la espalda para quedar enfrentandos, también sentado bajo su cuerpo. Retrocedo un poco manteniendo la postura y mis calzones se salen solos gracias al movimiento, terminando de retirarlos al sacudir mis piernas ansiosamente. El contacto de nuestras caderas ahora tan directo y sin estorbos me hace estremecer y comienzo a rozar nuestras partes más sensibles sin adentrarme en ella todavía, percibiendo su humedad al instante. Mantengo unos de mis brazos rodeandola por la cintura mientras mi otra mano se dedica a levantar la tela de su falda, sin molestarme en retirarla... con subirla un poco alcanza de momento. Aprovecho aquel gesto para acariciar su cuerpo, sus piernas, ascendiendo por su costado una vez que dejo la tela por encima de su cintura.
Aquella misma mano se detiene a acariciar uno de sus pechos detenidamente mientras los sutiles movimientos de nuestras caderas se hacen más rapidos de a momentos, aunque sin llegar a ser brusco. A esta altura no puedo describir cada uno de los jadeos que escapan de entre mis labios, los cuales se dedican a rozar los suyos por varios minutos aunque de manera irregular, dejando caer algun que otro mordisco en su labio inferior... también en su cuello y el lóbulo de su oreja. Tampoco soy consciente del momento exacto en el que consigo adentrarme por completo en ella pero sí de que su cuerpo sube y baja a distintos ritmos. Por supuesto que el placer y el disfrute se hace muchísimo más intenso en ese momento y mi mano empieza a bajar por su espalda una vez más hasta llegar a su pierna, la cual atraigo hacia mi de una manera muy posesiva. Como siempre ha sido con ella. Algun que otro gemido grave se ve ahogado contra su piel ahora húmeda por el contacto de mis labios y mi lengua, tal vez también a causa del sudor. En ocasiones la miro a los ojos fijamente aunque no tardo en romper el contacto visual ya que mis ojos se cierran solos del goce que me invade, respirando intensamente, con el corazón desbocado. Es mucho más que placer lo que estoy sintiendo esta noche, además de que puedo percibir parte del suyo también siento que puedo hacer exactamente lo que quiere que haga. Como si adivinara sus pensamientos en cualquier sentido, tengo la fórmula exacta para hacerla disfrutar al máximo.
Aun así es el amor y la confianza eterna lo que ocupa la mayor parte de mis sensaciones, todas mis acciones denotan que lo que siento por ella es único, que ella es única para mi y lo será por siempre. Algún que otro 'te amo' es susurrado junto a su oído a medida que la situación se desenvuelve con total naturalidad, supongo yo que serán los 'te amo' más sinceros jamás pronunciados, jadeantes y entrecortados pero sinceros. Nunca en mi vida habia sentido esta necesidad de estar las 24 horas del dia con una persona, la necesidad de protegerla y cuidarla de lo que sea necesario, a todas horas y en cualquier lugar del mundo. Soy totalmente dependiente de ella y de todo lo que eso conlleva y es por eso que he jurado que nuestro amor es inquebrantable y lo será por siempre, porque no puedo imaginar mi vida sin ella después de todo lo que pasamos juntos, porque cada segundo de mi vida está destinado a ser compartido con los de ella y eso es algo que nadie puede cambiar. Nada ni nadie puede quebrar nuestra demencial conexión, puedo asegurar que estamos destinados a que nuestras vidas se entrelazaran a tal punto de no poder respirar si el otro no está. Todo concluye en dos palabras, las unicas capaces de hacerme seguir, de hacerme vivir feliz y completo a su lado; Para siempre.
Mark Renton- Mi niña linda
- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2010
Re: Habitación de Mark
Evangeline Voltaire Lun Abr 12, 2010 7:18 pm
-Existe la posibilidad... -es lo único que murmuro de contestación a su pregunta, realmente sin pensarlo, simplemente utilizando el aire en vocalizar algo, pensando en aprovechar el acento que tengo para la ocasión... ya es archiconocido que los Renton tienen algo con el francés indescriptible. -Una terrible posibilidad -murmuro sin sentido pero solo para aprovechar que tiene la letra que yo no sé pronunciar, con una risita.
Puedo percibir que me mira los pechos con ese descaro que de normal le invade, y lejos de ofenderme porque ya sé como es y su personalidad como la palma de mi mano me halaga, en parte yo tambien desciendo la mirada para observar su pecho y todo su cuerpo con menos descaro pero sí con sutilidad. Ambos subimos la mirada para entrelazarla casi a la vez, como de costumbre, intuyendo que tras mis palabras aunque sean pocas él iba a responderme, lo mínimo para recordárnoslo porque ya, en esa posición, le había recordado que lo más seguro es que no es el momento de ponernos sentimentales en palabras porque en el fondo ahora estamos demostrando todo, que no solo estamos unidos en alma si no tambien nuestro cuerpo esta entregado...
Por ese mismo motivo sonrío sin contestar a su respuesta, una sonrisa sincera y todo lo amplia que puede ser, supongo que mi movimiento hacia mi sujetador hace que haga en hechos lo que ambos seguramente estemos pensando... que hay otros momentos para hablarlo, no ahora. Solo pretendía recordárselo y estimularle así, que esto no es sexo por sexo como mucha gente sería capaz de hacer, con él nunca, pero esta vez menos. Es por eso lo que empiezo un nuevo beso como si así le consiguera acallar y sellar lo que acaba de decir, provocándole con la velocidad del asunto, en un momento recordando muchas cosas mientras dura ese breve beso pero a la vez eterno. Miles de escenas vividas con él, rodeados con miles de alumnos de la universidad, e incluso recordando el primer sabor que tuve de su piel... en cierta playa de Sunville por una simple prueba de un juego, algo tocados por el alcohol y que de alguna forma lo desenvolvió todo. El día que le vi por primera vez todo empezó a tener sentido gracias a él, y pensar que era inalcanzable me hacía morir por dentro... nunca pensé que llegaría a este punto ni mucho menos, por eso me fui. Porque sabía que era él con el que quería compartir mi vida y exponérsela en todo momento, y si no hubiera sido posible...
Corto ahi ese pensamiento porque no estoy segura y porque pensar todo eso me había hecho acelerar el beso como con miedo de que se fuera o algo así... pero ahora me ha prometido que no, todo es diferente y mucho mejor. O porque no sé contestarme a mi misma más que sé que quien algo quiere algo le cuesta, y traspasado ese bache sé que puedo amarle con todas mis fuerzas todos los días de mi vida, al fin y al cabo se lo he prometido.
Sé que quería que no dejara de besarle pero como de alguna forma sabíamos que a lo largo de la noche se iba a cansar de ello decido no parar, adaptándome a sus movimientos vibrando y temblando del placer y la impaciencia, él tambien lo ha percibido... por la unión que tenemos, somos dos personas pero con una conexión ahora inhumana... a quien se lo explique no se lo cree. Su placer me hace sentir llena y halagada, feliz por ello, pero ambos sabemos que todo no acaba ahi. Tras reptar por su cuerpo sin darme cuenta de que mi medio corta falda sigue puesta pero no tiene por qué ser un estorbo veo que Mark se sienta como si supiera que eso es exactamente lo que quiero, riéndome del nerviosismo. A la vez que él se retira hacia atrás para desvestirse del todo yo, con las rodillas una a cada lado de su cuerpo abriéndome todo lo posible dada la postura sigo su movimiento de subir mi falda para terminar de cogerla y sacármela por la cabeza sin mucho esfuerzo. Puede ser un estorbo y no es plan. Él con el movimiento acaricia todo mi cuerpo y yo, tras deshacerme de esta prenda no me quedo atrás y mis manos recorren sobre todo su espalda y sus hombros, notando que si antes temblaba ahora que roza mi zona más húmeda solo puedo estremecerme de arriba a abajo y vibrar de emoción ante lo que se ve venir, notando pulsaciones no tan solo en mi corazón precisamente.
Me tomo su caricia en mi pecho como una preparatoria antes de adentrarse en mi, y la verdad es que ese contacto me gustaba... me estimulaba y me hacía sentir mucho mejor, al menos hasta que empiezo a ascender y descender sobre su cuerpo para aumentar la profundidad y la pasión, insaciada. Aun así es algo progresivo como sabiend oque necesitaba adaptarme, aunque ya iba preparada de antes así era... mucho mejor. Como para equilibrar mi principio lento en el que él me seguía como si pensara lo mismo o su reflejo instintivo fuera el mismo que el mio, su garganta tambien ahoga mis jadeos mientras mis manos acarician incesantemente su pecho, descendiendo hasta acariciar la parte más baja de su cadera, casi en la parte donde nuestros cuerpos se unen. Al igual que todo lo demás, ahora podemos decir que somos exactamente uno, una réplica. Mi mano solo se detiene a estimular parte de su entrepierna antes de subir y volver a abrazarme a él, ahora sí que aumentando la velocidad a la vez que me atraía por las piernas. Mis movimientos sutiles pero a la vez de perfeccionista se vuelven más profundos desde el momento que me atrae, sin necesitar acariciar para llegar a lo máximo que nuestros cuerpos son capaces de soportar, un placer indescriptible que ni yo misma sé decir pero que ambos de alguna forma comprendemos como es. Mis brazos están abrazados a su cuello sobre sus hombros cuando mi cuerpo toma la mayor velocidad sin cansarme en ningun momento, con mi cara encarada a él para ver como disfrutaba, en ocasiones en su cuello incapaz de besarle porque gemía como nunca. Tanto y tan repetido que solo soy capaz de besarlo en limitadas ocasiones, dejando ver que de verdad estaba disfrutándolo como nunca... a veces gemía cerca de su oído como recalcando por si no se diera cuenta, sin parar, quizás en otras ocasiones a este ritmo me hubiera hecho daño o cansado, pero no, quería seguir y llegar a lo más alto...
Aparte de los gemidos dejaba caer cerca de su oído algun "yo también" o "¿podrás?" como retándolo, variando la pasión y velocidad de vez en cuando para que no se haga repetitivo, con mis manos acariciando su piel y su pelo mientras no puedo dejar de gemir cada vez más alto. Solo consigo acallarme un momento en el que mis manos se desvían de su pelo y se colocan en sus mejillas, encarando mi cara a la suya y compartiendo la breve mirada que ambos somos capaces antes de besar sus labios, repetidas veces, sabiendo que él no me lo puede devolver solo los dejo cae sobre sus labios.
-Yo tambien te amo... -consigo susurrar como desgarrándolo de mi garganta totalmente sincero mientras mi cuerpo se resiente y quiere dar mas, darlo todo, perdiendo la noción del tiempo, del espacio y de todo lo que me rodea... de todo menos de él, por eso es lo que consigo susurrar antes de soltar el gemido culminante del climax más bien merecido al que llego sin poderme creer que haya sido capaz de perder los estribos así. Creo que ha sido porque gracias a la "telepatía" he sabido que eso era lo que él quería, no parar, ansiar la unión completa y más profunda posible... en todos los sentidos, no solo por físico, si no por los sentimientos implicados por esto. Eso es lo que le ha dado sentido a todo. Eso y su abrazo constante que me ha ayudado es lo que me ha dado la fuerza para ser la vez más inolvidable de mi vida, en el que ambos hemos sentido la liberación de nuestros cuerpos como de nuestro amor demostrado de la forma más tierna y segura de nuesta vida. Todo está expuesto, sin secretos, hemos entrelazado cada parte de nuestro ser para ser únicos. Inquebrantables. Insuperables. Increíbles... Mark y Evan... para siempre. Simbiosis.
Puedo percibir que me mira los pechos con ese descaro que de normal le invade, y lejos de ofenderme porque ya sé como es y su personalidad como la palma de mi mano me halaga, en parte yo tambien desciendo la mirada para observar su pecho y todo su cuerpo con menos descaro pero sí con sutilidad. Ambos subimos la mirada para entrelazarla casi a la vez, como de costumbre, intuyendo que tras mis palabras aunque sean pocas él iba a responderme, lo mínimo para recordárnoslo porque ya, en esa posición, le había recordado que lo más seguro es que no es el momento de ponernos sentimentales en palabras porque en el fondo ahora estamos demostrando todo, que no solo estamos unidos en alma si no tambien nuestro cuerpo esta entregado...
Por ese mismo motivo sonrío sin contestar a su respuesta, una sonrisa sincera y todo lo amplia que puede ser, supongo que mi movimiento hacia mi sujetador hace que haga en hechos lo que ambos seguramente estemos pensando... que hay otros momentos para hablarlo, no ahora. Solo pretendía recordárselo y estimularle así, que esto no es sexo por sexo como mucha gente sería capaz de hacer, con él nunca, pero esta vez menos. Es por eso lo que empiezo un nuevo beso como si así le consiguera acallar y sellar lo que acaba de decir, provocándole con la velocidad del asunto, en un momento recordando muchas cosas mientras dura ese breve beso pero a la vez eterno. Miles de escenas vividas con él, rodeados con miles de alumnos de la universidad, e incluso recordando el primer sabor que tuve de su piel... en cierta playa de Sunville por una simple prueba de un juego, algo tocados por el alcohol y que de alguna forma lo desenvolvió todo. El día que le vi por primera vez todo empezó a tener sentido gracias a él, y pensar que era inalcanzable me hacía morir por dentro... nunca pensé que llegaría a este punto ni mucho menos, por eso me fui. Porque sabía que era él con el que quería compartir mi vida y exponérsela en todo momento, y si no hubiera sido posible...
Corto ahi ese pensamiento porque no estoy segura y porque pensar todo eso me había hecho acelerar el beso como con miedo de que se fuera o algo así... pero ahora me ha prometido que no, todo es diferente y mucho mejor. O porque no sé contestarme a mi misma más que sé que quien algo quiere algo le cuesta, y traspasado ese bache sé que puedo amarle con todas mis fuerzas todos los días de mi vida, al fin y al cabo se lo he prometido.
Sé que quería que no dejara de besarle pero como de alguna forma sabíamos que a lo largo de la noche se iba a cansar de ello decido no parar, adaptándome a sus movimientos vibrando y temblando del placer y la impaciencia, él tambien lo ha percibido... por la unión que tenemos, somos dos personas pero con una conexión ahora inhumana... a quien se lo explique no se lo cree. Su placer me hace sentir llena y halagada, feliz por ello, pero ambos sabemos que todo no acaba ahi. Tras reptar por su cuerpo sin darme cuenta de que mi medio corta falda sigue puesta pero no tiene por qué ser un estorbo veo que Mark se sienta como si supiera que eso es exactamente lo que quiero, riéndome del nerviosismo. A la vez que él se retira hacia atrás para desvestirse del todo yo, con las rodillas una a cada lado de su cuerpo abriéndome todo lo posible dada la postura sigo su movimiento de subir mi falda para terminar de cogerla y sacármela por la cabeza sin mucho esfuerzo. Puede ser un estorbo y no es plan. Él con el movimiento acaricia todo mi cuerpo y yo, tras deshacerme de esta prenda no me quedo atrás y mis manos recorren sobre todo su espalda y sus hombros, notando que si antes temblaba ahora que roza mi zona más húmeda solo puedo estremecerme de arriba a abajo y vibrar de emoción ante lo que se ve venir, notando pulsaciones no tan solo en mi corazón precisamente.
Me tomo su caricia en mi pecho como una preparatoria antes de adentrarse en mi, y la verdad es que ese contacto me gustaba... me estimulaba y me hacía sentir mucho mejor, al menos hasta que empiezo a ascender y descender sobre su cuerpo para aumentar la profundidad y la pasión, insaciada. Aun así es algo progresivo como sabiend oque necesitaba adaptarme, aunque ya iba preparada de antes así era... mucho mejor. Como para equilibrar mi principio lento en el que él me seguía como si pensara lo mismo o su reflejo instintivo fuera el mismo que el mio, su garganta tambien ahoga mis jadeos mientras mis manos acarician incesantemente su pecho, descendiendo hasta acariciar la parte más baja de su cadera, casi en la parte donde nuestros cuerpos se unen. Al igual que todo lo demás, ahora podemos decir que somos exactamente uno, una réplica. Mi mano solo se detiene a estimular parte de su entrepierna antes de subir y volver a abrazarme a él, ahora sí que aumentando la velocidad a la vez que me atraía por las piernas. Mis movimientos sutiles pero a la vez de perfeccionista se vuelven más profundos desde el momento que me atrae, sin necesitar acariciar para llegar a lo máximo que nuestros cuerpos son capaces de soportar, un placer indescriptible que ni yo misma sé decir pero que ambos de alguna forma comprendemos como es. Mis brazos están abrazados a su cuello sobre sus hombros cuando mi cuerpo toma la mayor velocidad sin cansarme en ningun momento, con mi cara encarada a él para ver como disfrutaba, en ocasiones en su cuello incapaz de besarle porque gemía como nunca. Tanto y tan repetido que solo soy capaz de besarlo en limitadas ocasiones, dejando ver que de verdad estaba disfrutándolo como nunca... a veces gemía cerca de su oído como recalcando por si no se diera cuenta, sin parar, quizás en otras ocasiones a este ritmo me hubiera hecho daño o cansado, pero no, quería seguir y llegar a lo más alto...
Aparte de los gemidos dejaba caer cerca de su oído algun "yo también" o "¿podrás?" como retándolo, variando la pasión y velocidad de vez en cuando para que no se haga repetitivo, con mis manos acariciando su piel y su pelo mientras no puedo dejar de gemir cada vez más alto. Solo consigo acallarme un momento en el que mis manos se desvían de su pelo y se colocan en sus mejillas, encarando mi cara a la suya y compartiendo la breve mirada que ambos somos capaces antes de besar sus labios, repetidas veces, sabiendo que él no me lo puede devolver solo los dejo cae sobre sus labios.
-Yo tambien te amo... -consigo susurrar como desgarrándolo de mi garganta totalmente sincero mientras mi cuerpo se resiente y quiere dar mas, darlo todo, perdiendo la noción del tiempo, del espacio y de todo lo que me rodea... de todo menos de él, por eso es lo que consigo susurrar antes de soltar el gemido culminante del climax más bien merecido al que llego sin poderme creer que haya sido capaz de perder los estribos así. Creo que ha sido porque gracias a la "telepatía" he sabido que eso era lo que él quería, no parar, ansiar la unión completa y más profunda posible... en todos los sentidos, no solo por físico, si no por los sentimientos implicados por esto. Eso es lo que le ha dado sentido a todo. Eso y su abrazo constante que me ha ayudado es lo que me ha dado la fuerza para ser la vez más inolvidable de mi vida, en el que ambos hemos sentido la liberación de nuestros cuerpos como de nuestro amor demostrado de la forma más tierna y segura de nuesta vida. Todo está expuesto, sin secretos, hemos entrelazado cada parte de nuestro ser para ser únicos. Inquebrantables. Insuperables. Increíbles... Mark y Evan... para siempre. Simbiosis.
Evangeline Voltaire- Mi pequeña a la que amo (L)
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 16/02/2010
Re: Habitación de Mark
Mark Renton Miér Abr 14, 2010 1:25 am
Una vez que nos unimos por completo todo parece suceder muy rápido... tal vez demasiado para mi gusto. Eso no significa que el momento no sea intenso, sino todo lo contrario. Pierdo la noción del tiempo y el espacio como nunca antes me habia sucedido (y no precisamente por estar borracho), sabiendo con certeza que a ella le está sucediendo lo mismo. Me da la sensación de que desde esta noche en adelante el placer que sentimos ya no es diferenciable entre el suyo y el mio... ahora gozamos juntos, a la par, compartiendo ese sentimiento y cada una de las sensaciones que eso conlleva. ¿Seremos los únicos capaces de compartir una conexión tan fuerte en todos los aspectos?
Nuestros cuerpos también vibran de placer a la vez a medida que nuestras pieles se acarician de manera constante, todo gracias a la cercania y a los movimientos que ahora toman el control de la situación. Más allá de que mis manos se pierden acariciando su cuerpo entero, grabando en mi memoria cada textura y forma de su piel como tantas otras veces. Ahora es diferente, me siento mucho más sensible a cualquier contacto, caricia, a sus palabras o a una mirada. Podría decirse, por ponerlo en palabras, que el juramento nos ha otorgado un sexto sentido. Por un lado todo en mi interior se ha hecho más intenso, desde mis sentimientos por ella hasta lo que me hace sentir su contacto... todo. Y por otro, este sexto sentido me permite disfrutar también de lo que le sucede a ella, puedo percibir a flor de piel cada una de sus sensaciones y hasta lo que siente por mi. Es increíble, la verdad.
Pero bueno... desde siempre dicen que las acciones hablan más fuerte que las palabras y eso es exactamente lo que intento desmotrarle a cada instante. Lo doy todo sin interrupciones esta noche, pensando nada más que en ella, como si fuera la unica sobreviviente en toda la tierra... el amor de mi vida. Cada una de sus caricias me produce una descarga eléctrica inexplicable, a pesar de que el placer me envuelve al punto de no ser casi consciente de lo que hago puedo sentir cada detalle de sus movimientos... sus besos, los gemidos. Puedo definirlo todo muy bien, esta vez no es tan solo una nube de deleite inexplicable.
Su mano desciende para seguir estimulandome y eso solo hace que mi cadera se mueva más rapidamente contra la suya, intentando no ser brusco en ningun momento, dejandome llevar más aun por el deseo que siento por ella. Siempre he notado lo diferente que es hacerlo con ella, me ha enseñado desde el principio que hacer el amor se diferencia abismalmente de tener sexo, algo puramente físico y vacío de sentido. Lo cierto es que me encanta, no cambiaria por nada del mundo todo lo que me ha hecho aprender. Es por eso que en determinado momento interrumpo sus gemidos con mis palabras, hablando contra sus labios casi a punto de llegar al climax. -Gracias... por todo... esto - supongo que me entenderá, después de todo nuestra conexión puede llegar a límites que jamás hubieramos imaginado.
Mientras ella besa mis labios encarando nuestros rostros mis manos se aferran a los costados de su cuerpo, acompañando los movimientos cada vez más irregulares y pasionales. En cuanto aquel gemido de placer máximo escapa de entre sus labios yo la imito con un gruñido que denota que estoy fuera de mi, atrayendo su cuerpo contra el mío aprovechando la posición de mis manos. Aprovecho aquel arrebato de pasión con la excusa de abrazarme a su cuerpo con ambos brazos, tardando unos minutos en deshacer la unión física de nuestros cuerpos. A pesar de eso no me muevo de la postura sino que me quedo así, sentado bajo ella con las respiraciones completamente desbocadas. Mis labios acarician su cuello ligeramente húmedo del sudor y no tardo en esconder mi rostro ahí mismo, estremeciendome entre temblores de puro goce. Aquella electricidad continua recorriendo cada extremidad de mi cuerpo como un recordatorio de que todo esto es real, no estoy soñando ni mucho menos. Todo esto acaba de suceder y solo ha logrado intensificar el amor y la devoción que siento por ella. Ahora sí que el pacto inquebrantable se ha consolidado por completo, nos pertenemos en cuerpo, mente y alma. Y lo mejor de todo es que nada ni nadie puede cambiarlo.
Nuestros cuerpos también vibran de placer a la vez a medida que nuestras pieles se acarician de manera constante, todo gracias a la cercania y a los movimientos que ahora toman el control de la situación. Más allá de que mis manos se pierden acariciando su cuerpo entero, grabando en mi memoria cada textura y forma de su piel como tantas otras veces. Ahora es diferente, me siento mucho más sensible a cualquier contacto, caricia, a sus palabras o a una mirada. Podría decirse, por ponerlo en palabras, que el juramento nos ha otorgado un sexto sentido. Por un lado todo en mi interior se ha hecho más intenso, desde mis sentimientos por ella hasta lo que me hace sentir su contacto... todo. Y por otro, este sexto sentido me permite disfrutar también de lo que le sucede a ella, puedo percibir a flor de piel cada una de sus sensaciones y hasta lo que siente por mi. Es increíble, la verdad.
Pero bueno... desde siempre dicen que las acciones hablan más fuerte que las palabras y eso es exactamente lo que intento desmotrarle a cada instante. Lo doy todo sin interrupciones esta noche, pensando nada más que en ella, como si fuera la unica sobreviviente en toda la tierra... el amor de mi vida. Cada una de sus caricias me produce una descarga eléctrica inexplicable, a pesar de que el placer me envuelve al punto de no ser casi consciente de lo que hago puedo sentir cada detalle de sus movimientos... sus besos, los gemidos. Puedo definirlo todo muy bien, esta vez no es tan solo una nube de deleite inexplicable.
Su mano desciende para seguir estimulandome y eso solo hace que mi cadera se mueva más rapidamente contra la suya, intentando no ser brusco en ningun momento, dejandome llevar más aun por el deseo que siento por ella. Siempre he notado lo diferente que es hacerlo con ella, me ha enseñado desde el principio que hacer el amor se diferencia abismalmente de tener sexo, algo puramente físico y vacío de sentido. Lo cierto es que me encanta, no cambiaria por nada del mundo todo lo que me ha hecho aprender. Es por eso que en determinado momento interrumpo sus gemidos con mis palabras, hablando contra sus labios casi a punto de llegar al climax. -Gracias... por todo... esto - supongo que me entenderá, después de todo nuestra conexión puede llegar a límites que jamás hubieramos imaginado.
Mientras ella besa mis labios encarando nuestros rostros mis manos se aferran a los costados de su cuerpo, acompañando los movimientos cada vez más irregulares y pasionales. En cuanto aquel gemido de placer máximo escapa de entre sus labios yo la imito con un gruñido que denota que estoy fuera de mi, atrayendo su cuerpo contra el mío aprovechando la posición de mis manos. Aprovecho aquel arrebato de pasión con la excusa de abrazarme a su cuerpo con ambos brazos, tardando unos minutos en deshacer la unión física de nuestros cuerpos. A pesar de eso no me muevo de la postura sino que me quedo así, sentado bajo ella con las respiraciones completamente desbocadas. Mis labios acarician su cuello ligeramente húmedo del sudor y no tardo en esconder mi rostro ahí mismo, estremeciendome entre temblores de puro goce. Aquella electricidad continua recorriendo cada extremidad de mi cuerpo como un recordatorio de que todo esto es real, no estoy soñando ni mucho menos. Todo esto acaba de suceder y solo ha logrado intensificar el amor y la devoción que siento por ella. Ahora sí que el pacto inquebrantable se ha consolidado por completo, nos pertenemos en cuerpo, mente y alma. Y lo mejor de todo es que nada ni nadie puede cambiarlo.
Mark Renton- Mi niña linda
- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2010
Re: Habitación de Mark
Evangeline Voltaire Miér Abr 14, 2010 10:25 pm
Escucho lo que dice con toda la atención que ahora mismo puedo, ya que toda está en él... en mi mente solo está él, como en mi corazón y ahora en mi cuerpo, intentando acariciarle y arañarle sin querer la espalda y entrelazando los dedos en su pelo, suponiendo que él tambien ha notado que estoy cerca del orgasmo. Como si mis caricias que se han desviado hacia su pecho le hubieran estimulado más de lo que preveía y como mi movimiento se acelera él intensifica el suyo haciendo todo mas profundo, a la par, y haciendo que llegue más deprisa, entendiendo a lo que se refería con "todo". Soy incapaz de responderle. Sus manos recorren mi cuerpo y yo no puedo dejar de sentirme cada vez más excitada sin ningún tipo de pudor, a la vez que protegida con su contacto. No puedo dejar de temblar y de sentir mi voz quebrada de tanto gemir, solo soy capaz de disfrutar de la nueva unión que nos atrae. Somos solo uno, en todos los aspectos. No hace falta decir nada... aparte de sentir mi placer siento el suyo y eso hace que esté así. Lo doy todo y más, no puedo dejar de sentirle, por lo que tras soltar el mayor gemido culminante de la relación contra la húmeda piel de su cuello, cojo aire sofocada y me quedo callada durante un instante, en decadencia pero sin parar... aprovechando que me abraza y que tarda en deshacer el contacto. Aprovecho para cerrar los ojos y besar sus labios antes de emitir el último y definitivo, alzando la cabeza, como eco del anterior. Nunca me había pasado esto... pero no me doy cuenta de lo que me había pasado cuando mi cadera se separa de la suya y me remolono sobre él totalmente agotada, aun sentada y abrazada. Tardo en recuperar la respiración, escondiendo la cara en su cuello como él hace conmigo notando como mi éxtasis roza el borde de mi piel y amenaza con desbordarse al igual que el libido, queriendo descender y haciéndolo conforme nos quedamos así, quietos, respirando a la vez, disfrutando del abrazo. Lo hago más fuerte cuando al fin caigo en la cuenta de lo que acababa de terminar y de como me hacía sentir eso, tambien estremecida entre ligeros tiembles de placer. Con miedo de que ahora se vaya de mi lado, no lo soportaría. Solo quiero estar aquí, con él, ahora. Dudo que se pueda amar más a alguien... Todo eso de sentirlo así, sin estar aun acostumbrada y realmente sin asimilar todo lo del juramento no ha hecho otra cosa de que me pasara dos veces seguidas lo de llegar a lo más alto de la situación, al clímax, aun estaba con los ojos cerrados y sin llegar a creérmelo...
No sé si pasamos así minutos, horas o segundos, solo sé que no deshago el débil abrazo por nada del mundo y gasto mis pocas fuerzas en acariciar su espalda por parte de los homóplatos, siseando como haciendo que se tranquilizara así. Sabiendo que ahora es lo que más necesitábamos, conociéndolo como nadie, queriéndolo como nadie. Pestañeo varias veces antes de cerrar los ojos del todo, tardando aun más aun en responder: -Gracias a ti... de verdad –en el momento que susurro él parece tampoco tener fuerza suficiente para sujetarnos a ambos y deja caer la espalda en el colchón quedándome tumbada sobre él, aun ascendiendo y descendiendo con sus respiraciones aun agitadas, complementándose con las mías constantemente. Sintiéndome completa y sin preocupaciones por una vez en mi vida, a pesar de todo. Sin pensar en nada, dejando caer el pelo desordenadamente por su pecho y parte del colchón, apoyando la mejilla en éste, escuchando el corazón desbocado de Mark... casi a la misma velocidad que el mío, me atrevería a decir. Rozando nuestras pieles húmedas y desnudas, parándome solo en el momento que nos tumbamos en coger la sábana entre los dedos y taparnos a ambos hasta la cintura, sin preocuparme en arreglarlo. No precisamente por frío, si no porque a lo mejor en un futuro cercano podríamos tenerlo. Abro los ojos y levanto la mirada para mirar de refilón su cara, como preguntándome si quiere dormir o no. Aprovecho para besar su mentón un par de veces, manteniendo la mirada muy a duras penas porque me pesaban exageradamente los párpados para que me responda. Cojo aire en una bocanada respirando de su esencia, increíblemente adictiva... supongo que todas las chicas han soñado con su boda ideal, con su banquete y tarta de bodas... lo mío no ha sido muy como lo esperaba, pero ¿quién me va a negar que mucho mejor? Para mi Mark es el típico chico gracioso, alegre y con un atractivo insuperable con la que cualquiera soñaría algo así, y agradezco ante todo que haya sido conmigo...
Ahora ya el juramento está consolidado. No solo son palabras, no se las lleva el viento. Hemos entregado nuestras vidas y será para siempre, para toda ella. Si pudiera describir como me siento sería como alcanzar el nirvana...
No sé si pasamos así minutos, horas o segundos, solo sé que no deshago el débil abrazo por nada del mundo y gasto mis pocas fuerzas en acariciar su espalda por parte de los homóplatos, siseando como haciendo que se tranquilizara así. Sabiendo que ahora es lo que más necesitábamos, conociéndolo como nadie, queriéndolo como nadie. Pestañeo varias veces antes de cerrar los ojos del todo, tardando aun más aun en responder: -Gracias a ti... de verdad –en el momento que susurro él parece tampoco tener fuerza suficiente para sujetarnos a ambos y deja caer la espalda en el colchón quedándome tumbada sobre él, aun ascendiendo y descendiendo con sus respiraciones aun agitadas, complementándose con las mías constantemente. Sintiéndome completa y sin preocupaciones por una vez en mi vida, a pesar de todo. Sin pensar en nada, dejando caer el pelo desordenadamente por su pecho y parte del colchón, apoyando la mejilla en éste, escuchando el corazón desbocado de Mark... casi a la misma velocidad que el mío, me atrevería a decir. Rozando nuestras pieles húmedas y desnudas, parándome solo en el momento que nos tumbamos en coger la sábana entre los dedos y taparnos a ambos hasta la cintura, sin preocuparme en arreglarlo. No precisamente por frío, si no porque a lo mejor en un futuro cercano podríamos tenerlo. Abro los ojos y levanto la mirada para mirar de refilón su cara, como preguntándome si quiere dormir o no. Aprovecho para besar su mentón un par de veces, manteniendo la mirada muy a duras penas porque me pesaban exageradamente los párpados para que me responda. Cojo aire en una bocanada respirando de su esencia, increíblemente adictiva... supongo que todas las chicas han soñado con su boda ideal, con su banquete y tarta de bodas... lo mío no ha sido muy como lo esperaba, pero ¿quién me va a negar que mucho mejor? Para mi Mark es el típico chico gracioso, alegre y con un atractivo insuperable con la que cualquiera soñaría algo así, y agradezco ante todo que haya sido conmigo...
Ahora ya el juramento está consolidado. No solo son palabras, no se las lleva el viento. Hemos entregado nuestras vidas y será para siempre, para toda ella. Si pudiera describir como me siento sería como alcanzar el nirvana...
Evangeline Voltaire- Mi pequeña a la que amo (L)
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 16/02/2010
Re: Habitación de Mark
Mark Renton Jue Abr 15, 2010 8:18 pm
Percibo que su excitación es cada vez mayor a medida que atravesamos el climax a la vez, creo que nunca la había sentido tan encendida como hoy. Por un momento me pregunto si será a causa de la unión que nos brindó el juramento pero aquel o cualquier pensamiento lógico se desvanece en los próximos segundos, entregándome completamente al momento y a sentir cada una de las alteraciones de mi cuerpo, sin lugar para analizar lo que sentimos.
Mientras deja escapar su ultimo gemido yo muerdo su cuello con las pocas fuerzas que me quedan, estirando de su piel placenteramente. Mis ojos no consiguen abrirse por nada del mundo, ahora solo me dejo llevar por el tacto de mi cuerpo y el sabor del suyo. Al alzar la cabeza un nuevo gemido me toma por sorpresa, confirmando mis pensamientos de hace un momento. Hoy está fuera de sí, y me encanta... muchisimo. Es por ello que una amplia sonrisa se hace presente en mis labios, los cuales ahogan aquel, ahora sí, ultimo gemido, entregándome a un beso fugaz pero intenso y completamente necesario.
Estoy por mencionar algo pero la verdad es que las palabras no alcanzan en este momento, por ello las reemplazo por mis caricias y deslizo los dedos muy lentamente por los lados de su cuerpo desnudo, explorando su piel. Esto hace un gran contraste con nuestras respiraciones aceleradas, queriendo acompasarlas por el simple movimiento de mis manos. Me da que no va a ser posible, al menos de momento.
Ella vuelve a esconder el rostro en mi cuello pero yo me mantengo con la cabeza alzada y voy retirando parte de su cabello desordenado por detrás de su oreja, haciendolo caer sobre sus hombros también. En cuanto su mejilla está descubierta rozo las yemas de los dedos por el contorno de ella, sin tardar en acompañar el gesto con el contacto de mis labios, pausado y constante... dandole más énfasis a un beso que dejo caer sobre la comisura de los suyos, sonriente. Como si de ese modo respondiera a sus agradecimiento me dejo caer sobre el colchón sin muchas vueltas, todavía acariciando su espalda como si aquel contacto fuera nuevo. Mis ojos se mantienen igual de cerrados que siempre.
Cada una de sus caricias o el simple roce de nuestras pieles me hace estremecer a cada segundo, lo que hace que mis respiraciones no consigan precisamente hacerse más acompasadas. Por si eso fuera poco sus besos en mi mentón se hacen presentes y aquello me hace abrir los ojos de una vez, buscando los suyos desde la cercanía. Lo cierto es que en este momento lo único que necesito es mirarla a ella, ninguna otra cosa puede ser más importante. Capto la pregunta en aquel gesto y niego una sola vez, agotado aunque sin querer demostrarlo. Tal vez sí estaría bien dormir pero en este momento necesito estar despierto del todo, protegiéndola y atento a cada uno de sus gestos hacia mi. -Hmm... podría quedarme así por el resto de mi vida - admito entrecortadamente y demasiado cómodo como para moverme, entrelazando mis manos a la altura de su cintura en un débil abrazo. De pronto recuerdo a Catherine y todo lo que la echo de menos. Me es inevitable pensar en ella y en que el solo echo de que exista una persona que sea parte de los dos significa una unión mucho mayor a cualquier cosa. La niña es una fusión de nosotros, no hay nada más perfecto en el mundo... bueno, tal vez Evan lo es. Diría que están a la misma altura. Las amo, de maneras diferentes, pero al fin y al cabo la intensidad del amor no puede diferenciarse demasiado en esos casos.
Como si supiera que ella también está pensando en Catherine mantengo su mirada con mayor intensidad, besando sus labios y entreabriéndolos con los mios para tomar una bocanada de su aire, disfrutando aquel gesto como siempre lo hago. No hay otra forma de saborear su pureza, su esencia sin ningun estorbo exterior. Nuestros alientos entremezclándose.
Mientras deja escapar su ultimo gemido yo muerdo su cuello con las pocas fuerzas que me quedan, estirando de su piel placenteramente. Mis ojos no consiguen abrirse por nada del mundo, ahora solo me dejo llevar por el tacto de mi cuerpo y el sabor del suyo. Al alzar la cabeza un nuevo gemido me toma por sorpresa, confirmando mis pensamientos de hace un momento. Hoy está fuera de sí, y me encanta... muchisimo. Es por ello que una amplia sonrisa se hace presente en mis labios, los cuales ahogan aquel, ahora sí, ultimo gemido, entregándome a un beso fugaz pero intenso y completamente necesario.
Estoy por mencionar algo pero la verdad es que las palabras no alcanzan en este momento, por ello las reemplazo por mis caricias y deslizo los dedos muy lentamente por los lados de su cuerpo desnudo, explorando su piel. Esto hace un gran contraste con nuestras respiraciones aceleradas, queriendo acompasarlas por el simple movimiento de mis manos. Me da que no va a ser posible, al menos de momento.
Ella vuelve a esconder el rostro en mi cuello pero yo me mantengo con la cabeza alzada y voy retirando parte de su cabello desordenado por detrás de su oreja, haciendolo caer sobre sus hombros también. En cuanto su mejilla está descubierta rozo las yemas de los dedos por el contorno de ella, sin tardar en acompañar el gesto con el contacto de mis labios, pausado y constante... dandole más énfasis a un beso que dejo caer sobre la comisura de los suyos, sonriente. Como si de ese modo respondiera a sus agradecimiento me dejo caer sobre el colchón sin muchas vueltas, todavía acariciando su espalda como si aquel contacto fuera nuevo. Mis ojos se mantienen igual de cerrados que siempre.
Cada una de sus caricias o el simple roce de nuestras pieles me hace estremecer a cada segundo, lo que hace que mis respiraciones no consigan precisamente hacerse más acompasadas. Por si eso fuera poco sus besos en mi mentón se hacen presentes y aquello me hace abrir los ojos de una vez, buscando los suyos desde la cercanía. Lo cierto es que en este momento lo único que necesito es mirarla a ella, ninguna otra cosa puede ser más importante. Capto la pregunta en aquel gesto y niego una sola vez, agotado aunque sin querer demostrarlo. Tal vez sí estaría bien dormir pero en este momento necesito estar despierto del todo, protegiéndola y atento a cada uno de sus gestos hacia mi. -Hmm... podría quedarme así por el resto de mi vida - admito entrecortadamente y demasiado cómodo como para moverme, entrelazando mis manos a la altura de su cintura en un débil abrazo. De pronto recuerdo a Catherine y todo lo que la echo de menos. Me es inevitable pensar en ella y en que el solo echo de que exista una persona que sea parte de los dos significa una unión mucho mayor a cualquier cosa. La niña es una fusión de nosotros, no hay nada más perfecto en el mundo... bueno, tal vez Evan lo es. Diría que están a la misma altura. Las amo, de maneras diferentes, pero al fin y al cabo la intensidad del amor no puede diferenciarse demasiado en esos casos.
Como si supiera que ella también está pensando en Catherine mantengo su mirada con mayor intensidad, besando sus labios y entreabriéndolos con los mios para tomar una bocanada de su aire, disfrutando aquel gesto como siempre lo hago. No hay otra forma de saborear su pureza, su esencia sin ningun estorbo exterior. Nuestros alientos entremezclándose.
Mark Renton- Mi niña linda
- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2010
Re: Habitación de Mark
Evangeline Voltaire Jue Abr 22, 2010 8:26 pm
Cierro los ojos sintiendo cada una de sus caricias con total sensibilidad y delicadeza ahora que mi cuerpo tiende a no responder. Mis respiraciones, sin poder descender de momento, se ven ahogadas en parte de su cuello y su clavicula sin poder dejar de abrazarle con debilidad, con miedo de que se vaya... o algo así. Si de por sí ya estaba relajada en el momento que toca mi pelo termino hasta por suspirar repetidas veces por esta sensación, sabiendo él lo mucho que me gusta, me hacía sentir protegida por él y reconfortada. Por si era poco tambien acaricia mi mejilla y acerca sus labios a los mios sin intención de besarlos con la misma énfasis, pero sí con el amor infinito que de normal nos invade pero ahora, mucho más sensibles, se daba más presente en cada uno de nuestros movimientos. Alzo ligeramente la cabeza para que el roce de éstos se vea más correspondido y profundo, incapaz de moverme mucho más.
Me dejo caer sobre él aun como un peso muerto aunque ligero entre sus brazos, totalmente a su merced. El pelo que él antes apartó ahora está esparcido por la almohada, entrelazando mis piernas con las suyas ahora tapadas por las sábanas y con una de las manos sobre su costado, acariciándolo con el pulgar con los ojos cerrados. A pesar de que percibo cada uno de sus movimientos yo inevitablemente estaba quedándome en un estado de somnolencia que intentaba evitar entreabriendo los ojos forzadamente cada rato, cada vez que me acordaba de la situacion. En uno de esos momentos que mis ojos permanecían abiertos Mark los abría para mirarme, espectante de lo que fuera a decirme o a responderme de lo de dormir. Curvo los labios en una sonrisa.
-Al fin y al cabo me lo has prometido -respondo graciosa acomodándome con la cabeza en su hombro, rozando la mejilla con su pecho, como ronroneando por el gesto. Posiblemente él no lo supiera pero mi estado físico ahora ligeramente más desgastado podría hacer que aunque quisiera estar despierta en cualquier momento acabara por dormirme, pero no me es importante, ahora intentaré con todas mis fuerzas no hacerlo. Por ello no desvío la mirada cuando se queda pensativo, como si ambos estuviéramos pensando en la niña en este momento. ¿Sin ella todo esto sería diferente? ¿Algún día llegará otro más premeditado? El caso es que todo esto de alguna forma no solo nos afecta a nosotros, que aun así sabiamos que nos ibamos a amar por siempre y todas las dudas que antes de hacer el juramento surgian se evaporaron y camuflaron en todo mi amor por él, y en todas las características de enamoramiento que ahora se veían multiplicadas. Si lo llego a saber, se lo propongo antes. Es tan increíble... y esa niña, mi niña, la que ha conseguido robarme el corazón de una forma diferente que Mark pero al igual, aunque tenga tan poco tiempo y yo ser madre tan joven, es nuestra hija y no puedo evitar amarla y echarla de menos... Había oído hablar mucho del instinto maternal, pero no hasta este punto.
Quizás al estar embarazada el principal miedo era que Mark me dejara sola con ella. Al superarlo, mi nuevo principal miedo es no tener tiempo para lo que haría una adolescente de mi edad normal, el hecho de tener que dejar la universidad y que tendré que trabajar en el momento que no se pueda pagar más, pero gracias a todas las ayudas que hemos tenido todo esto es mucho más fácil. Incluso puedo disfrutar de estos momentos con Mark a solas, que quieras o no ahora se agradecen mucho más. Aunque estar con Catherine es como estar a solas, pero ya se sabe...
Mi principal miedo era que todo esto nos cambiara tanto y nos tuviera tan comprimidos que no tuvieramos tiempo para nosotros. Ahora no tengo miedo. Todo ha merecido la pena, muchísimo, y aunque es verdad que reducirán en el fondo todo ha salido lo mejor que ha podido salir, y ahora nos espera un viaje a cualquier isla nosotros dos, solos... en el fondo la idea es la ilusión que más me hace ahora mismo.
De pensarlo le atraigo mas fuerte hacia mi, sin poder dejar de sentir su piel desnuda rozando la mia como algo extraordinario y de alguna forma de entrega a él total y para siempre, como sabe que será mi amor. Como correspondiéndome al gesto, cierro los ojos y él se encarga de entreabrir mis labios, del cual no me resisto. Su aliento es como un elixir que me alivia de todo mal y cualquier pensamiento, ahora sí que no pienso en nada más que en cerrar el beso como un pacto antes de susurrar. -Creo que no tengo palabras para describir todo -y es cierto, en el fondo de mi sé que sin él puedo perfectamente morir, y sin exagerar, dar la vida por una eternidad solo con él. Como cualquier historia de amor a lo Shakespeare que antes me hubiera resultado muy irreal pero ahora... casi que me siento identificada. Desde que él roza mis labios mis ojos permanecen cerrados, arriesgándome a que cada vez no quiera más abrirse por hoy. -Te amaré siempre -hablo con un intento fallido de no dormirme, porque allí tan segura y tan agusto de estar entre sus brazos hacen que no pueda evitar quedarme dormida... por mucho que lo haya intentado.
Me dejo caer sobre él aun como un peso muerto aunque ligero entre sus brazos, totalmente a su merced. El pelo que él antes apartó ahora está esparcido por la almohada, entrelazando mis piernas con las suyas ahora tapadas por las sábanas y con una de las manos sobre su costado, acariciándolo con el pulgar con los ojos cerrados. A pesar de que percibo cada uno de sus movimientos yo inevitablemente estaba quedándome en un estado de somnolencia que intentaba evitar entreabriendo los ojos forzadamente cada rato, cada vez que me acordaba de la situacion. En uno de esos momentos que mis ojos permanecían abiertos Mark los abría para mirarme, espectante de lo que fuera a decirme o a responderme de lo de dormir. Curvo los labios en una sonrisa.
-Al fin y al cabo me lo has prometido -respondo graciosa acomodándome con la cabeza en su hombro, rozando la mejilla con su pecho, como ronroneando por el gesto. Posiblemente él no lo supiera pero mi estado físico ahora ligeramente más desgastado podría hacer que aunque quisiera estar despierta en cualquier momento acabara por dormirme, pero no me es importante, ahora intentaré con todas mis fuerzas no hacerlo. Por ello no desvío la mirada cuando se queda pensativo, como si ambos estuviéramos pensando en la niña en este momento. ¿Sin ella todo esto sería diferente? ¿Algún día llegará otro más premeditado? El caso es que todo esto de alguna forma no solo nos afecta a nosotros, que aun así sabiamos que nos ibamos a amar por siempre y todas las dudas que antes de hacer el juramento surgian se evaporaron y camuflaron en todo mi amor por él, y en todas las características de enamoramiento que ahora se veían multiplicadas. Si lo llego a saber, se lo propongo antes. Es tan increíble... y esa niña, mi niña, la que ha conseguido robarme el corazón de una forma diferente que Mark pero al igual, aunque tenga tan poco tiempo y yo ser madre tan joven, es nuestra hija y no puedo evitar amarla y echarla de menos... Había oído hablar mucho del instinto maternal, pero no hasta este punto.
Quizás al estar embarazada el principal miedo era que Mark me dejara sola con ella. Al superarlo, mi nuevo principal miedo es no tener tiempo para lo que haría una adolescente de mi edad normal, el hecho de tener que dejar la universidad y que tendré que trabajar en el momento que no se pueda pagar más, pero gracias a todas las ayudas que hemos tenido todo esto es mucho más fácil. Incluso puedo disfrutar de estos momentos con Mark a solas, que quieras o no ahora se agradecen mucho más. Aunque estar con Catherine es como estar a solas, pero ya se sabe...
Mi principal miedo era que todo esto nos cambiara tanto y nos tuviera tan comprimidos que no tuvieramos tiempo para nosotros. Ahora no tengo miedo. Todo ha merecido la pena, muchísimo, y aunque es verdad que reducirán en el fondo todo ha salido lo mejor que ha podido salir, y ahora nos espera un viaje a cualquier isla nosotros dos, solos... en el fondo la idea es la ilusión que más me hace ahora mismo.
De pensarlo le atraigo mas fuerte hacia mi, sin poder dejar de sentir su piel desnuda rozando la mia como algo extraordinario y de alguna forma de entrega a él total y para siempre, como sabe que será mi amor. Como correspondiéndome al gesto, cierro los ojos y él se encarga de entreabrir mis labios, del cual no me resisto. Su aliento es como un elixir que me alivia de todo mal y cualquier pensamiento, ahora sí que no pienso en nada más que en cerrar el beso como un pacto antes de susurrar. -Creo que no tengo palabras para describir todo -y es cierto, en el fondo de mi sé que sin él puedo perfectamente morir, y sin exagerar, dar la vida por una eternidad solo con él. Como cualquier historia de amor a lo Shakespeare que antes me hubiera resultado muy irreal pero ahora... casi que me siento identificada. Desde que él roza mis labios mis ojos permanecen cerrados, arriesgándome a que cada vez no quiera más abrirse por hoy. -Te amaré siempre -hablo con un intento fallido de no dormirme, porque allí tan segura y tan agusto de estar entre sus brazos hacen que no pueda evitar quedarme dormida... por mucho que lo haya intentado.
Evangeline Voltaire- Mi pequeña a la que amo (L)
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 16/02/2010
Re: Habitación de Mark
Mark Renton Sáb Abr 24, 2010 9:49 pm
Una vez que ya se acomoda sobre mi relajo todo el cuerpo en cuestión de segundos, sintiendome liviano al destensar los músculos notablemente cansados de todo el esfuerzo físico. Puedo asegurar que lo di todo, que ambos lo dimos todo esta noche. La relajación alcanza un punto en el que dejo de sentir mi propio cuerpo y por un momento creo haberme quedado dormido. Pero no, gracias a sus caricias vuelvo a la realidad aunque sea muy debilmente, en el límite del sueño y la vigilia.
Su tibieza y aroma no ayudan en la labor de mantenerme despierto, sin duda nunca me he sentido tan seguro como en este momento, estando tan juntos y protegiendonos mutuamente sin excepeciones. Sé que nuestros abrazos son invensibles e irrompibles, al igual que nuestro amor, nada puede sucederme estando entre sus brazos y bajo su guardia. Me siento completamente hechizado por esta francesa, cada día que pasa solo lo hace más fuerte. Espero, con todas mis ganas, que no haya un contrahechizo para esto que siento. En verdad estoy seguro de que no lo hay pero me es inevitable dudarlo en algun punto... nunca imaginé que pueda existir algo tan perfecto, ni que yo merecira tal felicidad, pero ella me demuestra a cada segundo que sí, que nuestra relacion es perfecta y así será para siempre. Que ambas merecemos tenernos de esta forma y poder contar con el otro para lo que sea, desde algo tan simple como este abrazo.
Mis caricias no cesan sobre su espalda a la vez que ella responde a mi comentario y una nueva sonrisa vuelve a hacerse presente en mis labios, limitándome a asentir una sola vez. Su ronroneo me estremece y no puedo evitar morder mi labio inferior, correspondiendo a su movimiento al deslizar mis labios por su cuello. Nuestras miradas se encuentran y no dudo un segundo que estamos teniendo una especie de comunicación telepatica, a esta altura no necesitamos ni de las palabras para comunicarnos. Basta con una mirada o el simple roce de nuestras pieles. Es increíble, todavía me siento azorado por todas estas sensaciones. Somos una sola persona dividida y nada ni nadie puede separarnos... no ahora que nos encontramos de nuevo, no ahora que sacrificamos todo nuestro pasado, presente y futuro por amarnos fielmente.
En cuanto esos pensamientos cruzan mi mente ella me atrae con mayor intensidad en el abrazo y yo correspondo sin pensarlo dos veces, como asegurándole sin palabras que siempre estaré aquí para ella. Pase lo que pase. Ya no hay nada que temer, todos los obstáculos fueron superados y de ahora en adelante solo nos quedan buenos ratos, podemos disfrutar de lo que es el amor verdadero. Más allá de que por el resto de nuestra vida algun que otro problema puede presentarse en nuestro camino, estar tan unidos solo nos hace más fuertes. La vida se trata de superar los obstáculos que se nos presentan y no hay quién niegue que de a dos es mucho mejor. Y vaya dos, nada puede con nostros.
El beso finaliza con sus próximas palabras y de nuevo siento que me está leyendo la mente, ¿o me estaré volviendo loco? -Yo tampoco puedo. Solo sé que es nuestro destino. Pertenezco a tu lado - mis susurros son débiles y denotan que podria dormir una eternidad... una eternidad junto a ella. Si es que algo tan cotidiando como dormir juntos me parece el mejor regalo que me han dado en la vida. Mis respiraciones son una continuación de las suyas al igual que nuestras energías vitales, gracias a ella yo existo y viceversa. Es muy delicado nuestro amor, al igual que fuerte, es una delgada linea de la que dependen nuestras vidas. Por suerte confiamos lo suficiente uno en el otro como para no dudar un segundo que de esta forma estamos a salvo, y más que eso, no podríamos estar mejor. -Y yo a ti, Evangeline -
Mis ojos siguen cerrados pero no necesito abrirlos para comprobar que se ha dormido, entregada a mi en todos los sentidos existentes. No varío la posición salvo para tirar de la sábana y taparla hasta los hombros, siempre atento a su bienestar. De todas formas mis manos vuelven a colarse por debajo de la tela y las dejo quietas sobre sus omoplatos, exhalando en cada una de sus inhalaciones. No es algo premeditado, es solo que nos complementamos al punto de respirar coordinadamente y en armonía. Segundos después caigo en un profundo sueño, probablemente vaya a soñar con ella... todo lo que hay en mi mente y en mi corazón: ella.
Su tibieza y aroma no ayudan en la labor de mantenerme despierto, sin duda nunca me he sentido tan seguro como en este momento, estando tan juntos y protegiendonos mutuamente sin excepeciones. Sé que nuestros abrazos son invensibles e irrompibles, al igual que nuestro amor, nada puede sucederme estando entre sus brazos y bajo su guardia. Me siento completamente hechizado por esta francesa, cada día que pasa solo lo hace más fuerte. Espero, con todas mis ganas, que no haya un contrahechizo para esto que siento. En verdad estoy seguro de que no lo hay pero me es inevitable dudarlo en algun punto... nunca imaginé que pueda existir algo tan perfecto, ni que yo merecira tal felicidad, pero ella me demuestra a cada segundo que sí, que nuestra relacion es perfecta y así será para siempre. Que ambas merecemos tenernos de esta forma y poder contar con el otro para lo que sea, desde algo tan simple como este abrazo.
Mis caricias no cesan sobre su espalda a la vez que ella responde a mi comentario y una nueva sonrisa vuelve a hacerse presente en mis labios, limitándome a asentir una sola vez. Su ronroneo me estremece y no puedo evitar morder mi labio inferior, correspondiendo a su movimiento al deslizar mis labios por su cuello. Nuestras miradas se encuentran y no dudo un segundo que estamos teniendo una especie de comunicación telepatica, a esta altura no necesitamos ni de las palabras para comunicarnos. Basta con una mirada o el simple roce de nuestras pieles. Es increíble, todavía me siento azorado por todas estas sensaciones. Somos una sola persona dividida y nada ni nadie puede separarnos... no ahora que nos encontramos de nuevo, no ahora que sacrificamos todo nuestro pasado, presente y futuro por amarnos fielmente.
En cuanto esos pensamientos cruzan mi mente ella me atrae con mayor intensidad en el abrazo y yo correspondo sin pensarlo dos veces, como asegurándole sin palabras que siempre estaré aquí para ella. Pase lo que pase. Ya no hay nada que temer, todos los obstáculos fueron superados y de ahora en adelante solo nos quedan buenos ratos, podemos disfrutar de lo que es el amor verdadero. Más allá de que por el resto de nuestra vida algun que otro problema puede presentarse en nuestro camino, estar tan unidos solo nos hace más fuertes. La vida se trata de superar los obstáculos que se nos presentan y no hay quién niegue que de a dos es mucho mejor. Y vaya dos, nada puede con nostros.
El beso finaliza con sus próximas palabras y de nuevo siento que me está leyendo la mente, ¿o me estaré volviendo loco? -Yo tampoco puedo. Solo sé que es nuestro destino. Pertenezco a tu lado - mis susurros son débiles y denotan que podria dormir una eternidad... una eternidad junto a ella. Si es que algo tan cotidiando como dormir juntos me parece el mejor regalo que me han dado en la vida. Mis respiraciones son una continuación de las suyas al igual que nuestras energías vitales, gracias a ella yo existo y viceversa. Es muy delicado nuestro amor, al igual que fuerte, es una delgada linea de la que dependen nuestras vidas. Por suerte confiamos lo suficiente uno en el otro como para no dudar un segundo que de esta forma estamos a salvo, y más que eso, no podríamos estar mejor. -Y yo a ti, Evangeline -
Mis ojos siguen cerrados pero no necesito abrirlos para comprobar que se ha dormido, entregada a mi en todos los sentidos existentes. No varío la posición salvo para tirar de la sábana y taparla hasta los hombros, siempre atento a su bienestar. De todas formas mis manos vuelven a colarse por debajo de la tela y las dejo quietas sobre sus omoplatos, exhalando en cada una de sus inhalaciones. No es algo premeditado, es solo que nos complementamos al punto de respirar coordinadamente y en armonía. Segundos después caigo en un profundo sueño, probablemente vaya a soñar con ella... todo lo que hay en mi mente y en mi corazón: ella.
Mark Renton- Mi niña linda
- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2010
Re: Habitación de Mark
Evangeline Voltaire Mar Abr 27, 2010 8:39 pm
Sus palabras formaron un eco en mi mente que me hizo dormir con total profundidad y perdiendo toda consciencia de qué hora era o donde estaba. No recuerdo haber soñado realmente, no había tenido un sueño tan ligero como para eso, de hecho solo empiezo a recapacitar en el momento que abro los ojos. Recapacitar y recordar cada momento... ahora entiendo este bienestar. Mi mirada se desviaba a la ventana ya de por si porque mi rostro se direccionaba hacia alli, viendo extrañada como parecía que la noche se había ido hace pocos minutos y el sol, algo débil, nos brindaba sus primeros rayos de sol. ¿Habremos dormido un día entero? Es muy probable...
Abrazo más a Mark aún dormido ya que mi brazo seguía sobre su pecho pero dejado caer en mi estado de somnolencia, con los dedos rozando su costado y mi cabeza acomodada en su hombro mientras miro amanecer, o al menos el resplandor que se deja entrar por el cristal. Mis labios besan su hombro antes de separarme de esa postura, sentándome en el colchón, con la sábana rodeándome el cuerpo gracias a que él me arropó, frotándome un ojo con un débil bostezo. Miro sobre mi hombro para ver a Mark dormir tan tranquilo, cruzándome de piernas a lo indio girando en dirección a él con intención de verle dormir sabiendo que me encanta...
Simplemente le observo durante unos largos aunque para mi rapidos minutos, con los ojos entrecerrados, con la sábana dejada caer sobre mi cuerpo despreocupadamente. Tras ver y notar sus respiraciones lentas y totalmente en paz alargo un brazo para rozar su mejilla y apartar el pelo de su frente, sin dejar de mirarle ni siquiera para pestañear más de lo necesario. Así se mostraba tan extraordinariamente inocente y a la merced de todo lo que le pasa... es tan fuerte, que hasta a mi me inspira esa confianza y fuerza para seguir adelante. Fuerza ya que muchas veces es todo lo que necesito y solo lo que él es capaz de aportarme... no es fácil tener casi 20 y que tu hija vaya a cumplir medio año en breves, sabiendo que las posibilidades de que siga estudiando son casi nulas por un, quiera o no, fallo que ha hecho que al fin y al cabo no me arrepiente tanto...
Pero al igual que no es fácil para mi, para él tampoco debe serlo. A veces me entristece el hecho de todo lo que ha cambiado mi vida y la suya y que nunca volverá a ser como antes, pero saber que cuento con su ayuda y al fin y al cabo representan los únicos pilares de mi vida. No aparto la vista de él mientras mi mano desciende de su rostro a su pecho medio descubierto rozando unicamente las yemas de los dedos en una simple caricia, dejando la mano ahi, haciendo que ascienda y descienda con la lentitud de sus respiraciones y sin cansarme de verlo así. Es precioso de normal, pero así tiene algo que me hechiza...
Abrazo más a Mark aún dormido ya que mi brazo seguía sobre su pecho pero dejado caer en mi estado de somnolencia, con los dedos rozando su costado y mi cabeza acomodada en su hombro mientras miro amanecer, o al menos el resplandor que se deja entrar por el cristal. Mis labios besan su hombro antes de separarme de esa postura, sentándome en el colchón, con la sábana rodeándome el cuerpo gracias a que él me arropó, frotándome un ojo con un débil bostezo. Miro sobre mi hombro para ver a Mark dormir tan tranquilo, cruzándome de piernas a lo indio girando en dirección a él con intención de verle dormir sabiendo que me encanta...
Simplemente le observo durante unos largos aunque para mi rapidos minutos, con los ojos entrecerrados, con la sábana dejada caer sobre mi cuerpo despreocupadamente. Tras ver y notar sus respiraciones lentas y totalmente en paz alargo un brazo para rozar su mejilla y apartar el pelo de su frente, sin dejar de mirarle ni siquiera para pestañear más de lo necesario. Así se mostraba tan extraordinariamente inocente y a la merced de todo lo que le pasa... es tan fuerte, que hasta a mi me inspira esa confianza y fuerza para seguir adelante. Fuerza ya que muchas veces es todo lo que necesito y solo lo que él es capaz de aportarme... no es fácil tener casi 20 y que tu hija vaya a cumplir medio año en breves, sabiendo que las posibilidades de que siga estudiando son casi nulas por un, quiera o no, fallo que ha hecho que al fin y al cabo no me arrepiente tanto...
Pero al igual que no es fácil para mi, para él tampoco debe serlo. A veces me entristece el hecho de todo lo que ha cambiado mi vida y la suya y que nunca volverá a ser como antes, pero saber que cuento con su ayuda y al fin y al cabo representan los únicos pilares de mi vida. No aparto la vista de él mientras mi mano desciende de su rostro a su pecho medio descubierto rozando unicamente las yemas de los dedos en una simple caricia, dejando la mano ahi, haciendo que ascienda y descienda con la lentitud de sus respiraciones y sin cansarme de verlo así. Es precioso de normal, pero así tiene algo que me hechiza...
Evangeline Voltaire- Mi pequeña a la que amo (L)
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 16/02/2010
Re: Habitación de Mark
Mark Renton Miér Abr 28, 2010 7:36 am
Todavía me encuentro dormido cuando sus caricias se hacen presentes en mis costados, no necesito estar despierto para sentirlas o disfrutarlas, en mi inconsciencia soy consciente de todos sus gestos... de su aroma, sus besos. No puedo definir de qué se trata mi sueño pero el echo de sentirla tan cerca lo hace mucho más real. Tal y como había previsto estoy soñando con ella, con nosotros. Si no me equivoco puedo escuchar un sonido constante y sumamente tranquilizador... el mar. El tacto de la arena entre mis dedos termina de confirmar mis suposiciones; estamos en nuestra isla apartada del mundo, la 'luna de miel' que nos prometimos hace ya un tiempo. Nos encontramos de pie a pocos metros de la orilla. La arena está húmeda y el agua llega a rozarnos los pies muy ligeramente. Yo la abrazo por detrás, rodeando su abdomen con mis brazos... reteniéndola conmigo como tantas otras veces. Ella me pide entre risas que la deje ir, le apetece darse un baño salado pero yo me niego. La quiero toda para mi.
Entonces todo termina. En el mismo momento que ella se separa de mi para tomar asiento sobre la cama. Frunzo el ceño como volviendo a la realidad, pero sin abrir los ojos todavía en un gesto muy perezoso. O tal vez con miedo de despertarme solo, quién sabe. Aun así el tacto de sus dedos en mi mejilla me da la confianza suficiente para abrirlos... muy despacio. Mis ojos se encuentran con los suyos inmediatamente a la vez que una sonrisa se hace presente en mis labios, una sonrisa relajada y soñolienta. Está aquí conmigo, como siempre.
Todavía no tengo la capacidad de hablar, estoy demasiado ocupado con lo que veo frente a mi, la mujer más perfecta que jamás conocí. También me distraen las sensaciones que recorren mi cuerpo, recordandome la noche que pasamos juntos. Siento, en pocas palabras, como si hubiera renacido. Debería estar cansado pero no, es todo lo contrario. Una nueva energía y vitalidad recorren mis extremidades... me siento extrañamente purificado y renovado.
Me pregunto que estará pensando al notarla algo ensimismada y en cuanto aquella pregunta cruza mi mente sus dedos descienden hacia mi pecho, haciendome estremecer. Yo muevo mi mano hasta apoyarla sobre la suya, notando como suben y bajan gracias a mis respiraciones. Acaricio sus dedos, subiendo de a poco por su antebrazo y todavía más arriba. Consigo llegar a su mejilla y en ese instante entreabro los labios, tardando un par de segundos en pronunciar palabra.
-Muy buenos días, mi vida - sin quererlo mi voz suena algo ronca mientras mis dedos se deslizan hacia sus labios, recorriendo el contorno del inferior delicadamente. Si no me equivoco están un poco lastimados, no dudo un segundo que el culpable fui yo y mis mordiscos... pero bueno, nadie puede negar que la pasamos demasiado bien. No dejo de mirarla salvo cuando varío mi posición, arrimándome más a ella si cabe. Reposo mi cabeza sobre sus piernas, acurrucandome de modo que mis piernas flexionadas se apoyan sobre su cintura. En posición fetal.
En cuanto me acomodo vuelvo a buscar el contacto visual y dejo caer la mano junto a mi rostro, a gusto con las temperaturas de nuestros cuerpos reencontrándose. -Justo soñaba contigo -
Entonces todo termina. En el mismo momento que ella se separa de mi para tomar asiento sobre la cama. Frunzo el ceño como volviendo a la realidad, pero sin abrir los ojos todavía en un gesto muy perezoso. O tal vez con miedo de despertarme solo, quién sabe. Aun así el tacto de sus dedos en mi mejilla me da la confianza suficiente para abrirlos... muy despacio. Mis ojos se encuentran con los suyos inmediatamente a la vez que una sonrisa se hace presente en mis labios, una sonrisa relajada y soñolienta. Está aquí conmigo, como siempre.
Todavía no tengo la capacidad de hablar, estoy demasiado ocupado con lo que veo frente a mi, la mujer más perfecta que jamás conocí. También me distraen las sensaciones que recorren mi cuerpo, recordandome la noche que pasamos juntos. Siento, en pocas palabras, como si hubiera renacido. Debería estar cansado pero no, es todo lo contrario. Una nueva energía y vitalidad recorren mis extremidades... me siento extrañamente purificado y renovado.
Me pregunto que estará pensando al notarla algo ensimismada y en cuanto aquella pregunta cruza mi mente sus dedos descienden hacia mi pecho, haciendome estremecer. Yo muevo mi mano hasta apoyarla sobre la suya, notando como suben y bajan gracias a mis respiraciones. Acaricio sus dedos, subiendo de a poco por su antebrazo y todavía más arriba. Consigo llegar a su mejilla y en ese instante entreabro los labios, tardando un par de segundos en pronunciar palabra.
-Muy buenos días, mi vida - sin quererlo mi voz suena algo ronca mientras mis dedos se deslizan hacia sus labios, recorriendo el contorno del inferior delicadamente. Si no me equivoco están un poco lastimados, no dudo un segundo que el culpable fui yo y mis mordiscos... pero bueno, nadie puede negar que la pasamos demasiado bien. No dejo de mirarla salvo cuando varío mi posición, arrimándome más a ella si cabe. Reposo mi cabeza sobre sus piernas, acurrucandome de modo que mis piernas flexionadas se apoyan sobre su cintura. En posición fetal.
En cuanto me acomodo vuelvo a buscar el contacto visual y dejo caer la mano junto a mi rostro, a gusto con las temperaturas de nuestros cuerpos reencontrándose. -Justo soñaba contigo
-
Mark Renton- Mi niña linda
- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2010
Re: Habitación de Mark
Evangeline Voltaire Jue Abr 29, 2010 12:05 am
Al ver que abre los ojos consecuencia de mis caricias y de pronto veo que es devuelta la mirada que, velando por él, no quito de encima suya en ningun momento alzo las comisuras en una débil pero sincera sonrisa. Gesto que, como si hubiéramos pactado, imita y corresponde... sintiendo el corazón de pronto más despierto y acelerado, como si se diera cuenta de que todo lo que ha pasado ha sido real y no algo producto de mi imaginación o un sueño...
De pronto noto como en ese gesto nos lo hemos dicho todo. Parece irreal pero, sin duda, ha pasado. Un sentimiento único recorre cada uno de los rincones de mi cuerpo, atracción eterna al chico pero al igual como si viviera en mi nube, nube de felicidad eterna, convenciéndose de que esta ha sido de las mejores decisiones que Evan ha tomado nunca. Mi mano se relaja ante sus caricias aun apoyada en su pecho, dejando que juegue con mis dedos, como dejaría que hiciera conmigo lo que quisiera, totalmente a su merced. Mis ojos se cierran solos en el momento que su mano toca mi mejilla, sin mover la mano de donde estaba, moviendo la cara hacia el lado donde estaba su mano... como ayudándole, haciendo la caricia más significativa.
-Perfectos días -sonrío más ampliamente sin abrir los ojos ante el tono de su voz aun algo somnoliento, dejando de sonreír en cuanto su mano se direcciona a mis labios... al igual no por tristeza si no por relajarlos y dejar que acaricie. Noto que escuece un poco por lo que deben estar algo deteriorados ante la noche de "bodas" que habíamos pasado, pero en el fondo me alegro. Nunca tuve una sensación igual, y a quien intente explicárselo no lo comprenderá. Nadie excepto él. Me comprende aunque no necesite palabras.
-¿Están muy mal? -pregunto con tono divertido aunque ya sin ningún desquicio de adormecimiento, refiriéndome a los labios que nunca se habrían cansado de besarle. Tras preguntarlo abro los ojos percibiendo que me sigue mirando, pero no por mucho tiempo, ya que apoya la cabeza en mi regazo aun solo tapado por la sábana y dejo que lo haga, quitando las manos para que se mueva. Agacho la cabeza con el pelo cayendome por una parte de la cabeza, fijándome sin tocar en una de las marcas que había dejado en su cuello... soltando una risita descarada. No soy la única marcada, al parecer...
Mis dedos descienden de nuevo hacia la piel de su cuello enrojecida, rozando con total curiosidad pero con toda la sensibilidad que puedo, sin ejercer presión. En cuanto me mira mi mano se dirige a su pelo y juega con él, peinándole y despeinándole, entretenida.
-¿Ah, sí? ¿Y qué soñabas? -pregunto en voz baja y con total curiosidad, supongo que estabamos por hablar de muchas cosas, pero ahora tenía esa curiosidad. Me gustaba verlo así, acurrucado y totalmente en paz, tapado hasta la cintura, y realmente con total confianza conmigo. Sabe que lo único que pienso es que no es solo bello por dentro...
De pronto noto como en ese gesto nos lo hemos dicho todo. Parece irreal pero, sin duda, ha pasado. Un sentimiento único recorre cada uno de los rincones de mi cuerpo, atracción eterna al chico pero al igual como si viviera en mi nube, nube de felicidad eterna, convenciéndose de que esta ha sido de las mejores decisiones que Evan ha tomado nunca. Mi mano se relaja ante sus caricias aun apoyada en su pecho, dejando que juegue con mis dedos, como dejaría que hiciera conmigo lo que quisiera, totalmente a su merced. Mis ojos se cierran solos en el momento que su mano toca mi mejilla, sin mover la mano de donde estaba, moviendo la cara hacia el lado donde estaba su mano... como ayudándole, haciendo la caricia más significativa.
-Perfectos días -sonrío más ampliamente sin abrir los ojos ante el tono de su voz aun algo somnoliento, dejando de sonreír en cuanto su mano se direcciona a mis labios... al igual no por tristeza si no por relajarlos y dejar que acaricie. Noto que escuece un poco por lo que deben estar algo deteriorados ante la noche de "bodas" que habíamos pasado, pero en el fondo me alegro. Nunca tuve una sensación igual, y a quien intente explicárselo no lo comprenderá. Nadie excepto él. Me comprende aunque no necesite palabras.
-¿Están muy mal? -pregunto con tono divertido aunque ya sin ningún desquicio de adormecimiento, refiriéndome a los labios que nunca se habrían cansado de besarle. Tras preguntarlo abro los ojos percibiendo que me sigue mirando, pero no por mucho tiempo, ya que apoya la cabeza en mi regazo aun solo tapado por la sábana y dejo que lo haga, quitando las manos para que se mueva. Agacho la cabeza con el pelo cayendome por una parte de la cabeza, fijándome sin tocar en una de las marcas que había dejado en su cuello... soltando una risita descarada. No soy la única marcada, al parecer...
Mis dedos descienden de nuevo hacia la piel de su cuello enrojecida, rozando con total curiosidad pero con toda la sensibilidad que puedo, sin ejercer presión. En cuanto me mira mi mano se dirige a su pelo y juega con él, peinándole y despeinándole, entretenida.
-¿Ah, sí? ¿Y qué soñabas? -pregunto en voz baja y con total curiosidad, supongo que estabamos por hablar de muchas cosas, pero ahora tenía esa curiosidad. Me gustaba verlo así, acurrucado y totalmente en paz, tapado hasta la cintura, y realmente con total confianza conmigo. Sabe que lo único que pienso es que no es solo bello por dentro...
Evangeline Voltaire- Mi pequeña a la que amo (L)
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 16/02/2010
Re: Habitación de Mark
Mark Renton Jue Abr 29, 2010 7:08 am
Nuestras sonrisas se contagian como tantas otras veces pero algo me dice que esta vez es diferente... especial, mejor dicho. Como si después del juramento nuestra telepatia fuera mucho más real y palpable que antes. Lo mejor de todo es que no dudé un segundo en aceptar el pacto, ni ella tampoco, no existe nada mejor que la seguridad con la que tomamos aquella decisión. Desde que la niña nació siento que hemos crecido bastante como personas, a sabiendas de que nuestras decisiones no solo nos afectan a nosotros dos sino también a nuestra hija... la razón de nuestras vidas. Está de más decir que nuestra relación también ha madurado en todo sentido y creo que es por eso que llegamos a 'apostar' nuestras vidas a cambio del amor eterno. Vale que estamos algo locos pero también se necesita mucho coraje para hacer lo que hicimos, nadie lo puede negar.
El tacto de su piel sobre las yemas de mis dedos me produce una electricidad que no puedo describir, placentera y única. Ahora más que nunca puedo confirmar que esa sensación no es más que una demostración de lo que sentimos, de lo unidos que estamos. En cuanto pregunta aquello asiento con una risilla, sin tardar en dejar caer mi mano sobre su regazo.
-Bueno... se ven más rojos, pero nada más - admito en un susurro, asegurándome de que no hay resquicios de sangre ni nada por el estilo. Tampoco es plan preocuparla por ello, solo se nota que han sido pasionalmente besados por su chico... lo cual me parece perfecto.
Estoy demasiado concentrado en la forma en la que su pelo cae casi hasta mi altura cuando sus dedos se deslizan hacia mi cuello y suelto un quejido exagerado, sin tardar en sonreir como para avisarle que estoy de coña.
-¿Qué dice? ¿Propiedad de Evangeline Voltaire? - bromeo obviamente en referencia a la marca y entrecierro los ojos placenteramente en cuanto acaricia mi pelo con esa sutileza característica... si es que sabe muy bien lo que me gusta, y eso me encanta.
Una nueva pregunta es formulada por ella y termino de cerrar los ojos por cuestión de segundos, como intentando recuperar la imagen que hace minutos atrás aparecía en mi sueño. No tardo en conseguir lo que esperaba. -Estabamos en la playa... en nuestra playa. Solos tú y yo, apartados del mundo y amándonos... como siempre. Estabas preciosa, el lugar era precioso también - le cuento pausadamente, tomándome mi tiempo para encontrar las palabras justas al hablar. En cuanto termino la frase mis ojos vuelven a abrirse y buscan los suyos de manera automática, esperando su reacción a medida que deslizo los dedos por su costado más cercano, demasiado a gusto en esta postura. ¿A quién quiero engañar? Siempre estoy a gusto con ella, no importa en que postura, lugar, hora o situación... su simple presencia me alegra la vida, es increíble.
El tacto de su piel sobre las yemas de mis dedos me produce una electricidad que no puedo describir, placentera y única. Ahora más que nunca puedo confirmar que esa sensación no es más que una demostración de lo que sentimos, de lo unidos que estamos. En cuanto pregunta aquello asiento con una risilla, sin tardar en dejar caer mi mano sobre su regazo.
-Bueno... se ven más rojos, pero nada más - admito en un susurro, asegurándome de que no hay resquicios de sangre ni nada por el estilo. Tampoco es plan preocuparla por ello, solo se nota que han sido pasionalmente besados por su chico... lo cual me parece perfecto.
Estoy demasiado concentrado en la forma en la que su pelo cae casi hasta mi altura cuando sus dedos se deslizan hacia mi cuello y suelto un quejido exagerado, sin tardar en sonreir como para avisarle que estoy de coña.
-¿Qué dice? ¿Propiedad de Evangeline Voltaire? - bromeo obviamente en referencia a la marca y entrecierro los ojos placenteramente en cuanto acaricia mi pelo con esa sutileza característica... si es que sabe muy bien lo que me gusta, y eso me encanta.
Una nueva pregunta es formulada por ella y termino de cerrar los ojos por cuestión de segundos, como intentando recuperar la imagen que hace minutos atrás aparecía en mi sueño. No tardo en conseguir lo que esperaba. -Estabamos en la playa... en nuestra playa. Solos tú y yo, apartados del mundo y amándonos... como siempre. Estabas preciosa, el lugar era precioso también - le cuento pausadamente, tomándome mi tiempo para encontrar las palabras justas al hablar. En cuanto termino la frase mis ojos vuelven a abrirse y buscan los suyos de manera automática, esperando su reacción a medida que deslizo los dedos por su costado más cercano, demasiado a gusto en esta postura. ¿A quién quiero engañar? Siempre estoy a gusto con ella, no importa en que postura, lugar, hora o situación... su simple presencia me alegra la vida, es increíble.
Mark Renton- Mi niña linda
- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2010
Re: Habitación de Mark
Evangeline Voltaire Dom Mayo 02, 2010 4:13 am
Cuando habla de mis labios me muerdo con exagerada debilidad el labio inferior, rozandolo con los dientes simplemente para comprobar lo que dice. Sí los noto más sensibles, pero bueno, nada más. Me pongo el pelo tras la oreja aunque siga cayendo por un lado mientras me río cuando exagera el quejido, apartando la mano porque en un principio me lo había creído. Cuando se rie vuelvo a rozarlo con los dedos, con todo el cariño del mundo.
-No eso exactamente... pero algo así -más bien algo que simboliza eso, si no me equivoco. Me entretengo sin prisas en las marcas aunque donde más me entretengo es en su pelo, acariciándolo al igual que antes y muy lentamente... sabiendo cual es su punto débil y lo que le relaja eso. Despeinar y peinar su pelo no demasiado largo no es una tarea muy dificil pero aun así me entretiene organizar los cortos mechones con suavidad. Sigo en ese plan mientras él relata su sueño... y a mi se me van curvando los lastimados labios en una sonrisa conforme habla, ilusionada.
-Y lo mejor de todo es que va a ser real... ¿no te podías ver a ti mismo? -me rio, preguntándome si a él tambien se veía precioso, al fin y al cabo sería la realidad. Percibo que busca mi mirada pero yo no la muevo ya que estaba fija en él todo el tiempo, observándole desde arriba todo el rato. Tampoco varío mucho de lo que hago, solo desvío su mirada para ver su pecho y parte de su espalda, como secuelas de la noche. Seguidamente vuelvo a mirarlo. De hecho, tardo un largo momento en volver a hablar.
-¿Estás bien? ¿Querrás un baño, o algo así? -susurro por lo bajo antes de bajar la cabeza y juntar como puedo mis labios a los suyos, cerrando los ojos y presionándolos. En un ligero beso. -Te quiero, mi vida. No hace falta que te lo diga para que lo sepas a estas alturas ¿no? -susurro como diciendo que con una mirada nos entendiamos, mirada que mantenía después de ese ligero beso... manteniendo de cualquier forma el lazo físico que habíamos formulado ahora y para siempre.
-No eso exactamente... pero algo así -más bien algo que simboliza eso, si no me equivoco. Me entretengo sin prisas en las marcas aunque donde más me entretengo es en su pelo, acariciándolo al igual que antes y muy lentamente... sabiendo cual es su punto débil y lo que le relaja eso. Despeinar y peinar su pelo no demasiado largo no es una tarea muy dificil pero aun así me entretiene organizar los cortos mechones con suavidad. Sigo en ese plan mientras él relata su sueño... y a mi se me van curvando los lastimados labios en una sonrisa conforme habla, ilusionada.
-Y lo mejor de todo es que va a ser real... ¿no te podías ver a ti mismo? -me rio, preguntándome si a él tambien se veía precioso, al fin y al cabo sería la realidad. Percibo que busca mi mirada pero yo no la muevo ya que estaba fija en él todo el tiempo, observándole desde arriba todo el rato. Tampoco varío mucho de lo que hago, solo desvío su mirada para ver su pecho y parte de su espalda, como secuelas de la noche. Seguidamente vuelvo a mirarlo. De hecho, tardo un largo momento en volver a hablar.
-¿Estás bien? ¿Querrás un baño, o algo así? -susurro por lo bajo antes de bajar la cabeza y juntar como puedo mis labios a los suyos, cerrando los ojos y presionándolos. En un ligero beso. -Te quiero, mi vida. No hace falta que te lo diga para que lo sepas a estas alturas ¿no? -susurro como diciendo que con una mirada nos entendiamos, mirada que mantenía después de ese ligero beso... manteniendo de cualquier forma el lazo físico que habíamos formulado ahora y para siempre.
Evangeline Voltaire- Mi pequeña a la que amo (L)
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 16/02/2010
Re: Habitación de Mark
Mark Renton Dom Mayo 02, 2010 11:27 pm
Sonrío ante su gesto todavía algo adormilado, sin variar la postura tan cómoda que adoptamos y limitándome a hacer lo más básico; respirar pausadamente. La relajación no desaparece de momento hasta que sus dedos recorriendo mi pelo hacen que se me erice la piel de los brazos al igual que los de la nuca, entregándome a sus caricias con los ojos a punto de cerrarse. La sonrisa no desaparece, haciendo visible lo mucho que disfruto aquello.
Entonces vuelve a hablar en referencia al sueño y hago un esfuerzo por volver a abrir los ojos, clavándolos en los suyos como ya es costumbre. Ella ya me miraba directamente, rehusandose a hacer lo contrario.
-Sí... nos veía a ambos, como una película - explico en susurros producidos más que nada por lo sereno de toda la situación, como si creyera que elevar la voz más de lo normal rompería todo este ambiente. -Creo que será pronto... era verano. Tal vez hasta fue una premonición -
A medida que desvía su mirada de mis ojos me incorporo como puedo, ayudandome con las manos apoyadas sobre el colchón para poder sentarme. Quedo sentado a su lado auque con las piernas mirando en la dirección contraria, rodeando su cintura con un brazo al acomodarme. Ladeo el rostro, desviando la mirada a sus labios por cuestión de segundos. -Hmm, sí. Un baño - mi respuesta se ve interrumpida con un beso que ella comienza y no puedo evitar sorprenderme por ello. Yo mismo estaba a dos segundos de besarla, pero no, con esto de la telepatía todo es diferente.
Correspondo, presionándolos a su vez y sin pasar por alto aquel sabor tan especial. -Ya deja de hurgar mis pensamientos - medio bromeo haciendo el agarre sobre su cintura más intenso, evitando que escape y notando como se me acelera el corazón nada más escuchar sus palabras. Opto por no responder de la misma manera y me limito a asentir, mirándola fijamente y con intensidad... como queriendo decirle que yo a ella también, y que será de esa forma por siempre.
En cuanto sus labios se curvan en una sonrisa comprendo que ella me entendió y no tardo en robarle un nuevo beso, más ligero que el anterior pero tan dulce como todos. -Entonces, ¿vamos a bañarnos juntos y luego vamos a por Cathie? -
Entonces vuelve a hablar en referencia al sueño y hago un esfuerzo por volver a abrir los ojos, clavándolos en los suyos como ya es costumbre. Ella ya me miraba directamente, rehusandose a hacer lo contrario.
-Sí... nos veía a ambos, como una película - explico en susurros producidos más que nada por lo sereno de toda la situación, como si creyera que elevar la voz más de lo normal rompería todo este ambiente. -Creo que será pronto... era verano. Tal vez hasta fue una premonición -
A medida que desvía su mirada de mis ojos me incorporo como puedo, ayudandome con las manos apoyadas sobre el colchón para poder sentarme. Quedo sentado a su lado auque con las piernas mirando en la dirección contraria, rodeando su cintura con un brazo al acomodarme. Ladeo el rostro, desviando la mirada a sus labios por cuestión de segundos. -Hmm, sí. Un baño - mi respuesta se ve interrumpida con un beso que ella comienza y no puedo evitar sorprenderme por ello. Yo mismo estaba a dos segundos de besarla, pero no, con esto de la telepatía todo es diferente.
Correspondo, presionándolos a su vez y sin pasar por alto aquel sabor tan especial. -Ya deja de hurgar mis pensamientos - medio bromeo haciendo el agarre sobre su cintura más intenso, evitando que escape y notando como se me acelera el corazón nada más escuchar sus palabras. Opto por no responder de la misma manera y me limito a asentir, mirándola fijamente y con intensidad... como queriendo decirle que yo a ella también, y que será de esa forma por siempre.
En cuanto sus labios se curvan en una sonrisa comprendo que ella me entendió y no tardo en robarle un nuevo beso, más ligero que el anterior pero tan dulce como todos. -Entonces, ¿vamos a bañarnos juntos y luego vamos a por Cathie?
-
Mark Renton- Mi niña linda
- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2010
Re: Habitación de Mark
Evangeline Voltaire Lun Mayo 03, 2010 1:15 am
Sonrio de nuevo pero más débilmente, por la misma causa, a lo que dice de ser verano. -Al fin y al cabo solo queda organizarlo y que la abuela Virginie nos perdone y se quede con Catherine... ¿soportaremos tanto tiempo sin ella?
Pregunto retóricamente, es obvio que nos costará pero nos lo pasaremos bien en la intimidad, sin duda... yo tambien hablo en tono bajo mientras mi mente se pobla de miles de imágenes de ese momento, me hace muchísima ilusión y él lo sabe. Por eso le miro más profundamente ese momento, sin poderlo evitar y a la vez pretendiendo que lo entendiera.
Mi postura cambia cuando él se sienta estirando la espalda y mirándole de frente, sin importarme que la sábana desordenada deje ver parte de mi cuerpo sin mucho miramiento. La espalda se curva inconscientemente hacia él cuando su brazo rodea mi cintura, percibiendo que mira mis labios a la vez que yo me acerco a besarle. Sin pararme a asentir a lo del baño: sabe que a mi tambien me apetece bañarme con él. No consigo besarle con toda la ansia que me gustaría pero disfruto de la sensación de que él tambien pretendía hacerlo mientras lo hago, inclinando la cabeza y cerrando los ojos. Éstos no se abren mucho una vez me separo
-Lo hago sin querer, perdóname -exagero la ironia con una media sonrisa, deshaciéndola para centrar todas mis fuerzas en sus gestos... como me abraza, como me mira. Como aprovechando que le entiendo así para hacerlo. Y sí, le entiendo... más que nunca.
Sonrio diciendole que le entiendo y asiento rápidamente antes de separarme con su permiso y cogiendo la sábana sin pensar, cogiendo su mano y levantándome de la cama antes de soltar una risita y salir de su cuarto en un momento, pensando la imagen que daríamos si alguien nos viera desde fuera
Pregunto retóricamente, es obvio que nos costará pero nos lo pasaremos bien en la intimidad, sin duda... yo tambien hablo en tono bajo mientras mi mente se pobla de miles de imágenes de ese momento, me hace muchísima ilusión y él lo sabe. Por eso le miro más profundamente ese momento, sin poderlo evitar y a la vez pretendiendo que lo entendiera.
Mi postura cambia cuando él se sienta estirando la espalda y mirándole de frente, sin importarme que la sábana desordenada deje ver parte de mi cuerpo sin mucho miramiento. La espalda se curva inconscientemente hacia él cuando su brazo rodea mi cintura, percibiendo que mira mis labios a la vez que yo me acerco a besarle. Sin pararme a asentir a lo del baño: sabe que a mi tambien me apetece bañarme con él. No consigo besarle con toda la ansia que me gustaría pero disfruto de la sensación de que él tambien pretendía hacerlo mientras lo hago, inclinando la cabeza y cerrando los ojos. Éstos no se abren mucho una vez me separo
-Lo hago sin querer, perdóname
-exagero la ironia con una media sonrisa, deshaciéndola para centrar todas mis fuerzas en sus gestos... como me abraza, como me mira. Como aprovechando que le entiendo así para hacerlo. Y sí, le entiendo... más que nunca. Sonrio diciendole que le entiendo y asiento rápidamente antes de separarme con su permiso y cogiendo la sábana sin pensar, cogiendo su mano y levantándome de la cama antes de soltar una risita y salir de su cuarto en un momento, pensando la imagen que daríamos si alguien nos viera desde fuera
Evangeline Voltaire- Mi pequeña a la que amo (L)
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 16/02/2010
Temas similaresPágina 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.|
|
|